Desde que miró fijamente la carta que su padre le había entregado, sabía cuál sería su sentencia.
El sello dorado de la familia Galitzine adornaba el papel pergamino, una señal de la importancia de su contenido. La noticia que derramó la tinta en...
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Cuando cruza la puerta, se da cuenta de que Delian sigue ahí, de pie y que lo ha escuchado todo.
Siente que su corazón se detiene, que le es imposible respirar, como si el aire hubiera desaparecido y ante aquella sensación de asfixia y dolor en la que está envuelto, no puede hacer más que buscar algo a lo que aferrarse.
—¿Eres un omega? —Taylor sale tras él enseguida, intentando ayudarlo a sostenerse. —¿Usted lo sabía?
—¿Saber el qué?
—¡Por supuesto que sí! —grita lo suficiente para llamar la atención de todos. —¡Eres el omega del Sargento! ¿Cómo no nos dimos cuenta?
Nick siente que todos los ojos se vuelven hacia ellos. Sus compañeros murmuran y se dan palmaditas en el pecho para luego señalarlos. Como si hubieran hecho una apuesta y acabarán de ganarla.
—¿Nick? —Otto lo llama. —¿Es eso verdad?
—¿A qué te refieres?
Había dos afirmaciones que se estaban haciendo sobre él. La primera, que era un omega. Le segunda, que era el omega de Taylor.
—¿Eres un omega?
—Vete a la cabaña, Nick. —Taylor lo jala del brazo para que se mueva, pero se queda de pie, justo donde está. —Yo resuelvo esto.
—Lo soy.
Los murmullos aumentan.
—Nick, cállate. —sus ojos se encuentran con los marrones del alfa y lo único que puede hacer es susurrarle un «lo lamento».
Lucas lo mira y no distingue si ve decepción o tristeza. Pero todos han dejado de verlo con orgullo, como hace unos momentos mientras ganaba.
—¡Se estuvo revolcando todo este tiempo con el Sargento! —Lefy sale de entre la multitud. —Ninguna de sus victorias se las merece.
—Eso lo dices porque te ha ganado un omega. —Nick le responde, con la frente en alto.
—Has ganado porque Taylor te tiene entre sus piernas.
—Pues yo no me vi entre sus piernas cuando te patee en la cara y gané hoy.
Hay risas y un abucheo hacia Lefy, Lucas tiene que sujetar al beta cuando esté hace el intento de dejarse ir sobre Nick.
—¡Cállate! —escupe el suelo. —¡No eres más que una puta!
—Al menos yo tengo la decencia de esconderme para meterme entre las piernas de un alfa.
—Nick, basta. —Taylor lo jala hasta él y lo toma de la barbilla. —No lo hagas. Es suficiente.
—¡Sí, hazle caso!
Se aleja de golpe, sin dejar de mirarlo, y luego se gira hacia Lefy.
—¿Tú le haces caso a Mike? ¿O por qué te dejaste coger por él?
