[33] You're on your own, kid

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-Samuel-

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-Samuel-

Es septiembre. El mes de la vuelta al curso escolar. Lo que significa que me voy a Madrid a estudiar. Y, así como dato no tan significativo, es el mes de mi cumpleaños.

Nunca he considerado que el día en el que nací —17 de septiembre— sea importante, sino un mero trámite por el que pasar para hacerme mayor. Mis padres piensan lo contrario, lo ven como la oportunidad perfecta para celebrar lo que el resto de días del año no pueden. Es la única ocasión en la que no me puedo negar a que me hagan fotos o me mimen como si fuera un niño. Es la razón por la que me encuentro frente a una tarta esperando a que mi padre configure el móvil para hacerme una foto mientras soplo las velas.

Por si fuera poco, el hecho de que me vaya a mudar la semana que viene es la excusa de mis padres para hacerme más regalos de la cuenta y esforzarse por pasar más tiempo conmigo. Hace unos meses me habrían puesto de los nervios, pero ahora soy capaz de entenderles. Tiene que ver con que yo también los echaré de menos durante el curso.

Ben salta al sofá a pesar de las advertencias de mi madre de que no lo haga y lo detengo antes de que intente morder la tarta. Justo en este momento salta el flash del teléfono de mi padre y acabamos con una foto en la que mi perro es el protagonista. Que conste, no me quejo. Él sale mucho mejor que yo.

Comemos de la tarta, abro regalos y disfrutamos del tiempo en familia. Hemos decidido hacerlo tras el almuerzo puesto que he quedado con Isaac por la tarde. Al parecer quiere llevarme a un sitio especial para cenar. Lo vi ayer mismo, pero no quería que pasara el día de mi cumpleaños sin vernos en persona.

A decir verdad, este ha sido el mejor verano de mi vida, y la principal razón ha sido mi novio. Nos hemos visto casi todos los días y hemos hecho planes muy diversos, desde ir a la playa cada fin de semana con los mellizos hasta visitar la bolera. Todo bajo la promesa de no pensar en el futuro, en que septiembre llegaría y tendríamos que enfrentarnos a una despedida.

El futuro se ha convertido en presente. Es septiembre, la maleta espera sobre mi cama para que empiece a hacerla y el instituto ya ha pagado el primer mes de la residencia en la que me quedaré durante el curso. Todo parece estar preparado para que me vaya. Todo menos yo.

Al terminar con la tarta compruebo que se ha hecho tarde, de manera que corro al baño a ducharme y prepararme para esta noche. Justo a la hora acordada suena el timbre y escucho desde mi habitación a Isaac conversar con mis padres.

—¡Aquí está el cumpleañero! —exclama cuando me ve aparecer en el salón—. Felicidades, precioso.

Me da un beso rápido —las muestras de cariño siguen siendo incómodas delante de mi familia— y nos despedimos de mis padres. Al entrar al coche lo primero que hago es ponerme el cinturón y encender la radio para poner la playlist de Taylor.

—¿Te apetece comer sushi? —propone a la vez que arranca el coche y coloca las manos en el volante.

—Nunca lo he probado.

Llámalo como quieras [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora