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Subí a mi auto, no me molestaba en lo absoluto pasar el día con Hana y Baek, después de todo si no lo hiciera me la pasaría totalmente aburrida en mi casa.

Conduje hasta el colegio de Hae, batallé un poco para recordar el camino ya que la vez que había ido con Jungkook me la había pasado observándolo a él.

—¡Hana, viniste! —alargó con felicidad al verme.

—¡Sí! —le contesté igual de entusiasmada—. Y no solo eso —sonreí ampliamente—, hoy yo los cuidaré —le conté y un alegre "Wi" salió de sus labios.

Se sentó en el asiento del copiloto y sola abrochó el cinturón de seguridad. Partimos ahora con rumbo al colegio de Baek quien al igual que su hermana se emocionó al verme ¿Por qué Jungkook no podía ser así?

—¿Qué se les antoja de comer?

—Spaghetti —dijo Hae.

—Tiras de Pollo —segundos después dijo Baek.

—¿Ambos? —pregunté y claramente no se negaron.

Según los pequeños había pollo en su casa así que solo habría que comprar los ingredientes para el espagueti, así que llegamos a un supermercado para comprar las cosas.

—Hana ¿Podemos llevar este? —preguntó Hae agitando una caja.

—¿Qué es? —pregunté y me entregó la caja—. Baek, pero yo no sé hacer pasteles —le advertí cuando me di cuenta de lo que era.

—Detrás vienen las instrucciones —señaló Baek.

—Está bien —¿Cómo negarle algo a ese par?—. Pero ustedes me ayudaran ¿Ok? —ambos asintieron y yo dejé caer la caja en la canasta junto con las demás cosas.


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Hicimos de comer, comimos, los ayudé con sus tareas, así el sábado y domingo los tenían libres, jugamos, vimos televisión y justo a las siete con treinta minutos comenzamos con el pastel.

Baek leía las instrucciones y Jennifer mezclaba los ingredientes, solo con algunas cosas con las que ella no podía yo la ayudaba. Vaciamos la mezcla de chocolate en un recipiente especial para pasteles, de ahí yo me encargué de meterlo al horno.

Ocho cuarenta, Jungkook aún no llegaba y el pastel tampoco estaba listo.

—¿Por qué no suben, se dan una ducha, se cambian y así bajan y el pastel ya está listo? —ambos obedecieron y subieron a sus respectivas habitaciones.

Saqué el pastel del horno y comencé a ponerle la cubierta, al igual de chocolate. No demoré ni cinco minutos en hacerlo. Una vez terminado lo dejé sobre la barra, mientras que me llevaba todos los artefactos con los que lo hicimos al lavabo.

—Llegué —era la voz de Jungkook, que se escuchaba en el living. Hace una hora que debiste haber llegado. Continúe limpiando las cosas que habíamos usado para el pastel, ya casi terminaba solo faltaba guardarlo todo en su lugar—. ¿Y los niños? —escuché ahora más cerca. Me di la media vuelta para poder verlo.

—Arriba —giré nuevamente hacia el lavabo—. Se fueron a darse una ducha y cambiarse —sequé mis manos con una pequeña toalla blanca y caminé hacia la barra.

—Wow —dijo sentándose a un lado de la barra—. A Gong le tomó semanas lograr que lo obedecieran —enfocó su mirada en el pastel que aún estaba en la mesa—. ¿Y eso? —preguntó volteando a verme.

—Hae y Baek lo hicieron.

—No te creo —negó con la cabeza.

—¡De verdad! —reí—, yo solo los ayudé a meterlo y sacarlo del horno —era cierto.

Apuesta ; Jungkook Where stories live. Discover now