21

919 53 0
                                    

—¿Por qué preguntas eso? —su rostro que ya comenzaba a verse más pacífico se tornó en uno completamente duro - Bien hecho Hana. Me recriminé a mí misma.

—Y... Yo —tartamudeé nerviosa al sentir su fija mirada—, es que Hae me dijo algo así —ya no sabía ni que decirle. Regresó su mirada al frente enfocándose en el camino—. Lo siento si te incomodé con esa pregunta —me disculpé, ya que yo mejor que nadie sabía lo que era hablar de ese tema.

En silencio llegamos hasta el salón de fiesta donde horas antes habíamos dejado a la pequeña. Se estacionó y estaba por bajar pero lo tomé del brazo evitando que bajara.

—¿Puedo ir yo por ella? —le dije en tono de súplica, rodó los ojos y cerró la puerta acomodándose nuevamente en el asiento—. ¡Gracias! —le dije con una enorme sonrisa. Bajé rápidamente y caminé hasta la puerta del salón infantil.

El salón de eventos estaba decorado con globos rosas y blancos, además de pequeños adornos de princesas, muy lindo.

Había muchos niños y niñas corriendo de un lado a otro, no lograba encontrar a Hae.

—Hola —una señora rubia de ojos verdes. Me saludó con una gran sonrisa.

—Hola —le respondí el saludo—. Vengo por Hae, pero no logro verla —le informé mientras agudizaba mi mirada tratando de encontrarla.

—Ah claro —pero que empalagosa sonrisa que tenía esa mujer—. Espera que voy a buscarla —se dio la media vuelta para después dirigirse hacia donde estaban todos los niños.

—¿Dónde está? —escuché la voz de Jungkook detrás de mí, así que de inmediato giré y levanté mi mirada.

—Fueron a buscarla —sonreí y me acerque a él.

—¿Por qué querías venir tú por ella? —preguntó mientras su mirada divagaba por el rosado lugar.

—No lo sé —me acerqué aun más y lo rodeé con mis brazos.

—¿Qué haces? —preguntó dando un paso hacia atrás.

—Se llaman abrazos Jungkook —dije obvia—. No sé si los conoces —puso los ojos en blanco.

—Si sé que son, pero, ¿por qué lo haces? — volvió a retroceder tratando de librarse de mi abrazo, pero no lo lograba.

—¿Y por qué no hacerlo? —mi barbilla estaba recargada en su pecho para poder verlo.

—¿Jungkook? —una voz femenina se escuchó a mis espaldas—. ¿Cómo has estado cariño? —ante su cara de nerviosismo, noté que era hora de soltarlo.

—Muy bien ¿Y usted? —contestó con cortesía pero sin perder su forma ruda de ser.

—También muy bien —la voz de esta mujer tenía alegría, ternura entre otros sentimientos mezclados. Se acercó a jugar y lo abrazó. Después se acerco a mí y saludó con el típico beso en la mejilla—. Choi Hwan —se presentó.

—Jung Hana —hice lo mismo.

—¡Que linda que es tu novia, Jungkook! —dijo la ahora agradable mujer poniendo su mano en mi hombro.

—Gracias —dije con una enorme sonrisa, tratando de no reír por el tono rojo carmesí que se había apoderado de las mejillas de Jungkook.

—No —tartamudeó—, ella no es...—no pudo terminar la frase cuando el pequeño grito de Hae lo interrumpió.

—¡Hana! —gritó más que feliz, mientras corría hacia mí.

—¡Hola! —contesté con el mismo tono que ella—. ¿Cómo te la pasaste? —le pregunté sonriente mientras la cargaba.

Apuesta ; Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora