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Caminé hasta mi auto sin voltear atrás. Tengo que aceptarlo, me moría por saber sobre de lo que YoonGi quería hablar conmigo, aunque era más que obvio sobre qué quería "hablar". Pero valdrá la pena quedarse con la duda. Ya llegará el día en que regrese rogándome que vuelva con él y para eso, Jungkook me ayudará enormemente.


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Me desperté ya con más ánimos, el dolor en mis piernas ya no era tan intenso como el de ayer, así que ahora si "Glamour ven a mi". Uno de mis hermosos vestidos y mis preciados tacones serian mi outfit de hoy. Deje mi cabello como siempre, suelto con sus comunes ondas.

Con suma seguridad caminaba por los pasillos, atrayendo miradas al por mayor. Adoraba tanto esto.

Localicé a Jungkook, sacaba libros de su casillero. - Debería de ser contra la ley que use ese tipo de pantalones. Pensé debido a la masacre de hormonas que causaba en mi interior. Aunado a la roja camiseta en cuello "v" que portaba, creaba una revolución en mí.

—¿Que decidiste, Am? —le susurré en el oído por detrás, haciéndolo voltear bruscamente.

—Primero... aléjate —me hizo a un lado—, y segundo ¿por qué me dices Am? —preguntó sin entender.

—Am... Por Amargado —solté una carcajada.

—Mira... —dijo con fastidio—. Ya es bastante difícil tener que soportarte, así que trata de guardarte tus estúpidas bromas —cerró de un fuerte golpe su casillero.

—Trataré —le dije sonriente—. ¿Entonces? —pregunté caminando detrás de él con ligeros pasos— ¿Tu casa o mi casa?

—Tendrá que ser en la mía —dijo de mala gana sin voltear a verme.

—Perfecto —canturreé y entré a mi siguiente clase.

Las clases pasaron muy rápido, como siempre Taehyung me ayudaba a distraerme y hacerme un poco más divertidas las horas.

—¿De verdad te llevará a su casa? —preguntó Taehyung.

—Sí, solo para hacer la inútil guía de física —le expliqué—. El chico sigue resistiéndose a mis encantos —ambos reímos.

—Te lo dije —sonrió victorioso—. Es mejor que te rindas Hana.

—Mira Kim... en cuanto menos te lo esperes —lo señalé—. Lo voy a traer tras de mí —sonreí.

Fui de las ultimas en salir. Reuní pacientemente todas mis cosas. La verdad no tenía prisa alguna, además con suerte y haría enojar a Jungkook.

Dejé la mayoría de mis libros en el casillero, afortunadamente no había tanta tarea, solo unos cuantos problemas de matemáticas y algunos resúmenes.

Caminaba hacia la salida del edificio y no lograba ver a Jungkook. - Mas te vale que no te hayas ido Jungkook... - pensé mientras lo buscaba en el campus.

—Tú no te preocupes que tenemos todo el día —una sarcástica voz me sacó de mis pensamientos.

—Te estaba buscando —le dije sonriente.

—Si, como sea —rodó los ojos y comenzó a caminar—. Sígueme —me indicó mientras se subía a su motocicleta.

¡Dios mío! lo que tiene de amargado, lo tiene de sexy - pensé mientras lo veía. Sacudí levemente mi cabeza, para salir de mis pensamientos.

—S...Si —contesté y caminé hacia mi auto, lancé mi bolsa en el asiento trasero.

No fue muy largo el trayecto, solo tenía algo de dificultad al tratar de seguir la alta velocidad de Jungkook.

De pronto Jungkook se subió a la acera, estacionando su motocicleta ahí, aunque no parecía una casa, seguramente sería su trabajo. Me estacioné y bajé no muy segura.

—Espérame —me dijo antes de entrar a una enorme tienda de música. De todas formas entre detrás de él.

—¡Jungkook! —un castaño detrás del mostrador le saludó al mismo tiempo que estrechaban fuertemente sus manos—. ¡Wow! ¿Y tú eres? —le sacó la vuelta a Jungkook acercándose hacia mí.

—Nadie, no es nadie —Jungkook lo tomó de cuello de la camisa y lo regresó al mostrador—. Concéntrate en tu trabajo —le ordenó.

—¡Jungkook qué bueno que viniste! —una pelinegra que bajaba las escaleras con ambas manos ocupadas por dos cajas—. Llamó Gong...—su mirada se quedó fija en mi, analizándome de pies a cabeza.

Su cabello entre negro y castaño, levemente desordenado, jeans desgastados, converse viejos y maltratados. No me extrañaría que fuera la... la novia de Jungkook.

—¿Que dijo Gong? —preguntó Jungkook con cara de desespero.

—Que... que no podría pasar por Hae ni por el pequeño —dejó las cajas en el piso.

—Pero... ¿por qué? —el desespero, aumentaba.

—Su auto...—dijo haciendo una seña con sus manos como de explosión y junto con el castaño rieron.

—No puede ser —dijo mirando el reloj en su mano—. Me va a matar —dijo caminando rápidamente hacia la puerta—. Espérame aquí —me indicó.

—Si, aquí espéralo —sonrió el castaño cuyo nombre desconocía, mientras que era aniquilado con la mirada por la pelinegra.

—Jungkook pero...—hablé y regresó.

—No —tomó su cabello entre sus manos—. No puedo ir en la motocicleta por ella —regresó al mostrador—. Dame tu auto —le dijo al chico quien asintió con la cabeza y se agacho.

—Aquí tienes —saco sonriente una patineta.

—Seok —le dijo fulminantemente. Según lo que entendía la pelinegra no era su novia, y la tal "Hae" era muy importante, así que seguramente que ella si sería la... novia—, Lo siento Jungkook, en esto vine —sonrió.

—¿HyoRi? —se dirigió a la chica.

—Caminé —sonriente subió los hombros.

—¿Pero qué? ¡Siempre está lleno el estacionamiento por sus autos! —dijo alterado y yo solo me limité a agitar las llaves de mi lujoso auto.

Se dio la media vuelta para verme y le sonreí. Acortó nuestra distancia con aproximadamente cinco pasos.

—Nunca te pediría algo a ti —susurró en mi oído para después salir de la tienda.

Le gustaba sufrir ¿no? Salí detrás de él, después de escuchar un "Nos vemos" del tal Seok.

—¿Sabes...? —le dije por la espalda, gracias a la altura de los zapatos, alcanzaba con precisión su oído—, hieres mis sentimientos —lo rodeé poniéndome frente a él.

—¿Enserio? —levantó una de sus naturalmente bien definidas cejas. Acortaba lentamente la distancia entre ambos. Mientras dejaba mis llaves en una de las bolsas de su chaqueta.

—No —solté una carcajada y me di la media vuelta y caminé hacia mi auto. Solo que esta vez subí al lado del copiloto—. Al parecer si aceptaste mi ayuda... —dije sonriente cuando Jungkook subió al auto.

—No, solo subí y tomé tu auto —aclaró.

—¿Entonces viene siendo un robo? —pregunté mientras miraba su perfecto perfil.

—Exacto —afirmó.

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—¿Y quién es Hae? —me aventuré a preguntar.

Apuesta ; Jungkook Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt