-Tu mamá es una buena persona. -Comenta Itadori sonriendo leve y Junpei asiente despacio esbozando una suave sonrisa.

-Si. -Afirma Junpei con cariño. Luego desvía su mirada a Itadori y a Deian.- Itadori-Kun Yamada-Kun, ¿Cómo es su madre?

Deian se tensa leve ante la pregunta.

-Pues nunca la conocí. -Responde con tranquilidad Itadori- Aunque tengo algunos recuerdos de mi padre. Siempre estuve con mi abuelo. -Sonríe leve rascándose su cien con su dedo índice.

Junpei lo mira ligeramente con sorpresa para luego mirar a Deian quien traga saliva.

-No la recuerdo... -Murmura Deian siendo observados por el par-... Pero... Tengo la sensación de que fue una gran madre... -Sonríe leve con nostalgia.

Una mujer de cabellos grisáceos tarareaba una dulce melodía, vestía con un lindo Kimono blanco con detalles celestes. En sus piernas, había un pequeño niño de tan solo cinco años de edad esbozando una sonrisa cariñosa disfrutando la melodía que le cantaba la que sería su madre. La bella mujer acariciaba los cabellos de su hijo, de la misma tonalidad que los de ella, vistiendo un kimono negro con detalles rojos.

Aquello siendo observados por un hombre sentado a unos cuantos metros lejos de ellos, no queriendo interrumpir la escena de su pequeña pero querida familia.

-Nunca olvides, mi pequeño Deian... Que siempre estaremos para ti... Tu madre y tu padre... Te protegerán cueste lo que cueste... Porque eres nuestro pequeño milagro... Nuestro adorado hijo, el fruto de nuestro amor...

Aquel recuerdo había sido más nitido que los anteriores, seguramente porque dicha memoria era de la que sería su madre. Más no recuerda su rostro, porque en ese entonces solo tenía sus ojos cerrados, lo único que mantenía en su memoria eran la dulce y cariñosa voz que salía de esa mujer más las caricias suaves que repartía en su cabello grisáceo.

-Yamada-Kun... -Murmura Junpei con sorpresa- Lo siento... no sabia que era un tema delicado para ti...

Deian vuelve en sí mirándolos algo extrañado, confundido, cuando desvió la mirada a Itadori este señala sus propias mejillas dando a entender que él tenía algo en ellas. Lentamente pasa una mano por sus pómulos sintiendo algo húmedo en ellos... ¿Qué era eso? ¿Por qué estaba...?

-Estas llorando... -Explica Itadori en un tono suave. No queriendo que su compañero se exalte.

-Ah... -Balbucea Deian secando lo que serían las lágrimas, que una vez vio en Satoru, con la manga de su chaqueta- Lo siento...

Los chicos niegan teniendo una mirada de comprensión en ellos, eso no le gustó a Deian. Apenas y los conocía, no tenían que verlo de esa manera, más aún no dijo nada y solo se quedó callado.

El silencio fue interrumpido por el teléfono de Itadori sonando en su bolsillo.

-Lo siento, me llaman. -Se disculpa Itadori agarrando su móvil, apartándose un poco para responder la llamada- ¿Hola, Ijichi? Sí, estamos bien. -Responde el chico de cabellos rosas- Pero vamos a ver una película. -Se queja leve.

Junpei lo mira y luego mira a Deian, posando su mano en el hombro del chico que desvía su mirada hacia él. Haciendo contacto visual, ojos cafés y azul claro.

Debilidad -Jujutsu Kaisen Where stories live. Discover now