Cuando te molesto lo hago para que me mires,el día que deje de molestarme cree que lo echarás en falta.
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El llanto resonaba por toda la mansión logrando que se desquiciara,llevaba más de una semana teniendo que aguantar esa odiosa rutina devoradora.
El no sabía cómo criar a su hija,pero para eso tenía sus amados libros los cuales según el tenían todas las respuestas del mundo. Su hija recién había cumplido los dos años,según su libro era hora de que aprendiera a dormir sola en su propia habitación,pero su llanto incesante reclamaba a su padre logrando que no sólo se sintiera mal,sino también desquiciado.
Algo le decía "Venga, Félix,solo un día y mañana aprende". Pero otra voz le decía "Si lo haces se acostumbrara y seguirá llorando".
Pensaba que llorando se cansaría y caería dormida,pero no,está niña sabía llorar y llorar hasta la madrugada tenía todo el horario desestabilizado logrando que durmiera en la madrugada.
De repente,el silencio.
Alzó su cabeza de la almohada para poder revisar el monitor que tenía en su habitación,al verlo se levantó de golpe para salir corriendo. Dios,lo iban a matar a este paso.
[...]
En esa mansión no era solo Félix y su hija,sino también Adrien y sus padres. Padres que estaban en un hotel con tal de dormir,algo que su adorada nieta no les dejaba. En cambio Adrien,como tío se negaba. El amaba a esa niña y se negaba a dejarla con Félix,Félix que un día su remedio para que aprendiera a gatear más rápido le estuvo tirando migas de galletas al piso para que las siguiera.
No,no y no.
Pero eso no significaba que no estuviera harto de su llanto,no entendía porque Félix estaba tan aferrado a ese estúpido libro de paternidad. Estaba seguro que si el libro decía que tirase a su sobrina de la ventana lo haría sin dudarlo.
Harto del llanto de la adorable nena se levantó de su sedosa y perfecta cama para poder ir a la habitación de la pequeña,fue de puntillas intentando hacer el menor ruido posible. Andaba de puntillas para que su hermano no pudiera oírlo,cuando entro a la habitación se encontró a su adorada sobrina llorando bajo sus sábanas,se veía tan tierna y adorable que no dudo en cargarla sacándola de su cama para así poder enrollarla entre sus brazos haciendo que su llanto cesase.
-Shh,aquí está tu tío,ya no llores- intento mantenerla en silencio,es que como Félix podía dejarla así con lo hermosa que era -El ogro de Félix no te molestará pequeña-
—¡Adrien!—
—¡El ogro de Félix!—
Enseguida negó molesto,aparto a su hermano de su hija para así volver a meterla en la cama eso para así hacerle una señal de silencio provocando que la pequeña se quedase sollozando,fue salir ambos de la habitación para volver a escuchar ese insufrible llanto seguido de "Papi" "Tío".
