Epílogo

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Epílogo

No soy el más feliz, mi vida está lejos de ser un lecho de rosas, he enfrentado diversos obstáculos en la empresa y clínica. Con todo, entendí, gracias a todos ellos, que podía llevar una vida plena a pesar de ello. Las personitas que me rodeaban contribuyeron a mi madurez emocional.

Al día de hoy, puedo decir, sin temor a equivocarme, que soy un hombre sano, feliz y pleno. Lo descubro cada vez que atravieso los pasillos de la clínica de fertilidad, sin que me afecte o algún recuerdo se atraviese.

Eliú, Damián y Silke, son un mal recuerdo de una época pasada que no volverá. La vida equilibró las fuerzas y los que están con vida son los más fuertes. Lo mejor de todo es que cada vez está cerca el momento en que Magda puede decir lo mismo.

—¿Te vas? —pregunta Angélica al verme ver la hora y tomar el saco.

Ella y su hermano tomaron el control de la zona jurídica de la empresa. Rupert y su familia han dejado en la clínica sangre, sudor y lágrimas. Gracias a su esfuerzo, empieza a ganarse un estatus y desvincularse de su pasado.

—Tengo una reunión que no puedo posponer. —le confieso.

—¿Con Scarlet? —niego sonriente, con mi hija es en las noches. —Sé que no tienes por qué ayudarnos y te lo agradecemos…

—No lo digas —le interrumpo— es lo mínimo que puedo hacer. —miro a mi alrededor y mi pecho se infla de orgullo. —Estaré con ustedes hasta que Magda pueda hacerlo.

—¿Eso es? —pregunta con cautela.

—Un año —me calzo el saco viéndola a ella sorprenderse por mis palabras —lleva tres en Zúrich. Ha mezclado su terapia con los estudios y no le va da mal.

—¿Por qué falló en primera?

La misma pregunta la he realizado yo y no ha tenido respuesta. El señor Vincent asegura que fue su inexperiencia y verse libre lo que le afectó. Su esposa va más allá y afirma que el abandonó de sus padres le hizo perder el interés. Que, en este instante, goza del cariño y atención de todos, incluso la familia de mi esposa la llama de vez en cuando y envía obsequio. Hace la diferencia.

—Lo siento, no pensé que fuera tan difícil para ti —la voz de Angelica me hace reaccionar y volver a la realidad.

—Reflexionaba en la pregunta —comento al fin — y en la poca importancia que tiene la respuesta. No es posible vivir del pasado y recordarlo es un error. Importa que tomara el control de su vida y la encaminara.

—Me place escucharte decir eso —habla Rupert ingresando a la oficina —Vivir el pasado te ciega e impide disfrutar el presente.

—Me gustaría quedarme, pero debo salir. —tomo la agenda que dejo en manos de Rupert —escribí los pendientes, pide hacerlos coincidir con esta agenda.

—Te agradezco —afirmo alzando las manos y despidiéndome de los dos.

—Los sábados y Domingos no los ocupen…

—Son de Scarlet y Christine —siguen por mí —lo sabemos.

No me ocupo del pasado, ni preocupa el futuro, lo único que tengo y es mío es el hoy. Uso mi tiempo y energía en usarlo de la mejor forma que considero posible. Mi esposa, hija y hermanas, son mi mejor tesoro. Vivo por y para que sean felices. Entendí que parte de mi felicidad es verlas sonreír.

Mi pensamiento rumbo a mi lugar de encuentro es en eso y en todo lo que me ha cambiado la vida. Christine y Evy le dieron sentido, pero Scarlet le dio un rumbo y el impulso de vivirla. Disminuyo la velocidad al llegar a la primera caseta y asomo la cabeza.

MonstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora