Capítulo 31

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Nuestra casa

Con la imagen de mi esposa en el lecho nupcial, dormida y semicubierta, salgo de sus brazos. Ambos quedamos rendidos luego de arribar a nuestro destino. Los preparativos de la boda, la boda misma, el festejo y el viaje nos agotó.

Antes de levantarme le doy un vistazo a la imagen y sonrío. Su cabello rubio cae en cascadas sobre la almohada, la seda que cubre su cuerpo desnudo resalta cada curva de su cuerpo. Existe tanta perfección en lo que estoy viendo que produce un efecto irreal.

Al igual que toda la felicidad que me rodea.

Avanzo hasta el minibar, aun con los restos de nuestras bebidas de hace unas horas. No soy el más experto en licores, me da igual si es un Doyle-Turner o un Dan-York, así que tomo lo primero me encuentro. Alejo la vista de Christine y me centro en el líquido ambarino que llena el cristal.

¿Por qué si tengo todo para ser feliz, sigo teniendo reservas? Es posible que sea un acto de sabotaje de mi propia mente o que me acostumbré a los caminos oscuros.

De ser así ¿Qué procede? Según Paul, no debo hacer a un lado a esos temores. Lo común en las personas es que los ignore o los opaque. Paul me recomienda enfrentarlos y vivirlos. "—Si necesitas llorar, hazlo. Si requieres gritar, también. No te cohíbas. Vive cada instante de tu duelo, es lo que estás viviendo. Un duelo."

Estaba tan ha acostumbrado al caos, que, al llegar los vientos de paz, me sentía extraño. Pese a la duda que esa conclusión me producía, confié en que así era. Deseo con todas mis fuerzas que sea verdad. Me llevo la bebida a los labios y lo paso por mi garganta de un tirón.

Me sirvo una segunda y avanzo hacia el sillón frente a la cama. El segundo trago decido tomarlo lento, mientras contemplo a quien se convirtió en mi roca. Cada sorbo es acompañado de un motivo por el cual no debo sentirme asfixiado.

En silencio y embriagándome más con la imagen de mi esposa desnuda, que con la bebida, ubico en la balanza lo bueno y lo malo que me acompañan el día de hoy.

En dos meses mi única hermana, se casa con el padre de sus hijos, un hombre que ha demostrado la ama y toda la familia comparte ese sentimiento. Eliú Cass, Damián y Silke Klein, están muertos. No es lo que deseaba, pero por no dañara a nadie en donde están.

He pasado a ser hijo de Konrad y Amelia Klein, como siempre debió ser. Por recomendación del jefe de prensa de la fábrica de mi padre, tuve que conservar el nombre del bastardo de mi tío. Cambiar de Damián a Konrad, traería consigo una publicidad que la modesta fabrica, no soportaría.

Los restos de mis padres serán pasados a América, cerca de nosotros. Evy y yo visitaremos Berlín para darle fin a una etapa de nuestra vida e iniciar otra. Evy, me ha entregado la parte que le corresponde a la herencia de la abuela, como regalo de bodas. Intenté negarme, pero se negó.

"—Es lo que papá hubiera querido." Me había dicho al finalizar su discurso. Asi que no era del todo pobre, aunque sí desempleado. Me había casado con mi primer y único amor. Estaba rodeado de personas que me querían y aceptaban como era.

Era amado y amaban. La familia que siempre desee estaba a la vuelta de la esquina. Con esta última pieza finalizaba la lista de cosas felices y empecé empezaron a verse las oscuras.

La custodia de los bienes de Magda encabezaba la lista. Bajo ninguna circunstancia era bueno, tener que convivir o tratarla. Silke usó la custodia de su hija, como venganza, de esa manera lo veo. No alcanzo a entender por qué pensó en mí como una solución y no Rupert, por mencionar a uno de los tantos que había.

Sin importar los motivos que me llevaron a dañarla, lo hice. Y eso, una madre no lo dejaría pasar ¿Qué buscaba al unirme a su hija? Tuvo tiempo para hacer un testamento y dejar a su hija "protegida" (le llamaremos así), pero no para huir y resguardarse. ¿Por qué si se sentía en peligro no huyó? En este momento, sería una viuda feliz y millonaria.

MonstruoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang