Capítulo 26

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Preocupaciones

Narrador

En el bar de la mansión Frederick, Jason y Vincent comparten una copa de licor. Vincent acudió al saber que la persecución para dar con Eliú fue un fracaso.

Eliú Cass le hizo una llamada a Junior amenazando a Evy y a sus hijos. En retaliación luego de que la familia le dijera a su esposa que era un homicida. Había heredado de su padre una empresa de transporte y Junior sabía que dos de sus barcos zarpaban esa noche.

Su amistad se ha fortalecido con los años, resulta gratificante saber que a Jason convertirse en Billonario no lo dañó. Los hijos de ambos fueron distintos, ya no existe la camaradería de antes y debe admitir uno de los suyos tuvo la culpa.

—Olvidó que una amenaza no siempre es letal y hay muchas formas de dañar. —inquiere su amigo.

Evy recibió a la mañana siguiente el video de la muerte de sus padres. Su hermano había estado ocultándole los detalles para protegerla. Un paquete recibido por una empleada y entregada a la chica, aun en contra de la orden dada por Damián.

La empleada, que según Jason tenía comportamientos de dueña y señora. Aprovechó la ausencia de Junior y la salida de Damián para hacer de las suyas.

Como si aquello no fuera suficiente, vistió a Sebastián con las prendas de su hermano. Aquello dio origen a una trifulca que acabó en la piscina con un Damián fuera de control, habían dañado a su hermana y humillado a su sobrino.

Le resulta difícil ver a Damián como un ser protector.

Preocupado por el poco interés que demuestra Damián en las cosas, comenta a su mejor amigo todos sus temores sobre el esposo de su hija. No es sociable y suele responder con monosílabos. Hasta el momento solo ha visto rastros de amor en su hija, no en él.

—¿Qué la ame no es suficiente? —quiere saber Jason —Emma me ha dicho que Damián, le hace bien.

—Tiene un poder con ella que me preocupa —apoya sus ante brazos en la barra y juega con el vaso vacío en sus manos.

¿Cuántas veces no le pidió que dejara de arriesgar su vida?, se cuentan por montón, y a los padrinos que buscó para que le ayudaran a hacerle entrar en razón van desde su padrino, hasta su tío William.

—A Damián le bastó una sola vez para obedecerle.

—Estás celoso —se mofa Jason —¿Qué importa quién fue? —insiste —Gadien Doyle, domó a Isabella y eso lejos de enojarme, me alivia. Cada que cruza mi puerta y veo en lo que la ha convertido, pienso en la posibilidad de que el papá lo canonice en vida.

—Existe una enorme diferencia entre tus hijos y los míos. —le recuerda.

—¡Por supuesto! —responde sin dudar— fueron educados de formas distintas —sigue Jason —tú le distes libertad, no los obligaste a nada. Los míos crecieron con reglas y deberes, tu forma de educarlos fue curiosa, pero te dio resultado.

—No con Christine —le interrumpe en tono amargo. —Vincent, solo le cubre las faltas y protege.

—De cinco, uno salió defectuoso, nada mal— ambos sonríen— Los míos se turnaban para dañarme la existencia. —suspira largo antes de seguir —el punto es, es que no puedes enojarte por algo que tú ocasionaste.

Jason le asegura que cada persona es un mundo, que tiene una manera de ver la vida distinta a los demás. Con Marck, Sasha y Alexis no hubo mayores problemas, alguno que otro amoroso, pero que supieron manejar.

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