Hola, princesa

33 1 8
                                    

Narrador: Bryn


Por fin llegamos a la discoteca. Me sentía más emocionada que en toda mi vida.

Por fin, podría ser libre.

—Voy a pedir algo. ¿Vosotras queréis? —nos preguntó Noa.

Todas negamos con la cabeza.

—Jenny, acompáñala, por favor, en este tipo de sitios no se puede dejar sola a Noa —dijo Carla.

De primeras sus intenciones parecían ser buenas, preocupándose por Noa. Pero algo me decía que lo que ella quería era quedarse a solas conmigo y con Yuna, para seguir el interrogatorio.

Carla se dirigió a Yuna.

—¿Y cuánto tiempo tienes pensado quedarte por aquí?

—El que haga falta. ¿Por qué? ¿Te molesto?

—No lo sé. Todo esto me parece muy raro.

—Te puede parecer lo que quiera, pero es lo que hay.

Ambas se estaban fulminando con la mirada. Tenía que encontrar una excusa para llevarme a Yuna de ahí antes de que ocurriera alguna desgracia.

Me dirigí a Yuna.

—¿Me acompañas al baño? No me encuentro bien.

—Claro.

—Yo voy con vosotras.

Genial, ahora tenía que buscar una excusa para que Carla no viniese con nosotras.

No soy muy buena en este tipo de cosas, pero se me ocurrió algo que creo que podría funcionar.

—Prefiero que vayas a buscar a Jenny y Noa, sabes que si encuentran a algún chico guapo no les volveremos a ver el pelo.

—Pero prometí no separarme de ti y vigilarte hoy. No quiero que te pase nada.

—No me va a pasar nada, mi prima está conmigo.

Yuna le sonrió a Carla, como dándole a entender que estorbaba.

—Está bien, pero mándame un mensaje cada 10 minutos si es que no volvemos a encontrarnos.

Esa frase me recordó demasiado a mis padres.

Yuna no perdió el tiempo y me agarró de la muñeca para irnos de ahí.

Mientras nos íbamos, sentí la mirada de Carla clavada en nosotras.

Cuando ya estábamos lo suficientemente lejos, Yuna se quejó.

—Dios, ¿siempre es tan insoportable? ¿Cómo es que la aguantas?

Cuando se quejó de esa manera, no pude evitar pensar en Brack. En el fondo eran muy parecidos.

—La aguanto porque es mi amiga, y conmigo no suele ser así.

—Aún así, pasar 5 minutos con ella es agobiante.

—Solo quiere asegurarse de que no me vuelvan a secuestrar. No quiere que vuelva a ver a...

No continué la frase. Se entendía por si sola.

—¿Ella lo sabe?

—Más o menos, sabe que fue él quien me tuvo un mes y medio en su casa y sabe que lo está buscando la policía por matar gente.

Yuna suspiró.

—Entonces tenemos que tener cuidado. No podemos dejar que ella sepa que él está aquí.

—Sí...

A Yuna le llegó un mensaje a su teléfono.

Mientras ella contestaba, yo me puse a ojear la zona. Para ver si Carla en verdad se había ido con Jenny y Noa.

Cegada por el amor Where stories live. Discover now