Sufrimiento

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Narrador: Bryn


Más tarde ese día, me encontraba en mi cama. Llevaba puesto un pijama y un moño de andar por casa.

Había pedido comida a domicilio. Supongo que al haber estado un mes y medio encerrada, me acostumbré a no salir a la calle.

Me sentía desanimada, como si me faltase algo, en este caso, alguien.

No saber cuando él iba a volver me torturaba.

Por no hablar de que mis padres y Carla, seguramente, no me quitarían el ojo de encima.

Ni siquiera había empezado la tortura y ya me estaba agobiando.

Sabía perfectamente que mis padres podrían hacer lo que sea por mantenerme a salvo.

Y me puse a pensar. ¿Cómo haría él para encontrarme?

Como él no me secuestró aquel día, no sabe dónde vivo, ni siquiera la calle.

Empecé a preocuparme, pensando que estaría atrapada toda mi vida en una vida que no me hacía feliz.

Me levanté de la cama para ir a tirar el envase de la comida que pedí.

Cuando llegué a la cocina y lo tiré, me quedé en blanco. Ya no sabía qué hacer. Estaba sola y no quería salir, y muchísimo menos socializar.

Sentía que me faltaba una amiga, una con la que pudiese hablar de lo que fuera sin ser juzgada.

Lejos de pensar en Carla, Jenny o Noa, pensé en Yuna. A ella también la echaba de menos.

En el día de hoy he pensado mucho en gente a la que extraño. Con la esperanza de poder volver a verlos a todos algún día, aunque sabía que poder volver a ver a Nico sería muy difícil, por no decir imposible.

Ni siquiera sabía si seguía vivo, pero espero que si sigue vivo, esté disfrutando de la vida como nunca pudo hacer mientras estaba aquí.

Nuestros padres eran muy exigentes, sobre todo con él. Él era el mayor, tenía que "dar ejemplo" según mis padres.

A pesar de estar bajo mucha presión, él nunca se veía triste. No sé cómo lo hacía, pero era una persona muy alegre.

Eso me motivaba a mí a intentar ser como él, a intentar ver el lado positivo de las cosas.

Tenía la esperanza de que él seguía vivo, en algún lugar. Lo sentía en mi interior.

Aunque la policía lo hubiera dado por muerto, yo no pensaba eso. Lo dieron por muerto cuando pasó un año de su desaparición, pero no encontraron nada que confirmase su teoría.

Tanto pensar en él me había sacado de la realidad. Porque cuando volví a ella, escuché el ruido de la puerta.

No sabía quién podía ser, tal vez mis padres. Se me había hecho muy raro que no me viniesen a ver en todo el día.

Me dirigí a la puerta. Cuando la abrí vi que era Carla.

Recordé la conversación de por la mañana y me deprimí un poco.

Cegada por el amor जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें