Una declaración de amor

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Al día siguiente, cerca de las 5 de la tarde, Bryn estaba acostada en el sofá mirando la televisión mientras esperaba a Brack.

La chica se levantó de golpe cuando escuchó el ruido de la puerta principal abrirse.

Por suerte o por desgracia, quien había llegado era nada más y nada menos que Yuna.

Cuando Yuna llegó al salón se sorprendió al ver que su hermano no estaba.

—¿No está el bicho? —preguntó la chica.

—No, se fue por la mañana a "hacer un trabajo" —susurró la pelirroja.

—Bueno, mejor, así podemos hablar con normalidad.

—¿Por qué? ¿Hay algo que no quieras que él escuche?

—No, es solo que si él no está, puedo decir lo que me plazca sin que haya alguien gritándome —rio Yuna.

A Bryn también se le empezó a formar una sonrisa en su rostro, ya que en el fondo Yuna tenía razón.

Ambas chicas se sentaron en el sofá mientras seguían con su conversación.

—¿Ha pasado algo nuevo últimamente? —preguntó Yuna.

Bryn se acordó de la tarde anterior, exactamente de cuando Brack le dio un pequeño beso en los labios. La pobre no pudo evitar sonrojarse.

Yuna dedujo por la reacción de Bryn, que sí había pasado algo.

—No necesito que me digas que sí, se te nota en la mirada. Ahora dime, ¿qué es lo que pasó? —preguntó la chica emocionada.

A la pelirroja se le dificultaba seguir la conversación sin ponerse nerviosa, pero hizo lo posible por decir algo.

—Ayer, estábamos aquí y él...

—¿Él...?

—Me dio un beso...

Yuna no pudo evitar gritar de la emoción.

—¿¡Qué?! ¿En serio?!

—Sí, después me dormí encima suya...

Ella tenía mucho interés por saber qué pasó después.

—¿Y cuando te despertaste? ¿Qué pasó?

—Pues... me desperté a la hora de comer y comimos juntos. Luego se tuvo que ir y me quedé limpiando la casa. Y cuando volvió por la noche...

Bryn volvió a sonrojarse.

—¿Y por la noche? ¿Qué pasó por la noche?

Yuna no podía esperar a que Bryn siguiese hablando.

—Por la noche... dormimos juntos... en su cama.

A Yuna se le iluminó la cara.

—¿Y sólo dormisteis o...?

Bryn le cortó la frase antes de que pudiera terminarla.

—¡Sólo dormimos! ¡Aún es muy pronto para eso! —exclamó la pelirroja avergonzada.

Yuna estalló en una carcajada.

—Tranquila, mujer, no es para tanto. No me digas que eres de las que piensan que hay que reservarse hasta el matrimonio.

—Es lo que me enseñaron mis padres, pero no creo que tenga que ser así...

Yuna la miró, pensativa.

—Creo que solo os falta el paso final para que seáis algo más...

Bryn se puso nerviosa y sus mejillas se pusieron coloradas al poco tiempo.

Cegada por el amor Where stories live. Discover now