◇O4

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Su aliento pegaba contra su rostro pálido, su ojo violeta lo miraba sin ninguna expresión. Estaba asustado el Omega por haber hecho la tontería de quitar su máscara de su rostro.

«Lo primero que le decían y lo primero que hizo»

Estaba bastante seguro de que estaba despedido. Había roto la regla principal: no verlo al rostro. Estaba debajo del alfa con ese olor a menta tan potente que lo tenía hipnotizado por alguna razón.

¿Qué debía hacer?, ¿Quitárselo encima? Tenía miedo, demasiado.

Tomó a Park del rostro con su gran mano, apretó fuerte sacándole gemidos de dolor al rubio. Estaba perdiendo los estribos, lo estaba lastimando, pero no podía parar, ¿quería realmente matarlo?, no quería ser un asesino, pero lo que hizo el rubio le estaba costando no hacerlo.

─Me... lástima, suélteme.

Murmuró intentando quitar su mano de su rostro, sintió que lo apretó más, sintió sus uñas clavándose en su mejilla, con su otra mano lo tomó del cuello ahorcandolo fuerte.

─No debiste hacer eso, no debiste verme, ahora pagarás las consecuencias Park. ─su voz sonó grave, apretando más con fuerza el cuello delgado de Omega.

Jimin pataleaba con todas sus fuerzas, ya no respiraba bien, miraba borroso su rostro, golpeaba su pecho ya casi sin fuerza. Estaba muriendo.

La agonía de no respirar se hacía presente en el Omega, respiraba como podía, pero no era lo suficiente como para poder vivir unos segundos más. Todo a su alrededor se volvía gris oscuro, ni siquiera podía seguir moviéndose.

La influencia del alcohol y la furia eran las debilidades del Alfa. Todo por culpa de aquella mujer quien activó algo peligroso en él, algo que hace mucho tiempo no hacía.

─Todos, absolutamente todos quieren verme, sin atenerse a las consecuencias. Nadie puede tener ese derecho, ni tú, ni nadie, ni ella.

Su rostro casi púrpura, sus ruidos de ahogamiento, el ritmo desenfrenado de su corazón le hacían sentir al rubio que todo estaba perdido, ahí moriría en las garras del alfa que lo contrató. Sus palabras no tenían sentido para el rubio, sus ojitos marrones se cerraban ante la falta de aire. Iba a morir o eso creía cuando el Alfa lo suelta y Jimin puede quitárselo de encima cayéndose al piso tratando de respirar, tose escupiendo un poco de saliva, tocó su cuello queriendo vomitar.

Se sentía muy mal, de sus ojos salían lágrimas, su cuerpo temblaba, todo su ser se congeló al grado de querer correr lejos de ahí, pero sus piernas no reaccionan. El Alfa se sentó mirando la ventana frotando su rostro con sus manos heridas. La noche era hermosa, miro sus manos llenas de sangre por sus heridas que él mismo provocó, escucho los ruidos que hacía el Omega.

Menos que eso le importó porque se levantó como si nada mirándolo con desdén. El Omega lo mira aterrorizado arrastrándose al lado de la cama. Desde su perspectiva él se miraba como un monstruo, no por su cicatriz, sino por su forma de actuar, para él eso sí era un monstruo sin corazón.

Da un paso hacía el rubio Omega quien temblaba en su lugar sintiéndose sé pequeño, una sonrisa se escapó de los labios del alfa mirando al rubio a su jodida Merced. Ese placer de verlo con miedo lo llenaba de poder en todo su ser, algo que satisfacía al mayor cuando alguien quería pasarse de listo con él.

Su frialdad, la crueldad con la que miraba a Jimin no era exactamente para él, sino para ella.

¿Loco?, Sí.

─Jamás me disculpo por algo que hago, y hoy no será la excepción. ─Susurra cerca de su rostro. El menor cerró sus ojos ante su cercanía─ No saldrás de aquí Park Jimin, rompiste la regla más importante, quitaste mi máscara, me tocaste, ahora atente a las consecuencias de tus actos.

◇𝐒𝐂𝐀𝐑 -𝐘𝐨𝐨𝐧𝐌𝐢𝐧Where stories live. Discover now