35. Tigre de fuego

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Takashi se encontraba en la sala de rituales, un lugar amplio y oscuro, decorado con runas mágicas y extraños artefactos. La caja de prisión confinadora se alzaba en el centro de la sala, una estructura imponente cubierta de sellos mágicos y barreras.

Takashi luchaba por manipular la energía maldita, intentando liberar a Gojo de su confinamiento. El sudor perlaba en su frente mientras se esforzaba, pero, como tantas veces antes, su intento resultaba en fracaso.

Justo cuando estaba a punto de abandonar su tarea, su teléfono sonó. Miró la pantalla y vio que era una llamada de Nanami. Takashi suspiró y contestó.

Nanami: (desde el teléfono) Hiro, necesito hablar contigo. Tu hijo Kento se ha metido en problemas de nuevo.

Takashi: (frunciendo el ceño) ¿Kento? ¿Qué hizo esta vez?

Nanami: (con una pausa) Creo que mejor discutimos esto en persona. Te espero en tu casa en una hora.

Takashi sabía que no podía ignorar la llamada de su viejo amigo. Dejó de lado su intento fallido de liberar a Gojo y se preparó para lidiar con la situación de su hijo, sintiendo el peso de su doble responsabilidad como el hechicero más poderoso del mundo y como padre.

Takashi se enfundó su gabardina con una expresión seria y se encaminó hacia la salida de la sala de rituales. Aun atormentado por su incapacidad para liberar a Gojo y con el peso de la llamada de Nanami, no pudo evitar pensar en lo que le esperaba en casa. En medio de su ensimismamiento, se encontró con Maki, que regresaba de hacer algunas compras. Un intercambio de miradas cómplices bastó para entender que ambos habían recibido la misma llamada.

"Takashi frunció el ceño mientras le informaba a Maki: 'Parece que Kento se ha vuelto a meter en problemas. Nanami quiere vernos en casa.'"

Maki asintió con preocupación, consciente de la gravedad de la situación. La pareja prosiguió su camino hacia su hogar, compartiendo la incertidumbre y la ansiedad que les provocaba la conducta de su hijo.

"Con voz aprensiva, Maki comentó: 'Espero que no haya hecho algo demasiado imprudente.'"

"Takashi dejó escapar un suspiro y replicó: 'A veces parece que Kento disfruta metiéndose en aprietos.'"

Maki dejó escapar una leve sonrisa mientras reflexionaba: 'Supongo que la manzana no cae lejos del árbol, Hiro.'"

"Takashi respondió con una risa suave: 'Supongo que tienes razón.'"

Mientras avanzaban hacia su hogar, se prepararon para enfrentar el problema que se cernía sobre su hijo, conscientes de que la vida de un hechicero nunca era sencilla y que las complicaciones eran una parte inherente de su cotidianeidad.

Takashi y Maki llegaron a su hogar, donde se encontraron con una escena que les tomó por sorpresa. Mei Mei, con su cabello notoriamente mal cortado, estaba en medio de la sala. Takashi tuvo que luchar contra la risa al ver su inusual apariencia, mientras que Maki frunció el ceño, preocupada por lo que había sucedido.

Nanami, con su típica seriedad, se adelantó para darles la explicación que necesitaban. "Kento decidió tomar su 'talento' artístico y aplicarlo al cabello de Mei Mei", dijo con un tono severo.

Takashi se contuvo la risa, pero no pudo evitar que una sonrisa se asomara en su rostro. "Definitivamente es un toque de 'Kento'", comentó.

Mei Mei se unió al pequeño desahogo de risa de Takashi. "Bueno, al menos le puso empeño", dijo mientras tocaba su cabello dañado.

Maki, sin embargo, parecía más preocupada que divertida. "¿Qué más ha hecho Kento?"

Nanami asintió con seriedad y prosiguió a contarles el problema más serio que había llevado a Kento a este despliegue creativo en el cabello de Mei Mei. Takashi y Maki escucharon con atención, listos para lidiar con la última travesura de su hijo.

El Hechicero Pugilista (Oc X Jujutsu Kaisen)Where stories live. Discover now