22. El mounstro de Shibuya

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La pelea entre Takashi y Yamada continuaba con una ferocidad implacable. Yamada desplegó a sus clones, multiplicándose para rodear a Takashi. Mientras tanto, Takashi invocó su dragón relámpago, que lanzó destellos de energía para destruir los clones uno por uno. La arena de combate se llenó de explosiones y chispas mientras ambos luchadores demostraban su increíble poder.

Luego, llegó el momento del enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Takashi y Yamada intercambiaron golpes a una velocidad vertiginosa, cada uno tratando de superar al otro. Takashi, alimentado por su modo berserk, logró tomar la ventaja, asestando golpes certeros y rápidos que mantenían a Yamada a la defensiva.

Con dos minutos restantes en su modo berserk, Takashi se dio cuenta de que debía aprovechar al máximo ese tiempo. Continuó su asalto implacable contra Yamads, arrojando a su oponente al suelo con un poderoso golpe. Aprovechando la oportunidad, Takashi lanzó otro dragón relámpago, que se estrelló contra Yamada con una explosión de energía.

Sin embargo, Yamada se levantó rápidamente, mostrando su tenacidad. Aunque herido, no iba a rendirse tan fácilmente. La batalla aún estaba lejos de su conclusión, y ambos luchadores estaban decididos a darlo todo en ese enfrentamiento feroz.

Takashi y Yamada se encontraban en una feroz batalla, cada uno utilizando sus armas con una habilidad impresionante. Takashi, en un rápido movimiento, sacó los Nunchakus de su cinturón, armas que le habían sido regaladas por Maki en su cumpleaños. Convertidos en Nunchakus de tres piezas, Takashi los manejaba con gracia y precisión, mientras que Yamada blandía su katana con maestría.

El choque de las armas llenaba el aire con chispas y energía, creando una coreografía letal de movimientos. Yamada lanzó un rápido tajo con su katana, pero Takashi, con una velocidad sorprendente, giró su sansetsukon, bloqueando el ataque. La tercera pieza de sus Nunchakus estaba hecha de electricidad, lo que añadía un elemento peligroso a su lucha.

Takashi contraatacó, moviendo sus Nunchakus en un patrón complejo y rápido, manteniendo a Yamada a la defensiva. La electricidad que emitía su arma creaba chispas y destellos que iluminaban la arena de combate. Cada uno de sus movimientos era calculado y ejecutado con maestría.

Yamada, por su parte, realizaba movimientos hábiles con su katana, tratando de encontrar una apertura en la defensa de Takashi. Los dos luchadores se enfrentaban en una danza mortal, esquivando y parando los ataques del otro con una precisión asombrosa.

La batalla entre Takashi y Yamada era una muestra impresionante de maestría en el manejo de armas, un espectáculo de habilidad que mantenía a ambos luchadores al límite de sus habilidades.

La lucha entre Takashi y Yamada se convirtió en una danza mortal, donde ambos mostraban sus habilidades sobresalientes y se empujaban al límite. Cada golpe, bloqueo y contraataque era ejecutado con una precisión asombrosa, pero también venía acompañado de dolor y sangre.

Takashi hacía girar sus Nunchakus de tres piezas a una velocidad vertiginosa, creando una barrera de ataques que mantenía a Yamada constantemente a la defensiva. Sin embargo, Yamada, con su katana, demostraba una destreza impresionante al esquivar los ataques y bloquear los embates entrantes.

En medio de la refriega, Takashi logró asestar un golpe certero con la tercera pieza electrificada de sus Nunchakus, haciendo que Yamada retrocediera con un grito de dolor. Pero Yamada no se quedó atrás y, con una rápida maniobra, logró cortar el brazo de Takashi, quien gruñó de agonía.

Ambos luchadores estaban heridos, sudorosos y exhaustos, pero su determinación no flaqueaba. Continuaron el combate, desafiándose mutuamente con cada movimiento. Cada herida infligida parecía aumentar su resolución, y la arena de combate estaba salpicada con gotas de sangre de ambos.

El Hechicero Pugilista (Oc X Jujutsu Kaisen)Kde žijí příběhy. Začni objevovat