Capitulo uno: ~ Chica Invisible y Apuestas ~

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CHLOE


— Por favor Chloe — rogó mi mejor amiga.

Cerré mi casillero con fuerza. 

— Ya dije que no, Mica.

— ¿Porque no? — Chillo agarrándome de los hombros — ¡Esta fiesta será la mejor de todas!

— Eso dices de todas las fiestas — Rodé los ojos. 

— Es porque todas son geniales Chloe, y tú pensarías igual si al menos te presentaras a algunas...

— Sabes que no me gustan las fiestas — Caminamos hacia nuestra clase. - Es una pérdida de tiempo.

— ¡Pero nos han invitado!

— Corrección — Interrumpí — Te han invitado, yo no tengo nada que ver.

— No les molestara que lleve algún acompañante. 

— Mica, ya dije que no. Y no harás que cambie de opinión.

Bufo rendida.

—Ya tienes que superarlo Chloe — Pauso — Tienes que vivir tu vida, no te encierres más en esa burbuja, te saldrán arrugas.

— No es tan fácil Mica entiéndeme... — Me tensé, no quiero hablar de esto ahora. - Ve tu, yo me las puedo arreglar sola.

— Bien, pero...

Antes de que pudiera continuar un hombro me golpeó haciéndome caer. Oh vamos, se que me dicen la chica invisible pero no pense que fuera tan literal.

— ¿Qué demonios te pasa, imbécil? — Le grite desde el piso sin subir la mirada.

Cuando lo hice, desearía no haberlo hecho.

— Vaya, vaya. La chica invisible no es tan invisible después de todo — Se burló.

Me levante del suelo con ganas de mandarlo a la mierda pero Mica agarro mi brazo antes de que pudiera hacer algo.

— Ya Chloe déjalo, llegamos tarde a clase — Dijo mirando mal al idiota en frente mío.

— Esto no se va a quedar así, Bowers — Le amenacé antes de irme con mi mejor amiga.

DYLAN'S POV

¿Qué le pasa a esa chica?

Primero se cruza en mi camino y luego me amenaza. Ahora llegaré  tarde al entrenamiento por su culpa.

Cuando llegue ya todos los del equipo de fútbol estaban calentado, demonios.

— ¡BOWERS! — La voz del entrenador me sobresaltó.

— ¿Que son estas horas de llegar? — Se cruzó de brazos.

— Lo siento entrenador, tuve un... Inconveniente en el pasillo — Dije recordando el incidente con la chica invisible.

— Bueno, ahora por ese inconveniente harás cincuenta vueltas al campo. Es mejor que empieces ahora si quieres acabar hoy. — Dijo antes de retirarse.

Gruñí y empecé a correr, maldita chica invisible.

Cuando terminó el entrenamiento me dirijo con mi mejor amigo a los vestidores, nos cambiamos y salimos de la escuela pues ya acabaron las clases por hoy. Saliendo de la escuela alguien me agarra el brazo, me detengo para poner mi atención en esa persona.

— Dylan — saluda coqueta con su voz chillona.

— Rose — Le devuelvo el saludo de la misma manera, pero obviamente sin voz chillona, es estresante ese tono.

— Dijiste que nos veríamos después de clases — Dijo haciendo un puchero exagerado.

— Lo olvide, lo siento — Mentí — ¿Te parece mañana?

Sonrió.

— Cuando quieras bombón— Me guiñó un ojo antes de caminar a la salida moviendo sus caderas exageradamente.

Ya queria sacarmela de encima, el sexo era bueno pero escucharla hablar durante horas por cosas que no me interesan era exasperante. Saque mi celular y comencé a revisar mensajes, casi todos eran de chicas de la escuela buscándome para lo mismo, diversión.

— Tengo a todas las chicas a mis pies — Sonrío orgulloso.

— No a todas — Dijo mi mejor amigo Mark.

Lo mire confundido.

— Tienes a todas las chicas a tus pies — Repitió — Menos, a la chica invisible.

— ¿Quién? — Fruncí el ceño.

— Chloe Jhones.

— ¿La que pasa con cara de culo todo el día ?

— Si — pasa su brazo alrededor de mis hombros — Yo digo que esa chica nunca caería en tus "encantos" — Resaltó la última palabra.

— Yo digo que sí, la verdad no creo tener que hacer mucho para lograrlo— Sonrío.

— ¿Quieres apostar? — Desafía.

— ¿Qué quieres decir?

— Hagamos una apuesta — Hizo una pausa — Tienes que enamorar a la chica, que caiga a tus pies, y acostarte con ella.

Río.

— No suena tan difícil, puedo hacerlo.

— Eso dices ahora, cuando lo hagas, tendrás que romperle el corazón frente a toda la escuela.

— Interesante, ¿Cuánto tiempo tendré para hacerlo? — Pregunté.

— Tendrás todo el año escolar para lograrlo. Por lo que me han dicho, ella es una asocial de primera, así que no será sencillo. 

— Amigo, estás hablando con el experto en chicas...

— Pues si el experto en chicas no logra conquistarla, tendrás que darme su hermoso Ferrari.

Lo miro sorprendido. Digo, no es que no tenga dinero suficiente como para conseguirme otro, pero dar mi Ferrari parecia un poco exagerado. Pero Bueno, no es preocupacion si de igual manera voy a ganar.

— ¿Y si lo logro?

— Podrás presumir que te has acostado con todas las chicas de este instituto, además, un compañero es primo de una de las modelos más prestigiosas de Victoria' s Secret, no sé si te interese.

Los ojos me brillan, no lo pensé dos veces, de todas formas terminare ganando.

— Acepto.

Mark sonríe.

— Empezaras desde hoy, y recuerda... No te enamores de la apuesta. 

Me rio de su estupido comentario, hemos jugado a estas apuestas millones de veces, y eso nunca ha pasado y no creo que pase.

¿Qué tan difícil puede ser?


No te enamores de la Apuesta | Editando |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora