Capitulo dos: ~ Alejate antes de que te golpee~

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CHLOE

Me levante con no tantas energías, hoy tendría examen de cálculo, y no estoy emocionada. Puede que me vaya bien en la escuela, pero eso no significa que me guste. No soy marcada como la nerd, pero tampoco como la miss popular, soy la "chica invisible". Hago lo que puedo para sobrevivir en este infierno, si me conocen o no lo hacen, la verdad no me interesa, solo quiero terminar este año sin líos y eso es lo que haré.

Me mudé este año con mi padre, el quería probar nuevos lugares, después de que mi madre lo engañara con su jefe, decidió empezar de nuevo, y claro, yo no estuve más de acuerdo. No solo él quiere olvidar su pasado.

Fui al baño perezosamente, dure veinte minutos en el agua y salí con una toalla envuelta mientras tatareaba una de las canciones que puse en mi parlante, ¿A quien no le gusta ducharse con un poco de musica? , me cambie con un jean ajustado, una blusa con mangas y mis converse, baje a desayunar y no encontré a mi padre por lo que supuse que ya estaba en el trabajo. Comí un sándwich con un zumo de manzana, agarro la mochila y salgo para emprender el camino al instituto

Cuando llego al instituto mi mejor amiga esta esperándome en la entrada.

— Llegaremos tarde por tu culpa Chloe — Me regaña.

— Hola Mica, ¿cómo estás? — Dije sarcástica.

— Deja de boberías y apura tu trasero niña — Ríe.

Entramos a la escuela y vamos directo a los casilleros, ella va a su clase de biología mientras que yo me dirijo a mi "deseado" examen de cálculo.

Entro y me siento en una de las bancas libres, cuando suena la campana todos empiezan a entrar, me concentro en mis manos hasta que siento la presencia de alguien a mi lado.

— Hola, Chloe ¿cierto? — Dijo el chico a mi lado, gire mi cabeza como la chica del exorcista para fulminarlo con la mirada.

— ¿Qué demonios haces aquí? — escupo.

— Calma muñeca, era el único asiento disponible.

Miro todo el aula y me doy cuenta que hay dos asientos más disponibles.

— Hablo en serio ¿Qué quieres?

— ¿Acaso está prohibido sentarse aquí?

Estaba a punto de responder pero llego el profesor con un montón de hojas.

— Bueno chicos, déjenme decirles que lo estuve pensando. El examen será en parejas — todos empezaron a gritar y a elegir sus parejas.

— Pero — Pausa — Su pareja será su compañero de mesa.

¿Que?

No, no, no. Ni loca haré el examen con este imbécil.

— Creo que haremos el examen juntos — Sonríe orgulloso.

— No le veo lo divertido a eso — Dije.

— Además -continuó el maestro — Déjenme decirles que el examen se calificará en dos partes, una parte la harán hoy, y la otra, la próxima clase. Así que procuren estudiar con su respectivo compañero.

Esto va de mal en peor.

— Creo que el destino nos quiere juntos — Dice el mirándome a los ojos.

— Sabes, déjame hacer el examen a mí, llévate el crédito si quieres. Solo quiero que esto acabe lo más rápido posible ¿bien?

— Hey, yo también debería de hacer algo ¿no?

Solté una risa sarcástica.

— Perderemos el examen si ayudas.

Él se hizo el ofendido.

— Puede que no lo demuestre, pero soy bueno en cálculo.

— No lo creo — Reí.

— ¿Quieres apostar? — Se cruzó de brazos

— Bien — Ahora yo me cruce de brazos.

— Déjame hacer la primera parte del examen a mí, si saco menos de ocho, te dejare en paz para siempre — Suena interesante.

— Me parece bien.

— Pero... — continuó — Si me saco un nueve o un diez, tendrás una cita conmigo — Alza una ceja.

¿Una cita? ¿Con él?

— ¿Apuestas?

Lo pensé, si ganaba me dejara en paz, y si pierdo — cosa que no creo que pase — tendremos una cita. Esa posibilidad era una en un millón, lo he visto en clase, nunca presta atención.

— Bien.

Dylan sonrió y empezó a hacer el examen.

Cuando sonó la campana todos salimos pero Dylan no tenía esas intenciones ya que agarro mi brazo antes de que yo pudiera salir.

— Te recomiendo que vayas escogiendo que ponerte para nuestra cita — Dijo a centímetros de mi cara.

¿Dónde quedo la chica invisible?

— Aléjate, antes de que te golpee — Lo amenace pero el solo río.

Empezó a acercar su cara a la mía poniéndome nerviosa, no tenía escapatoria, él puso ambos brazos alrededor de mi cabeza. Necesito salir de aqui, no voy a dejar que este imbecil me quite la poca dignidad que me queda. Ademas, podria contagiarme de alguna enfermedad, quien sabe con cuantas chicas ha estado hacienda lo mismo, puaj.

Hasta que se ocurrió una idea.

— ¿Quieres besarme? — pregunte coqueta mordiéndome el labio.

Él sonrió triunfante y empezó a acercar su rostro, estábamos en completo silencio hasta que se escuchó el sonido de mi puño estampando contra su nariz.

Dylan se separó de mí agarrándose la nariz que ahora sangraba mientras gemía de dolor.

— Eso fue un poco extra... ¿No crees? — Dijo el sosteniendo su nariz quejándose del dolor.

— No digas que no te lo advertí, Bowers — Dije antes de salir por la puerta triunfante.

No te enamores de la Apuesta | Editando |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora