Sus pies se resbalan al pisar una piedra y se aferra al primer pino que encuentra, intentando no caer y es entonces cuando ve a lo lejos la meta.  

Adam lo espera, en posición para relevarlo y continuar, así que, se esfuerza por correr más rápido y llegar. No le importa ser el último en hacerlo, pero tiene que terminar.  

Sus piernas se mueven como si recién comenzaran a correr, así que, aquel impulso le hace darle la mano al beta, y cuando esté sale corriendo en su lugar, se deja caer al suelo, sobre sus rodillas. 

Escucha a la multitud gritar su nombre, no sabe si es porque piensan que está en peligro, o por qué ha llegado a la final. 

La voz de Lefy lo hace mirar hacia los costados.  

—¡Fuiste el primero! —logra leer sobre sus labios, así que, se deja caer al suelo, sonriendo y el resto del equipo lo imita, coreando su nombre.  

El primero.  

Ha llegado a la meta, entre tantos superiores, jerárquicamente hablando, que se ve obligado a buscar a Taylor entre todos, pero no lo encuentra. 

Fue el primero en llegar y no importaba si como equipo no ganaban esa pelea. Él ya había ganado.

Todos los pensamientos que lo acompañaron en el recorrido, sin duda, le queman la piel. Más cuando intenta ponerse de pie y las piernas le fallan.  

—¿Estás bien? —Mike se pone a un costado, tocándole el hombro. 

—Sí. ¿Cómo va Adam?  

—Ni idea, pero nos diste mucha ventaja.  

—Menos mal.  

Se pone de pie, sucio, sudado y agotado. Varios, con los que nunca antes ha interactuado se acercan, diciendo que es muy rápido y haciendo apuestas entre bromas.  

Después de aquella actividad, Otto los reubica. Impartirá una pequeña clase de técnicas de abrigo y encubrimiento y cuando está termina, la 28 y él ayudan a servir la comida, no iban a volver, era una vuelta interesaría cuando tienen más de una actividad en el bosque, así que acamparían esa noche y al amanecer volverían.  

Entre los pinos, sobre una roca, estaba sentado Taylor, observando al grupo. Sam, Oliver y Otto casi siempre estaban con él y aunque, momentos atrás habían dicho que era aterrador, los veía reír a su lado.  

Tomó dos porciones de comida y a paso lento, como si quisiera que la pintura y el uniforme se mimetizaran entre el bosque para no lucir tan obvio, llega hasta él.

—Tome, Sargento. —Nick le extiende el plato con comida y un vaso de agua.  

—Te lo agradezco. —lo toma entre sus manos y busca una superficie lisa donde dejarlo. —Felicidades por esa victoria, no me he perdido ni un segundo de ella.

Los ojos avellana de Nick brillaron y un revoloteo se instala en su estómago.  

—Gracias.  —sonríe, sin saber qué más decir. Se siente como un niño pequeño en su primer festival después de darse cuenta de que sus padres han asistido y se sienten orgullosos de él. 

No pregunta si puede hacerle compañía, simplemente se acomodó a su lado, con varios centímetros de distancia. Comienzan a comer en silencio y desde ese lugar, puede observar lo que Taylor veía; adolescente y jóvenes adultos riendo, haciendo bromas y utilizando insultos, a pesar de tener el rostro pintado, eran ellos. 

Estaban haciendo cosas que no tenían permitido hacer en las instalaciones de Castrum.  

Estaban siendo libres.  

Indeleble •Taynic Galikhar•BorradorWhere stories live. Discover now