Prologo

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Bueno esta es una historia antigua que borré y que no terminé porque tenía poco apoyo, pero a mi me gustaba, así que voy a terminarla, y si estas leyendo esto pues gracias ❤❤, lo aprecio mucho.





Todo lo que sentía era debilidad.

Y vacío.

Yibo... — escuchó una voz dulce, cambiaba dependiendo del estado del animo de esa persona, de la persona que amaba.

Yibo... — no importaba si estuviera furioso o contento, le encantaba, le fascinaba, sus recuerdos le decían que adoraba cada una de sus faceta y que vivía para el.

Abrió los ojos dándose cuenta que estaba en un hospital con los músculos adormecidos.

Quería ver a su esposo.

Cuando la enfermera lo vio de inmediato se asustó, comenzó a temblar y no sabía que decir.

El no sabía porque se portaba así.

—Buenas. — Le dijo sonriéndole pero ella no respondió. — ¿Puedo ver a mi esposo?

Ella asintió y salió corriendo pegando en una mesa donde había objetos, parecía un golpe doloroso pero ella se incorporó lo más rápido que pudo para salir de aquella habitación.

—¿Ya despertaste? — su hermoso esposo apareció por la puerta con su preciosa sonrisa. Yibo esperaba que le diera un abrazo pero este jamás llegó.

¿Estaba enojado con él? ¿Qué había sucedido? No lo recordaba.

—Lo siento. — Le dijo acercándose y dándole un seco beso en la mejilla, lo notaba nervioso.

—¿Hice algo malo?

—No, claro que no, de hecho todo esto fue mi culpa, íbamos en el auto y tuvimos un aparatoso accidente donde saliste peor que yo.

—Creo que no me puedo ir hasta que me den de alta ¿no es así?

—Voy a preguntarle al doctor. — Su esposo Xiao Zhan salió de la habitación, Yibo se quedó recostado y pasó demasiado tiempo, sabía que habían sido horas llamaba pero nadie acudía a su llamado.

Estaba comenzando a tener hambre, y sus piernas estaban tan dormidas que sabía que no podía levantarse para ir al baño.

Xiao Zhan le dijo que no había sido su culpa pero si no había regresado era porque estaba seguro que estaba molesto con él. Tendría que recompensar sus faltas cuando regresaran a casa.

Estaba a punto de levantarse, no importaba si sus piernas no le respondían y caía al suelo, tendría que arrastrarse hasta que alguien lo encontrara.

Pero cuando siquiera se incorporó Xiao Zhan entró en la habitación.

—No, no te levantes. — Le dijo para recostarlo de nueva cuenta en la cama. — El doctor dijo te darán de alta mañana.

Cuando le ponía la sabana nuevamente Yibo lo tomó de los brazos y lo jaló para abrazarlo.

—¿Estas enojado conmigo? Lo siento. — Lo abrazó con más posesión, rodeando su cintura con los brazos, su esposo era tan dulce con el que realmente no entendía porque estaba tan enojado.

ReminiscenciaWhere stories live. Discover now