13.- Hechizado I

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—¡Como que se marchan! —exclama Lena asombrada—. Pero si Lizy acaba de despertar.

—Solo necesitamos un tiempo a solas, lejos del palacio—murmura Aren mientras entrelaza su mano con la mía—. ¿Puedes hacerte cargo?

—Desde luego que puedo, no es la primera vez.

—Perfecto. Entonces nos marchamos.

—Lizy, espera—Lena viene donde estoy y me abraza muy fuerte—. No te he dado las gracias por haberme salvado la vida.

—Hice lo que tenía que hacer. —murmuro en voz baja.

—Muchas gracias por todo lo que has hecho por nosotros.

—Ha sido mi deber. —respondo con una sonrisa.

—Ahora si nos disculpas hermana, regresaremos en unos días.

—Puedo saber a donde irán exactamente. —me susurra alzando una ceja intrigada.

—No tengo idea, Aren lo ha planeado todo— lo miro y el me sonríe—. Ni siquiera yo he podido sacarle información.

Me despido de Lena y abandonamos el palacio. A las afueras del palacio nos espera Orla. La sonrisa en su rostro me dice que es la única que sabe hacia donde nos dirigimos.

—Espero tengan un buen viaje. —me abraza y me da un beso en la frente.

Rápidamente se abre un portal frente a nosotros. Al parecer ya lo tenía todo preparado.

—¡Lista! —murmura Aren mientras me abraza por la cintura.

—Sí.

Y ambos cruzamos el portal rumbo a nuestra segunda luna de miel.

En cuanto salimos del otro lado, tengo mis ojos cubiertos. Aren quiere mantener nuestro destino en secreto. Aspiro profundamente y sonrío. El olor me es familiar. Y también lo es los sonidos que me rodean. Puedo reconocer la ciudad donde nací y crecí, aunque tenga los ojos cerrados. Sonrío porque creo que estoy soñando y nada es cierto.

—¿Estamos en New Orleans? —pregunto mientras me descubre los ojos.

—¡Sorpresa! —susurra en mi oído.

—¡Oh, Aren! —me giro y me lanzo a sus brazos—. No sabes cuanto he extrañado la ciudad—sollozo contra su pecho.

—Lo sé, por eso quise que viniéramos unos días, así podríamos olvidarnos de todo.

—Muchas gracias. —le doy muchos besos en el rostro y en la boca.

—Aunque debo advertirte, que las cosas han cambiado un poco por aquí.

—¿A que te refieres?

—Ya lo verás, vamos. —entrelaza su mano con la mía y comenzamos a caminar rumbo al barrio francés.

Extrañaba mucho el bullicio de la ciudad, el resonar de los cascos de los caballos por las calles adoquinadas y el delicioso olor de los buñuelos recién hechos. Paseamos tomados de la mano como una pareja normal, como nunca lo llegamos a hacer. giro mi vista hacia el hermoso hombre que camina a mi lado. Las mujeres murmuran y suspiran a nuestro paso. Y yo sonrío porque el es completamente mío. Me conduce hacia el Café Du Monde y allí nos sentamos en una mesa de la terraza. Todo continúa exactamente como lo recuerdo.

—¿Qué les puedo ofrecer? —esa voz la conozco.

Giro mi vista hacia ella que mira distraídamente la libreta para apuntar nuestro pedido. No siquiera se ha percatado que somos nosotros.

—El plato más grande que tengas de buñuelos. —murmuro con una sonrisa. Solo entonces levanta asombrada la vista de la libreta.

—¡Lizy! —grita emocionada mientras suelta el bolígrafo y la libreta.

Puro Placer©✔️(+18) #3Where stories live. Discover now