2.- Magia

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La magia no existe. Toda mi vida he vivido creyéndolo. Los trucos de salón no me impresionaban en realidad, siempre supe que detrás había arte y pura fantasía e ilusión para hacernos creer que algo puede existir.

Pero en este mundo, la magia si existe. Y los cuentos de hadas pueden volverse realidad. Lo he comprobado de primera mano.

Me acerco a la barra y tomo uno de los buñuelos. Huele delicioso y al probarlo me percato que tienen el ingrediente secreto de mi familia. Regreso nuevamente a la nevera y la abro, miro todo lo que hay en su interior. Cierro la nevera y después me giro hacia Aren.

—Sabes, nunca llegué aprobar el pastel de la boda, muero por probarlo.

Aren me mira frunciendo el ceño.

—¿Quieres pastel de nuestra boda?

—Desde luego que sí. —vuelvo a abrir la nevera y me llevo una sorpresa.

Meto la mano y saco la caja que antes no estaba en su interior. Camino hacia la encimera y la coloco sobre esta antes de abrirla. Y ahí está, un buen pedazo de pastel. Aren se acerca a mí y mira tan asombrado como yo el pastel.

—Eso no es posible, ¿o sí? —pregunta estupefacto.

—Al parecer lo es. Esta cabaña hace que se cumplan tus deseos. —murmuro asombrada

—Más bien se adapta a las necesidades de quienes están en ella. O quizás solo las necesidades de la bruja que esté en ella—murmura pensativo—. Quizás deberíamos intentar algo. Tengo ganas de comer el estofado de venado que hacía mi madre—murmura mientras me hace una seña para que no hable—. Creo que eso sería perfecto en este momento.

Aren se dirige a la nevera y la abre. Revisa todo su interior. Revisa en la encimera y sobre las hornillas. Pero no hay absolutamente nada.

—¿Entonces no comeremos estofado? —pregunto al ver la cara de confusión de Aren.

—Bueno, no a menos que yo lo prepare, o que tu lo pidas, al parecer esta cabaña solo obedece a las brujas. —me dice poniendo los ojos en blanco.

Y no puedo evitar reír.

—Me hubiese gustado haber podido conocer a tus padres. —murmuro mientras le toco el brazo con cariño—. Seguro el estofado hubiese estado delicioso.

—Mi madre te hubiese adorado y seguro que te hubiese preparado sus deliciosas recetas.

—Me hubiese gustado mucho. —lo miro a los ojos mientras le brindo una sonrisa.

Un toque en la puerta hace que me sobresalte. Frunzo el ceño mientras miro a Aren.

—¿Esperamos a alguien? —me pregunta mientras mira hacia allí.

—Nadie sabe donde estamos, solo Orla, y ella se ha marchado hacia mi mundo. —murmuro.

Aren se separa de mí y camina hacia la puerta. Vuelven a tocar de manera insistente. Al llegar a la puerta, Aren mira fijo a esta mientras vuelven a tocar. Y entonces la abrió.

—¿Por qué has tardado tanto en abrir? —una mujer entra en la cabaña cargando bolsas—. Anda ayuda con el venado. —le grita mientras se dirige rumbo a donde yo estoy en la cocina.

Aren abre más la puerta y entra un hombre, de igual complexión que él, cargando una pierna de venado sobre su hombro. Observo a Aren que ni se mueve de la puerta. Solo mira impactado a aquellas personas invadir nuestra privacidad. Aferro aún más la toalla a mi cuerpo y camino en su dirección.

—¡Aren! ¿Conoces a estas personas? —pregunto mientras observo a la pareja sonreír y dejar las cosas sobre la encimera. Aren tiene la mirada fija en aquella pareja y entonces veo una lágrima caer por su mejilla—. ¡Aren! ¿Qué sucede? —ahora estoy preocupada.

Puro Placer©✔️(+18) #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora