• Capítulo 36

191 22 2
                                    

Abrí los ojos y vi el brazo de Jay alrededor de mi cintura. Entonces recordé todo lo de la noche anterior y me escondí entre las sábanas. Miré mis muñecas, que ya no estaban atadas, y se podían advertir las marcas del cinturón.
Hablando de marcas, cuando miré mi cuerpo me di cuenta de que Jay se había pasado un poquito anoche.
—Te voy a matar.— Susurré.
—Mmm.— Dijo él con voz ronca. —¿A quién quieres piensas matar, pequeño?—
—Pensaba que seguías dormid- —
Alguien tocó la puerta y yo me escondí entre las sábanas.
—¿Chicos, vamos a ir en bicicleta, os apetece venir?— Preguntó Terry al otro lado.
Yo miré el reloj y vi que eran las 6:45. «¿Por qué tan temprano?» Pensé sufriendo.
—¡Cuenta con nosotros, no tardaremos!— Respondió Jay a voces.
—¿Qué haces?— Susurré.
—Traed el bañador, queremos llegar a bañarnos en un río.— Se escuchó decir a lo lejos.
—¿Con el frío que hace?— Vociferó Jay.
—Venga, no exageres, hoy hace casi calor.— Respondió Jack a lo lejos.
—Mierda.— Susurré yo mirando mi cuerpo.
—¿Qué pasa?— Jay me miró de arriba abajo. —Oh, ya…—

Después de vestirnos salimos de la habitación y nos encontramos con los demás. Will había preparado bocadillos para todos, cosa que le agradecí con toda mi alma. Un buen desayuno repararía mis pocas horas de sueño.

No me di cuenta de que era mala idea ir en bici hasta que me subí a una. Los asientos eran demasiado incómodos y ya de por sí me dolía ahí abajo. «Jay…». Pensé apretando el manillar de la bicicleta.
—¡Vamos, no os quedéis ahí pasmados!— Gritó Ricky.
—¡Hagamos una carrera!— Respondió Ethan siguiéndole el juego.
Todos empezaron a seguirlos, excepto Jay, que se quedó mirándome.
—¿Quieres que te lleve?— Se ofreció con pena.
—No hace falta.— Mentí. —Pasa tú primero.—
—Si no quieres que te lleve, al menos iré detrás de ti.— Insistió él.
Me preparé mentalmente y empecé a pedalear. Sinceramente, me dolía todo, pero tenía que fingir que estaba bien para que nadie sospechase, cosa que se me daba de pena.

—¡Mirad, qué bonito!— Dijo Benjamín señalando el cielo.
No sé como no se cayó de la bici, la verdad, yo si soltase el manillar me iría derecho al suelo. Pero, volviendo al tema, Benjamín tenía razón.
—¡Wow!— Exclamaron los demás al unísono.
En el cielo se pudieron observar tonalidades rosas, naranjas y azules. Parecía una hermosa pintura al óleo.

Cuando me di cuenta, Jay estaba pedaleando a mi lado.
—¿Te gusta ver el amanecer?— Preguntó al ver que me quedaba mirando hacia el cielo.
—Sí, aunque prefiero las tonalidades del atardecer, la verdad.— Respondí.—Bueno, y también amo ver las estrellas de noche.—
La verdad es que tenía bastante interés por el cielo en general, me parecía maravilloso.
—Está bien saberlo.— Dijo él.
—¿Qué?—
—Quiero decir, que nunca me lo habías dicho.— Respondió rápidamente.
—Ah, ya.—
—Me gustaría conocerte mejor.— Dijo Jay de repente.
Me ruboricé. «No te emociones, seguramente se refiere como amigos.»
—¡Estamos a punto de llegar!— Gritó Will.
—¡Sí, ya veo el río!— Añadió Terry.

Dejamos las bicicletas apoyadas en los árboles que había cerca de la orilla del río y los demás tardaron poco en quitarse la ropa.
—¡E-está muy f-fría!— Exclamó Ricky, que fue el primero en meterse al agua.
—¡Que voooy!— Dijo Ethan saltando.
—¡Espera!— Benjamín se metió también, y seguido de él fue Terry.
Jack nos miró y dijo:
—Vamos, no nos quedemos atrás.—
—¿Pasa algo, Jungwon?— Preguntó Will cuando estábamos solos él, Jay y yo.
—Es que tengo un poco de frío.—
—¡Vamos, será divertido!— Insistió él.
—Al menos mete los pies, me quedaré contigo si quieres.— Se ofreció Jay.
Asentí con la cabeza y entonces Will me agarró de la mano y me arrastró hasta el agua.

La verdad es que sí que estaba fría, pero me lo pasé bien jugando con los chicos. Como era de esperar, empezaron a tirarse agua unos a otros.
—¿Habrá peces aquí?— Preguntó Ricky.
Benjamín y Jack lo miraron como diciendo “no quiero tocar otra caña de pescar en mi vida”.

Cuando volvimos a la casa estábamos chorreando, pero el verdadero problema vino cuando todos nos queríamos duchar a la vez, eso sí que fue una guerra. Aunque acabamos haciendo “piedra, papel o tijeras”, siempre servía para resolver todos los problemas.

Al final llegó la noche y después de cenar nos pusimos a jugar al parchís. Se sentía tan bien estar de viaje con amigos sin tener ninguna preocupación. «Solo paz y tranquilid-».
—¡Si vuelves a matarme una ficha, te comes el tablero!— Le dijo Benjamín a Jack.
—¡No es mi culpa tener suerte!— Respondió él.
—Ya basta, yo no tengo ni una ficha fuera.— Dijo Will triste.
—A mí tampoco es que vaya demasiado bien.— Añadió Ethan, que le acababan de matar la ficha más cercana a la meta.

Miré a Jay que estaba sentado a mi lado, observaba el tablero sin apartar la vista, pero parecía estar pensando en otra cosa.
—Oye.— Susurré. —¿Puedes venir un momento conmigo?—
Jay se levantó y me siguió hasta llegar a nuestra habitación.
—¿Pasa algo?— Preguntó un poco preocupado.
—No, es solo… Bueno, te quería dar algo.—
Jay levantó una ceja como diciendo “¿A mí?”.
—Lo compré cuando estuvimos en el pueblo. No sé si te gustará, pero quería regalártelo.— Dije para después darle la caja con el perfume. —No te lo he dado antes porque no había encontrado el momento.—
—No era necesario regalarme nada, bobo. Ni siquiera es mi cumpleaños o un día especial…— Dijo él con la caja en las manos.
—Solo ábrelo.— Dije impaciente por ver si le gustaba.
—Esto… ¡Pero si es mi perfume preferido!— Exclamó él. —¿Cómo lo has sabido?—
—B-bueno es parecido al que usas… — Respondí. —¿De verdad te gusta?—
—¡Me encanta!— Dijo él para después abrazarme agradecido. —Pero no tenías por qué comprar nada, de verdad, ahora me sabe mal.—
—Está bien, me alegra ver que te ha gustado.—
Jay se me quedó mirando indeciso. Iba a preguntarle si pasaba algo, pero no me dio tiempo, ya que posó suavemente su mano detrás de mi cabeza y me acercó a él para darme un tierno beso.
Los dos nos miramos a los ojos. «¿Estará pensando lo mismo que yo?» Pensé. «Quiero volver a besarle. Pero no quiero besarle como su “compañero sexual”… De hecho, ¿Soy yo o este beso ha parecido diferente? Como más… ¿Cariñoso?» Jay volvió a acercarme a él y el tiempo pareció ralentizarse.

𝐈𝐭'𝐬 𝐎𝐮𝐫 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭 ▪︎ Jᴀʏᴡᴏɴ Where stories live. Discover now