• Capítulo 8

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—Jungwon...—
—Jay, ¿Qué haces? Suéltame.— Dije confundido por su comportamiento.
—... Perdóname.—
—¿Qué has dicho?— Pregunté sorprendido pensando que lo había escuchado mal.
Jay respondió balbuceando como si estuviera medio dormido:
—Sé que está mal haberte molestado, no me he comportado muy bien contigo.—
Paró un momento como reflexionando en qué más decir. —Ahora parece que no me quieras ni mirar a la cara.—
—¿Entonces qué quieres que haga? ¿Por qué haces esto?—
No respondió.
—Pareces un niño pequeño. Además, estás demasiado borracho, será mejor que me vaya.—
Jay se quedó mirando el suelo, parecía a punto de romper a llorar. La situación hubiera resultado incluso graciosa si después de eso Jay no se hubiera abalanzado sobre mí para abrazarme, acorralándome contra la pared. Realmente parecía muy arrepentido, pero no me lo podía tomar en serio.
—Jay, ¿Qué estás tratando de hacer?, ¿Esta es otra de tus bromas?— Pregunté un poco cansado. —Aparta, pesas mucho, te vas a caer.— Dije intentando sostenerlo para que no nos cayéramos los dos.
—Jungwon, y-yo- — Jay se acercó a mi cara y se quedó a pocos centímetros de mí. Por un momento sentí su respiración tan cerca que inconscientemente se me aceleró el corazón. Entonces Jay me miró fijamente a los ojos. Casi se podría decir que había estado a punto de besarme, de no ser por una chica pelinegra que entró en el baño justo en ese momento.
—¡Conque aquí estabas!— Dijo mirando a Jay. —Perdón por las molestias, mi amigo ha bebido demasiado.— Añadió riendo avergonzada.
—Oh, tranquila, no pasa nada.—
Se acercó a mí y agarró a Jay para llevárselo, pero este se había quedado dormido.
—Al parecer te llevas muy bien con él.— Dijo sonriendo pícaramente.
Por un momento no entendí a qué se refería, luego me acordé de que había entrado al baño justo en el momento más embarazoso.
—V-voy a su clase, soy su compañero.— Aclaré.
—Ya veo... Ay, como pesa.— Dijo intentando levantarlo de nuevo.
Entonces entró otra chica al baño, esta tenía gafas y el pelo corto.
—¡Oh, has encontrado a Jay!— Comentó mientras iba a ayudar a la otra chica a levantarlo.
Antes de irse, la pelinegra dijo: —Oh, por cierto, ¿Cómo te llamas?—
—Jungwon, Yang Jungwon.—
—Lindo nombre, yo me llamo Hanna- —
La chica de gafas interrumpió para decir:
—Espera, ¿Eres el de la pista de baile?—
Asentí, ella parecía bastante emocionada. Nunca hubiera pensado que me reconocieran como "el de la pista de baile" pero era mejor que otros apodos que me habían puesto.
—¡Yo soy Melody!— Dijo sonriente.
—E-esto... Es un placer conoceros, chicas.—
Me despedí con la mano mientras se iban, un poco confundido por todo lo que acababa de pasar. «¿Sería alguna de ellas la novia de Jay?» Me pregunté. «No, no creo. Han dicho que eran sus amigas.» Cuando salí del baño volví con Will y Jack.
—¿Qué te ha tomado tanto tiempo?— Preguntó Jack.
—Oh, nada, solo me he perdido buscando el baño.— Dije mintiendo para ahorrarme más preguntas.
Escudriñé la sala con la mirada y me di cuenta de que habían añadido más globos de helio mientras estuve ausente. De repente, casi todas las luces se apagaron y pude ver a Ethan sentado en una silla en el centro de la sala y Hanna tapándole los ojos. De una habitación salieron Melody y otro chico sosteniendo un pastel con las velas encendidas. Como era obvio, todos se pusieron a cantar el "cumpleaños feliz". Lo que nadie se esperaba es que después de apagar las velas, el chico que sostenía el pastel junto con Melody se lo estampara en la cara a Ethan.
—¡Ven aquí, Ricky!— Chilló el cumpleañero a todo pulmón mientras intentaba quitarse los restos de pastel de la cara.
En un abrir y cerrar de ojos la fiesta se había convertido en una guerra y Benjamín empezó a tirar trozos de pastel a todos sus amigos, luego estos se vengaron, y ahí se montó el desmadre. Vi a Terry a lo lejos huyendo de otro chico que tenía un bote de nata entre las manos. Cuando todo pareció calmarse un poco, a ese tal Ricky se le ocurrió empezar a jugar con los globos de helio y respirar el gas para que le cambiara la voz. Me sentí como si estuviera rodeado de minions. Incluso Will quiso probarlo.
—ʰᵒˡᵃ ʲᵘⁿᵍʷᵒⁿ, ᵘʸ.— Dijo riendo con voz de pitufo.
Nos quedamos bailando un rato más en la fiesta, y luego miré el reloj por casualidad y me di cuenta de que eran las 23:17 p.m.
—Will, deberíamos irnos ya, se está haciendo tarde.—
—Que pena... Pero sí, no quiero que nos castiguen por llegar después del toque de queda.—
—¿Deberíamos avisar a los demás?—
—Nah, déjalos, creo que prefieren seguir de fiesta.—
Dicho eso nos dirigimos a la salida y tomamos otro taxi para volver al internado.

—Ha estado bien, gracias por insistir en que viniera contigo.— Dije sonriendo.
—Oh, no es nada, tienes que aprender a divertirte más.—
No comenté nada más porque supuse que cada quien tenía su forma distinta de "divertirse", y yo no era mucho de salir, pero, para mi sorpresa, sí me había gustado ir a la fiesta de Ethan.

Por suerte el taxi nos dejó casi en la puerta de la academia, porque se había puesto a llover en el camino de vuelta.
Mientras caminaba hacia mi habitación me quedé pensando en las palabras que había dicho Jay: "Jungwon... Perdóname." «¿Se había disculpado en serio o había sido solo producto del alcohol? Realmente no se pueden tomar en serio las palabras de alguien borracho, ¿No? Bueno, se comenta que los borrachos dicen siempre la verdad, pero...» Cómo sea, aunque Jay se arrepintiese de sus acciones, no significa que lo vaya a perdonar tan fácilmente.

Después de despedirme de Will me fui a mi habitación. Con todo lo que había pasado pensé que no podría conciliar el sueño, pero estaba tan cansado que a los pocos minutos de estirarme en la cama me quedé completamente dormido.

𝐈𝐭'𝐬 𝐎𝐮𝐫 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭 ▪︎ Jᴀʏᴡᴏɴ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora