15. Cita ideal

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Zion

Henry: ¿DONDE MIERDA ESTÁS? HEMOS RETRASADO EL TRABAJO POR TI. SI NO ME CONTESTAS, VOY A HACKEAR TU PUTO SISTEMA DEL TELÉFONO ZION.

Suspiro. Odio las amenazas de Henry, sabe que si mueve un solo dedo contra mi, esta terminado. No le contesto. Zac puede encargarse, se que le he delegado mi parte del trabajo pero se que no puedo posponerlo más. Después de todo, funde nuestra empresa con sudor y lágrimas.

Escucho a Edmund destrozar por tercera vez su oficina, pongo en blanco mis ojos y me dirijo hacia ella.

Cuando abro la puerta, mis reflejos me ayudan a esquibar un libro.
Edmund me mira como si quisiera matarme, de hecho me ataca.

Con un grito un poco desconcertante se abalanza contra mi. Caemos al suelo, su peso sobre mi hace que me duelan las costillas, comienza a golpearme.

– ¡Tú! ¡Tú me tienes harto! –. Grita. Trato de esquivarlo, está como loco. Me recuerda a nuestros días de juventud, a cuando todo era caótico por culpa de Thea. A cuando nos introdujo a ese mundo oscuro, a esa parte de mi vida que he querido enterrar que a veces me acecha.

– ¡Edmund! ¡Tranquilo!–. No se controla. Así que lo golpeo, esta borracho, puedo manejarlo mejor. Logro quitármelo de encima, en un movimiento ágil me pongo a orcadas encima de él, reteniendolo contra el suelo.

Mi corazón va a mil, me duelen las costillas pero solo fue el el impacto del golpe. Edmund no deja de moverse.

– ¡MIERDA! ¡BASTA!–. gruño furioso. Siento el labio hinchado, y me duele el pómulo izquierdo. Entonces Edmund se relaja. Y comienza a llorar. Se pone muy aguado, y cuando estoy seguro que no me atacará de nuevo, me siento a su lado. El sigue boca abajo tirado en el suelo.

Verlo así me produce algo en mi pecho, algo que no quiero ponerle nombre. Nuestra relación ha sido un asco, desde que George, su padre y Thea nos separaron. Edmund fue el único que me recibió con los brazos abiertos cuando llegue a los 12 años, pero Thea y George tuvieron que cagarlo todo.

– La perdí... la perdí Z, perdí al amor de mi vida– lloriquea. Siento un nudo en el estómago, Edmund me llamaba solo "Z" en nuestra juventud. Verlo y escucharlo vulnerable me da una sensación extraña.

– No la perdiste Ed, necesita proceder la información, necesita asimilar todo lo que le contaron. Dale tiempo, confía.

Edmund asiente. No dice nada más, no se mueve y nos quedamos en silencio. Recuerdo cuando éramos amigos, recuerdo como el me abrazó cuando llegue a esta mansión.

Aplastó esos recuerdos, acordarme de ello me hace acordarme de lo que les hice a mis papás adoptivos, a Rubby y a Lidia. Los abandone como el hijo de puta que soy.

– Zion ...

– Hmm...

– Si alguna ves te enamoras, pero te enamoras de verdad, no lo que pasó con Thea, cuídala. No le mientas, si ella te ama, no la dejes ir, porque esa mujer te entregará su corazón, recuerdalo.

No contesto. No digo nada, solo nos quedamos en silencio y yo ahogado en mis pensamientos.

○○○○

Me acerco a la sala común, desde la puerta veo a Roke limpiando las ventanas de la puerta de vidrio. No sé ha dado cuenta que estoy aquí, me quedo solo observándola.

Sus movimientos son coordinados, sus delicadas manos trabajan de manera uniforme. Con mi mirada recorro cada parte de su cuerpo deteniendome en su trasero. Con cautela y sigilo me acerco a ella.

SOLAMENTE MÍA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora