Capítulo 11

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Narradora

Cerca del mediodía era ya cuando Kyung decidió volver a casa de Annieh después de haber explorado cada rincón del bendito pueblo. Sabía que la había dejado preocupada e insatisfecha por su falta de información... pero el recuerdo de ese nombre lo hicieron sentir tal nostalgia que su pecho le dolía.

Por fin tenía un recuerdo después de tanto tiempo. Y era justamente el que siempre había querido borrar ¿Se podía tener peor suerte?

Cada segundo que pasaba la imagen del rostro de esa niña, que antes aparecía borrosa en su mente, ahora se hacía presente muy claramente. Killya.

Había salido de la casa repitiendo el nombre una y otra vez en un susurro. Tal vez tenía miedo de volver a olvidarlo... de volver a olvidarla a ella. Pero por una parte sabía que eso no volvería a pasar.

—¿Que haces por aquí ? —Una voz conocida lo sacó de sus pensamientos, y al girarse a su derecha se encontró con unos profundos ojos verdes observándolo con curiosidad.

—Ah, eres tú. —Dijo él tranquilamente y siguió caminando.

La plaza del pueblo, donde estaba la única escuela que tenía Laguna roja y algunos negocios pequeños, era a donde Kyung había llegado a parar al salir de caza de Annieh. Y ya había explorado cada rincón de ella.

—¡Eh! —Gritó Eyelen molesta —. ¡Al menos espérame!

La castaña dio una pequeña carrerilla hasta alcanzar el paso de Kyung y este la miró de reojo. Ella llevaba su cabello castaño recogido en una trenza baja al costado con unos mechones sobresaliendo a los lados de su rostro y vestía el uniforme de preparatoria del instituto que había en el pueblo.

—Dime, ¿Que haces aquí? —Insistió ella.

—Solo estaba conociendo el pueblo. —Dijo él volviendo a ver al frente.

—¿Y Anni ? —Preguntó levantando una ceja.

—No se. Supongo que estará en la casa. —Respondió Kyung encogiéndose de hombros.

—Estoy preocupada por ella... —Murmuró la castaña pensativa —. Ya sabes, por lo que te comenté la última vez...

Kyung no dijo nada. No se sentía con el derecho de hacerlo. Pero el también estaba preocupado. La promesa que se hizo a sí mismo de no dejar que eso volviera a pasar no podía descuidarla... también había dicho que no la dejaría sola, donde fuera un blanco fácil para ese... tipo.

Por eso en ese momento se encontró a si mismo buscándola. Algo le decía que no estaba en la casa.

—Aquí nos despedimos... —Escuchó la voz de Eyelen y la miró. Ella le sonrió ligeramente dirigiéndose al interior de la tienda perteneciente a su familia.

Kyung alzó una ceja ¿Ya habían llegado a allí? Estar tan metido en sus pensamientos le hizo no sentir la caminata.

Dio un último vistazo a la tienda y tras asegurarse de que ya Eyelen se encontraba en su interior, comenzó a caminar en busca de Annieh.


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Anna sintió el tintineo de las campanas que se hayaban colgadas en las puertas de Ahoyama al abrirlas. Se sumergió en el interior de la tienda mirando a su alrededor. Otra suma a la lista de personas que andaban en busca de Annieh.

NOCTURNO [PAUSADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora