Capítulo 5

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Annieh:

Mi cabeza palpitaba, el dolor que sentía me impedía abrir los ojos a pesar de ya llevar unos minutos despierta. Me había dado cuenta de que estaba sobre un colchón, y que lo que parecía una colcha gruesa hacía peso sobre mí cuerpo.

Supuse que Kyung había logrado encontrar la aldea que buscábamos después de que me desmayé, y que ya estábamos a salvo. Aún me sentía mal, todo mi cuerpo dolía y  sentía mi piel sensible, sin hablar de la punzada en mi cabeza, que hacía que una corriente eléctrica recorriera mi cuerpo cada vez que intentaba abrir los ojos.

El sonido de una puerta abriéndose me alertó, y cuando sentí el colchón hundirse a mi lado supe que era momento de abrir los ojos.

A duras penas lo conseguí, intenté acostumbrarme poco a poco a la luz, y calmar el dolor que había causado mi repentino abrir de ojos. Cuando lo logré, miré a un lado encontrándome a Kyung sentado junto a mí mirándome.

—Hola. —Dijo él suavemente, mientras me sonreía.

—Hola. —Le devolví el gesto de la misma manera.

Hubo un pequeño silencio que me hizo mirarlo. El estaba viendo hacía el suelo, pensativo, y eso hizo que me preocupara.

—¿Ocurre... algo? —Quise saber, algo nerviosa.

Kyung levantó la vista, encontrando su mirada con la mía. Cuando eso sucedió un recuerdo vino a mi mente, uno que hizo que mi corazón empezara a latir muy rápido...

Algunas horas antes:

Kyung se puso a mis espaldas, puso la manta sobre mí enredandome en ella. Eso me sorprendió, me sorprendió mucho. Otra vez se puso al frente y me sonrió. Era una sonrisa diferente.  No era triste, tampoco sarcástica ni juguetona... era una sonrisa dulce, que nunca antes había visto. Por un momento sentí el frío esfumarse, mi rostro caliente, como si el frío de repente hubiera desaparecido.

Al pararse frente a mí, su rostro había quedado muy cerca del mío, y me quedé observando sus ojos... esos extraños ojos heterocromaticos. Que producían una sensación difícil de definir en mí.

Actualidad:

Tragué saliva al recordarlo. Inevitablemente también recordé cuando me tomó en brazos, en ese momento en el que había empezado a tambalearme. Esa sensación... estar así de cerca se había sentido realmente bien...

—¿Como te sientes? —Preguntó Kyung.

Tardé algunos segundos en volver a la realidad, y negué con la cabeza intentando apartar esos pensamientos de mi mente.

—Más o menos... —Contesté Finalmente. —Aún siento mi cuerpo adolorido.

—Es normal. —Kyung miró hacia la puerta y luego a mí. —Será mejor que comas algo, no es bueno que estés sin comer.

Por un momento quedé pensativa, observando el mármol que componía el suelo de la habitación. Otra vez miré a Kyung levantando una ceja.

—Por cierto... ¿Donde estamos? —Pregunté.

—Estamos en la aldea esa rara que buscábamos... —Empezó el su respuesta. —...en casa de un leñador que nos recogió anoche.

NOCTURNO [PAUSADA] Where stories live. Discover now