27. Cambios

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La familia Jiang estaba sumergida en un remolino de emociones, tristeza, decepción, enojo y vergüenza

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La familia Jiang estaba sumergida en un remolino de emociones, tristeza, decepción, enojo y vergüenza. Uno de los principales pilares en la Secta Jiang destruyó todo, debido a sus acciones enfermizas y crueles.

Las demás Sectas empezaron a murmurar a sus espaldas, haciendo que poco a poco perdieran todo el reconocimiento y respeto hacia los Jiang. Los acontecimientos recientes les estaban pasando factura y todo se estaba derrumbando.

A pesar que en Gusu Lan está prohibido, esto no evitaba que sus discípulos pensaran lo peor de aquella Secta.

Todos volvieron a sus rutinas diarias, luego de castigar a los culpables de tanto sufrimiento hacia aquel Zorro. Algo que nadie tenía conocimiento es que el anciano que más daño le hizo a aquel Zorro seguía vivo, encerrado en una cueva algo alejada siendo torturado una y otra vez sin descanso alguno, sin ninguna posibilidad de conseguir la muerte por más que la suplicara.

El líder Jin desde el primer momento que tuvo frente a Lan Wuxian empezó a planear cosas realmente horripilantes, sin el conocimiento de nadie se encargó que algunos de sus discípulos empiecen a construir una "cabaña" más parecida a una jaula perfecta para un Zorro en un territorio particularme abandonado. Cerca de ahí anteriormente realizaban cacerías nocturnas, pero debido al número de incidentes junto a dos discípulos que terminaron sin vida, el paso por ese lugar se fue disminuyendo hasta quedar completamente desolado, simplemente era el lugar perfecto para poner en marcha su avaricioso plan.

Aquel pavo real que se encontraba totalmente embobado por la preciada flor de loto de los Jiang sabía que algo planeaba su padre, pero simplemente decidió no tomarle importancia. Seguramente solo era alguna de sus ya numerosas infidelidades hacia su madre, así que no le importaba. Por otro lado, buscaba maneras de poder ver a Jiang YanLi nuevamente, debido a los casi recientes acontecimientos la Secta Jiang había casi desaparecido, aquellos discípulos que les encantaban las cacerías nocturnas, dejaron de salir. El brillo que anteriormente rodeaba a Yunmeng fue desapareciendo, su líder sabía que no podían rendirse así y simplemente desaparecer, pero desde que Jiang Cheng empezó a decaer y su hija mayor por más que intentará razonar con el, era imposible.

Su familia estaba rota.

— A-Cheng - la Omega volvió a tocar suavemente la puerta, nuevamente sin obtener respuesta alguna.

La pantera suspiro profundamente e ingreso a la habitación tras forzar un poco la puerta. Al entrar se pudo ver una bola de mantas a las cuales se acercó con delicadeza y precaución, no sabía con certeza la reacción de Jiang Cheng al entrar son permiso.

— A-Cheng - volvió a llamar, colocando suavemente su mando sobre aquellas mantas que se movieron ligeramente ante el toque - Padre está preocupado, no puedes pasar el resto de tu vida aquí.

— ¿Para qué? - se escuchó débilmente una voz un poco ronca, era la primera vez que hablaba en días - Madre ya no está, tal vez no era la mejor pero era mi madre, nuestra madre YanLi. Ellos la mataron como si de un simple animal se tratara - escupió con odio.

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