SMERALDO

🌼 Capitulo 24 🌼

-Todo cambia-

JANE

Después de esa noche, no volví a ver a Adam.
Sabía que ya había terminado todo entre nosotros y que no debía interferir en su vida, mucho menos cuando sabía que estaba comprometido.

Nunca me imaginé que Erika estuviera comprometida con Adam. Ahora entendía por que el mundo era muy pequeño.

La curiosidad me invadía y no paraba de pensar porque Adam no me había contado nada de esto. ¿Por qué me lo oculto? ¿De en verdad había confianza entre nosotros? ¿Qué otras cosas escondía?

Deje de hacerme preguntas y me concentré en tomar mi café. Había ido a la cafetería a ver a Mark para contarle todas las cosas que ma habían pasado los últimos días. Lastimosamente, le salió un imprevisto y no pudo ir.

Mire por la ventana del segundo piso; el día estaba muy hermoso. Los carros pasaban frente al edificio mientras hacían sonar su claxon por el tráfico, las personas iban de un lugar para otro y los pajaritos revoloteando alegraron mi mañana. Después de todo, habían días felices.

Escuché el ruido de una silla moverse frente a mi, llamando mi atención. Sara, se había sentado. Trate de no escupir mi café al verla frente a mi.

—Hola, Jane. — dijo en un tono seco sin ninguna expresión en su rostro.

—¿Qué es lo que quieres? — pregunté.

Sara trago saliva y se recargó en el respaldo de la silla frotando sus manos. Se notaba nerviosa.

—Jane... — su tono de voz se cortó un poco. —Se que... no he sido muy buena contigo. Te he hecho mucho daño y... lo lamento.

—Es otro de tus trucos ¿No?

—No, no lo es. Jane, yo de en verdad lo lamento. Creo que... yo tuve la culpa de que Adam me dejará. Verás, el y yo estábamos hablando por teléfono ese día. Mi padre me llamo y pensé que ya había colgado la llamada, pero no lo hice. Menciono si ya tenía el dinero para pagar nuestras deudas y la cirugía de mi madre... — lágrimas salieron de los ojos de Sara. —Le dije que no y que lo conseguiría lo más rápido posible. A él, nunca le ha agradado Adam, piensa que es un niño malcriado, así que le dije que me alejaría de el cuando obtuviera ese dinero. Adam escucho y pensó que solo era una interesada y me cortó.

No entendía exactamente porque Sara me estaba contando todo esto ahora, así que no dije nada y espere a que continuara.

—Perdi a Adam y con el, perdí el dinero que iba a salvar a mi madre. No pudimos pagar su cirugía y, días después... ella dejó este mundo.

La chica tenía los ojos rojos bañados en lágrimas.
Me sentí culpable por eso. Le había quitado a Adam y con él, a su madre.
Pensé en las consecuencias que habían traído mis acciones y entendí porque Sara, ese día en que publicaron el vídeo de Adam, había dicho que no sabía nada.

Apoye mis brazos en la mesa y tome sus manos. Estaban temblando.

—Lo lamento... yo no sabía nada. Tenías razón.

—Jane, no tienes porque pedir perdón. Yo soy la culpable. Me sentí furiosa porque pensé que por tu culpa había perdido a mi madre y a Adam. Estuve ciega y no ví las consecuencias de mis actos. Yo escondí tu libreta, te trate mal y dije cosas de muy malas de ti en el instituto. Yo siempre fui la culpable por no hacer bien las cosas y no valorar a Adam... ahora que lo necesito... ya no está, me odia y evita.