🌼 Capitulo 17 🌼

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-El amor de tu vida y tu alma gemela-

JANE

Todos terminamos de almorzar. Evan nos ayudo a recoger y a lavar los trastes que se habían ensuciado.

—Te ayudo —. Me coloque a un lado suyo mientras terminaba de lavar los pocos platos que había en el fregadero. Tome un vaso y empeze a lavarlo.

En un descuido el chico me aventó espuma, su risa resonó por toda la cocina.

—¡Oye! — le reclamé en un tono divertido al momento que yo también le aventaba espuma.

Segundos después estábamos corriendo al rededor del comedor persiguiendo al otro con espuma en las manos. Fue divertido.

El timbre de la casa sonó. Mi madre salió de la sala a abrir la puerta.

—Oh, hola Amy. Jane saldrá en un momento —. Mi madre me miró y señaló en un movimiento de cabeza a mi mejor amiga que se encontraba al otro lado de la puerta.

—Ya vamos —. Me quite el delantal y me seque las manos con el trapo; lo mismo hizo Evan.

Me despedí de mi madre con un beso en la mejilla y salimos de la casa.

La madre de Amy hiba al volante cantando una canción con su hija, los chicos platicaban de sus cosas y yo miraba por la ventana. La tarde era hermosa.

Llegamos a la feria del pueblo y bajamos del auto. Gran variedad de juegos mecánicos nos dió la bienvenida.

Los chicos se fueron por una parte y nosotras por otra. Algo llamo nuestra atención: La casa de la adivina.

Nos adentramos a un pequeño cuarto con cortinas abiertas a los costados; en el interior, una señora se encontraba sentada junto a una bola de cristal y un manojo de cartas situadas a un costado de sus antebrazos que descansaban en la mesa.

La señora tenía los ojos cerrados con una expresión serena.

—Tomen asiento, por favor — pidió amablemente mientras abría ligeramente sus ojos. —¿Quien será la primera? — Amy me miró y pude entender que quería que fuera la primera en saber mi futuro.

Me acerque y tome asiento frente a la peculiar mujer. Ella, tomo mi mano y empezó a pasar su dedo por encima.

—¿Qué es esto? — se preguntaba. —¿Es posible?

—Pasa algo... — me sentía nerviosa.

—Hay... Hay dos personas, puedo verlas...

—¿Qué tienen esas dos personas?

—Te encuentras entre la espada y la pared...

—¿A qué se refiere? — preguntó Amy.

—Una... Una... ¡Es al amor de tu vida! Y la otra... Tu alma gemela...

—¿Qué? ¿Eso es posible?

—Debes elegir a una... — la adivina cerró fuertemente los ojos —No todo es para siempre Jane Miller... — mi boca se abrió al escuchar mi nombre.

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