🌼 Capitulo 23 🌼

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-¿No puede haber un día mucho mejor?-

Adam

Muchos dirán que solo jugaba con Jane, muchos dirán que solo la veía como un juguete.
Están equivocados.

La historia de mi vida nuca ha sido perfecta, soy imperfecto, soy un simple humano que comete muchos errores.

Siempre han existido cosas de las que todavía me arrepiento... Una de ellas, fue conocer a Jane.
Creo que sí no la hubiera conocido, ella estaría bien, en una hermosa relación con Evan; no estaría sufriendo como ahora.
Al mismo tiempo, agradezco averla conocido. Gracias a ella, todo mejoro y ahora soy más feliz, sobre todo... Pude sanar.

Esa noche, en la que todo paso, hablé con mi padre buscando mi libertad. Estaba cansado de seguir lastimado a Jane por obedecer sus reglas.

—Solo quiero lo mejor para ti. — me decía mientras tomaba de su vaso lleno de agua.

—Solo te pido que me dejes ser libre...

—¿Y elijas a Jane?  — enarco una ceja indignado. Trague saliva ahogado todo el enojo que sentía en ese momento.

—Ella cree que soy un idiota; solo la he lastimado, y es por tu culpa.

—Necesitas más para ser feliz.

—¡Jane es suficiente!

—¡No lo es! Te casarás con Erika y eso será todo. — dió un fuerte golpe en la mesa haciendo que sobresaltara y el vaso de agua se tambaleara, por suerte, no se derramó.

Mi padre salió furioso de su despacho, mientras yo me quedaba viendo por la ventana como Erika me saludaba desde la planta baja.

Mi quite de golpe y me dirigí corriendo hacia el jardín secreto.

La rabia corría por mis venas y las lágrimas ocasionadas por el enojo, se derramaban y mojaban mis ojos.
Me mordí los labios para retenerme, haciendo que tiempo después, estos sangraran.

Llegue al jardín y me senté en el columpió que colgaba del frondoso árbol.
Me quedé analizando todo lo que había pasado esa noche: Jane en mi cumpleaños, el compromiso y Evan abrazando a la persona que amaba mientras ella me decía que todo había terminado.

Una mano tocó mi hombro haciendo que girará mi cabeza. Mi madre, estaba a un lado mío.

—¿Recuerdas porque tú padre me vino a buscar? — hablo delicadamente.

—Porque te ama —. Dije en voz baja. Mi madre asistió con la cabeza.

—¿Por qué tú no vaz por Jane? La amas ¿No es cierto?

—Mi padre nunca me dejaría y solo la puedo lastimar más. — rodé los ojos.

—¿Te digo algo? — mi madre soltó mi hombro e inhaló aire. —Yo no provenia de una familia rica. Tu padre se enamoro de mi y jamás me soltó; él, se enfrento a tu abuela. — rió al decir la última parte. —Tu hazle frente y ve por tu amada. No le hagas caso.

Mi madre se agachó y, con su suéter, limpio la sangre que se encontraba en mis labios mientras me regalaba una cálida sonrisa.

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