Eres Luz de Estrellas

Capítulo 13 | Conversaciones necesarias

Capítulo 13 | Conversaciones necesarias 

EVE

— ¿Qué pasa contigo, Vanessa? —le espeta Alex, saliendo de mi habitación para acercarse a ella—. No vuelvas a llamar a Eve de esa manera.

— ¿Por qué no? —lo enfrenta—, eso es tu noviecita, nunca me creíste, siempre te lo dije y solo intentaste convencerme de que eran suposiciones sin sentido, aquí está la prueba de que no lo eran —nos señala a ambos con una risa—, no te tomo nada dejar atrás nuestra relación de más de dos años para involucrarte con ella.

En cualquier otra ocasión, habría dejado pasar sus comentarios por la nula importancia que tienen para mí.

Pero esta vez, me es imposible ignorarla.

— ¿Igual que tú? —le cuestiono provocando que su atención se centre en mí—, te tomo solo un día anunciar tu relación con Gibran, ¿crees que eres la más adecuada para llamarme de esa manera?

Su seguridad vacila y dirige su mirada hacia otro lado.

— Yo jamás fingí que no me gustaba mi mejor amigo para seguir a su lado, esperando la mejor oportunidad para lanzarme a él.

— ¿Quieres que hablemos de fingir ahora?

— Claro, a ti se te da muy bien fingir que no eres una zorra roba novios.

Me acerco más a ella, sin dejarme intimidar por sus palabras, no es la primera vez que me llama así o de maneras parecidas desde que se convirtió en mi compañera de habitación.

Toma cada oportunidad que tiene para insultarme —excepto cuando están presentes Kat o Danya— y ya me he cansado.

— Vamos, Eve —Alex me toma de la mano para atraer mi atención—, esto no vale la pena.

Tiene razón.

No suelo buscar problemáticas, las evito lo más que puedo, porque hay cosas que es mejor ignorar, en lugar de gastar tu energía en algo que no irá hacia ningún lado.

Asiento.

Me doy la vuelta, dispuesta a entrar junto a Alex en mi habitación, pero Vanessa parece tener más cosas que decir.

— ¿Qué pasa, Eve? ¿Siempre necesitas que alguien interfiera por ti? ¿No eres tan valiente si no están a tu lado tu amiga la gorda y la rubia estúpida?

Es automático, no medito mis acciones antes de realizarlas.

Vuelvo a girarme hacia ella y la empujo haciéndola tambalear, tiene que sostenerse de la pared para evitar caer.

— Es la única vez que te refieres a mis amigas de esa manera —me acerco peligrosamente y puedo ver cierto miedo en sus ojos.

Mi enojo se va con la misma rapidez con la que llego y el arrepentimiento por haberla agredido toma su lugar. No estaba en mis planes hacerlo, no suelo ser impulsiva, nunca. Normalmente pienso en todo lo que hago para no herir a otros, no soporto la idea de hacer sentir mal a nadie.

Pero he agredido a Vanessa.

No le digo nada más, entro en mi habitación y me siento en la cama, paso mis manos sobre mi rostro, intentando tranquilizarme. Debí ser más racional y no dejarme llevar por mis emociones.

Aunque, no podía soportar que insultara a mis amigas de esa manera.

Escucho a Alex cerrar la puerta y dar unos pasos hacia mí.