Comimos en silencio, aunque me moría de ganas de preguntarle qué tanto sabía y qué opinaba de la transformación de su hija en... lo que fuera en lo que se había convertido. Después de todo, sabía que apoyaba a Sam, por lo que seguramente, lo supo mucho antes que la misma Julie. Y no se lo dijo, vaya, esa era una traición en toda regla. Me pregunté también que pensaba Jules de eso. Por su expresión, también tenía muchas preguntas que hacerme, de vez en cuando parecía querer iniciar una conversación, pero se arrepentía.

Después de dos panecillos y media taza de café no lo aguanté más y me levanté.

—Bonnie, voy a bajar a la playa un rato, ella sabrá donde encontrarme. ¿Puedes decirle que me busque cuando despierte, por favor?

—Claro, claro —aceptó, aunque me pregunté si en verdad le diría.

—Gracias por el desayuno —me despedí y salí al frío de la mañana.

Conduje hasta llegar a la misma playa a la que había ido de excursión con mis compañeros el año pasado, dejando la camioneta en el estacionamiento. Apenas se veía una línea de luz muy tenue en el horizonte por lo que casi no había visibilidad cuando apagué las luces. Tuve que acostumbrarme a la penumbra antes de empezar a caminar a la playa. Hacía mucho más frío allí, por el viento proveniente de mar, así que metí las manos en los bolsillos de la chaqueta mientras caminaba. Al menos había dejado de llover.

Estaba buscando un lugar específico, por lo que caminé por la playa en dirección al norte, teniendo cuidado de no tropezar con los troncos que había arrastrado la marea. El único sonido que me llegaba era el del mar, llegando a la orilla y regresando una y otra vez. Encontré el lugar incluso antes de darme cuenta de que ya había llegado.

Había un gran árbol blanco enraizado en las rocas. Parecía que le salían cientos de tentáculos que se extendían hasta el borde del espigón. Algunos troncos se encontraban distribuidos alrededor, y me senté en uno, recordando aquella conversación que tanto había cambiado mi vida, iniciada exactamente en ese mismo lugar.

Era sorprendente todo lo que había sucedido desde entonces. Desde empezar una relación con la chica de mis sueños, ser perseguido, torturado e incluso mordido por una vampira cazadora, recuperarme de mis heridas y luego... ser dejado en un pozo de alquitrán del que me estaba costando trabajo salir, aunque lo había hecho mejor desde que empecé a frecuentar a Julie. Y ahora resultaba que era una mujer loba que andaba por ahí cazando turistas desprevenidos.

La repulsión se había desvanecido al verla dormida. Costaba creer que esa chica con el cabello corto que parecía tan inocente y vulnerable era capaz de tales cosas, pero era un hecho que simplemente no podía ignorar. No sabía si podía seguir siendo amigo de alguien que se portaba así, aunque en el fondo, sabía que lo quería. Ella me había cuidado cuando lo había necesitado, y sentía una enorme necesidad de devolverle el favor. Estuve meditando cómo podía logarlo mientras el cielo clareaba y el día se teñía de gris.

—Hola, Beau.

Me levanté de un salto sintiendo que se me iba a salir el corazón. Confiaba con escucharla llegar debido a las piedras sueltas de la playa, pero era más sigilosa de lo que pensaba.

—Jules... —susurré sintiéndome nervioso de pronto. Ella sonrió tristemente pero no se acercó. Vestía de nuevo pantalones cortos, unos zapatos deportivos y una chaqueta.

—Bonnie me dijo que estarías aquí. Bueno, no aquí, en la playa, pero yo sabía que... olvídalo. Entonces, ¿lo averiguaste? —preguntó ansiosa. Parecía sufrir con la antelación.

—Sí, recordé la historia. La correcta —murmuré contagiándome de su nerviosismo.

Nos quedamos en silencio un rato, mientras ella estudiaba mi expresión y parecía llegar a la conclusión de que no estaba de acuerdo con su situación.

Luna Nueva (Versión Vida y Muerte)Where stories live. Discover now