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Finalmente, el tan esperado día del cumpleaños número quince de Phuwin había llegado

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Finalmente, el tan esperado día del cumpleaños número quince de Phuwin había llegado.

Ese miércoles, la señora Tangsakyen había permitido al menor faltar a la escuela, levantarse tarde y desayunar en pijamas.

Ese día, Phuwin se levantó a las nueve y media, bajo a la cocina y se encontró con su mamá sentada en la mesa con su laptop frente a ella y un desayuno a medio comer a un lado del aparato.

Al otro lado de la mesa, frente a su madre, había un plato lleno de panqueques que estaba decorado con diversas frutas. También había un vaso lleno de un delicioso jugo de naranja.

—Buenos días— saludó el peli negro con una gran sonrisa.

La señora Tangsakyuen cerró su laptop en cuanto escuchó a su hijo y se levanto para ir. darle un gran abrazo.

—¡Feliz cumpleaños mi niño!— exclamó la mujer mostrando una sonrisa tan grande como la que tenía su hijo —¡Oh! Es cierto, ¡Ya no eres un niño!

Phuwin agradece devolviendo el cálido abrazo, después se queja porque su madre no puede dejar de referirse a él como a un niño, luego, ambos se sientan en la mesa y conversan amenamente.

El ambiente familiar entre ambos es tan cálido que Phuwin se siente feliz, completo y realizado.

Cuando terminan, la señora Tansakyuen recoge la mesa y manda a su hijo a tomar un largo y relajante baño.

Inmediatamente después de terminar de cambiarse, el timbre de la puerta suena anunciando la llegada de una visita. Phuwin puede oír como la puerta es abierta y como una dulce y suave voz pregunta por él.

Escucha atentamente como su mamá envía al invitado hasta su habitación, la verdad es que el peli azabache no sabía de quien se trataba, pues la voz aunque dulce y suave, no había sido lo suficientemente fuerte como para que el menor pudiera identificarla.

Tres sutiles toques en la puerta de su habitación le invitaron a abrir con curiosidad, encontrando frente a sí a Pond.

Claro, ¿Quién podría ser más que Pond?

—¡Feliz cumpleaños Phu!— dice el mayor en cuanto la puerta es abierta.

Frente a sus ojos puede ver a un Phuwin con el cabello húmedo, que usa un playera blanca y unos vaqueros negros que complemento con una sudadera verde de capucha.

Enseguida, el castaño se ve envuelto en un cálido abrazo con olor a maderoza y cítricos.

El cabello húmedo del peli negro olía a menta y en general, Phuwin olía delicioso.

Pond se permitió respirar profundo varias veces antes de que el menor se alejara del abrazo.

—Gracias— responde el mas bajito por lo bajo —¿Te gustaría pasar?— pregunta levemente sonrojado, el abrazo había hecho que su corazón se acelerara tanto que incluso Pond a una distancia de tres metros podría escuchar sus erráticos latidos.

kisses on ur cherry lips ; pondphuwinWhere stories live. Discover now