19: Mi hombre de turno.

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Lilian

Abro la puerta y escucho voces, lo cual es raro, debería entrar rápido y sigilosamente, tengo unas pintas de sexo por donde me mires.

Abro la puerta despacio, asomo mi cabeza y al instante veo a Damián parado en la cocina y Ámbar que llora apoyada en el merendero.

¿Qué mierda pasó acá?

— Al fin llegas Lilian — Demián camina hacia mí, me observa de arriba abajo, frunce el ceño — Esa loca vino a buscarte, hace dos horas, ya te dije que no...

— Ya Demián, vos también te emborrachaste e hiciste estupideces, no molestes y ándate que yo me encargo — abre los ojos sorprendido ante mi contestación.

— Esta es...

— Es tu casa, lo sé Demián— me acerco a Ámbar la cual se ve fatal, está llorando y con el maquillaje todo corrido — Hey Ambi vamos — la ayudo a levantarse — Si te incomodo me disculpo Demián, pero no voy a echarla si está así — Ayudo a Ámbar a subir las escaleras.

— No dije nada, solo... solo... olvídalo Lil — subo con mi amiga hasta mi habitación.

— Lili nada funciona, nada funcionará, él la ama, ella es una perra y él la ama igual, no entiendo, ¿Quién trataría mal a un hombre así? — está súper ebria y supongo que su hombre no está prestándole atención.

— Tranquila amiga, vamos a darte una ducha — Busco en mi ropero algo de ropa para ella y para mí, ya que también necesito una ducha, huelo a sexo salvaje.

— No quiero, solo quiero dormir — La llevo a la rastras al baño y abro el agua caliente para simplemente meterla con ropa y todo. — Creo que estoy enamorada Lili, creo que lo amo y — comienza a sollozar en la ducha. ¡Carajo!

— Hey Ámbar, mírame — levanta su vista toda llorosa — No llores por nadie, no merece la pena, mañana vamos a crear un plan súper efectivo, te lo juro. — pestañea mientras llora.

— De verdad funcionara — asiento convencida.

— Si amiga, te lo juro, pero no llores ¿Sí? — asiente con un puchero.

No puedo creer que Ámbar se haya enamorado, ella es demasiado sentimental, pero no pienso ver a mi amiga mal, algo vamos a hacer.

........

Me muevo en la cama y me duele todo, las piernas, la espalda, en especial el trasero pero en la parte de arriba. Abro los ojos y veo a Ámbar con cara de culpa.

— Buenos días ebria — sonríe de lado avergonzada. Hago una mueca de dolor al sentarme.

— Te aplaste mucho mientras dormías — niego frunciendo el ceño.

— Me duele el cuerpo de otra cosa — mierda me duele mucho ¿El trasero o es las espalda baja? Ámbar me mira confundida.

Me levanto y voy al espejo que tiene el placar para mirar donde es que me duele y sí, claramente me debe doler porque tengo un moretón que me hace sonreír, sabía que fue una follada dura la del bar.

— ¿Qué te pasó? Eso se ve horrible — Miro a Ámbar sonriendo — Estás loca, ¿Por qué sonreís? — la miro mordiendo mi labio inferior.

— No tenes idea lo rico que fue el proceso de ese moretón — Me mira espantada y confundida — No quiero hablar del tema, después te cuento, porque creo que primero tenes que contarme ¿Quién es y por qué te tiene así tan mal el muy imbécil? — Ámbar rueda los ojos y se tira de espaldas a la cama.

—No querés saberlo, no vale la pena prestarle atención a las cosas que digo ebria Lili — arqueo una ceja y me siento a su lado.

—Dale amiga, ¿Qué pasa? ¿Es casado? — Suspira — Ayer dijiste que la ama a ella aunque sea una perra, así que al menos una novia o mujer tiene — asiente con aflicción — Pero dijiste que es una perra, no esta tan mal la situación entonces — se ríe de lado.

— Es complicado Lil, él... él no me mira de la forma que yo quiero, no creo que le gusten las chicas de mi edad, solo me debe ver como una chica que podría ser su hija, estaba confundid — resoplo pensando un plan para Ámbar — Bata Lil no tiene caso pensar más en el tema, te conozco y no voy a intentar nada mas. — abro mis ojos regañándola.

— Para — apoyo mi índice y pulgar en el mentón, porque creo que se me ocurrió algo — ¿Probaste ser la pobre chica dulce y tierna que sufre por los rincones o que está deprimida? — frunce el ceño y niega. — Eso va a funcionar, por ahí tiene complejo de héroe y sobreprotección y te funciona, ¡Vamos amiga! Los hombres son débiles a la carne — se tapa la cara.

— Lilian no hables así, además te estas basando en hipótesis, ayer creo que me le insinué a tu primo de una manera muy descara y casi sale corriendo espantado, solo dijo que yo no debía estar acá y que si seguía así me echaba de la casa — Lanzo una carcajada porque ya me imagino la escena — No lo sé Lil, él tiene una mujer, casado no están porque anillo no tiene, creo que él está muy enamorado de ella, no quiero meterme en eso — le tiro un almohadón.

— Dijiste que es una perra, mostrale como es una mujer que no sea una perra y seguro que va a prestarte más atención — Ámbar suspira.

— Voy a ver Lil — sonrío porque soy la mejor consejera que hay.

— Sino es fácil, te sacas la ropa interior y se la pones en el saco, ella se enojara, tendrán una pequeña pelea y entras vos a consolarlo, por su mala mujer que desconfía de él, siendo que es tan bueno — Ámbar se ríe a carcajadas y yo con ella.

— Contame, ¿Danniel te hizo ese moretón? — toca su espalda haciendo alusión al lugar donde tengo el mío.

Sonrío y asiento.

— Sii, también estos — bajo el cuello de mi camiseta — Y estos — subo mi remera para que vea mis caderas y las hermosas marcar de los dedos de Danniel — Y creo que por mis muslos y mis pechos tengo más — suspiro recordando cómo me siguió follando varias veces más antes de traerme a casa, ese hombre tiene la energía de un adolescente.

— Lil, no pensé que te gustara así, tan brusco y violento — ruedo los ojos.

—Se le dice salvaje y ¿Qué te digo Ambi? Él es un maldito dios en la cama, es increíble y demasiado caliente — sonrío como idiota — No te das una idea de la cantidad d horas que estuvimos follando, no se cansa, no necesita reponerse — muerdo mi dedo índice — Un maldito semental — Ámbar sacude las manos horrorizada.

— Y Lil, demasiada información, ahora cada que mire a Danniel voy a tener pensamientos extraños — la miro seria.

— ¡Ya mismo! Borras toda esas cosas que te imaginaste de Danniel — la apunto con el dedo índice — Hay códigos y no querrías que fantaseara con tu hombre — me mira raro — ¿Qué? — se hace la desentendida.

— Así que ¿Tu hombre? — quiero hablar pero no me salen las palabras me cabo de dar cuenta lo que dije.

— Bueno, es mi.... mi hombre de turno — arquea una ceja.

— Okey, no pienso cosas de tu hombre de turno, igual el mío está más lindo — abro la boca incrédula.

— Lo dudo, Danniel es un espécimen increíble, nadie creería que está pasando los 40 — rueda los ojos — Mostrame el tuyo — niega frunciendo el ceño.

— No puedo mostrártelo, no te va a gustar y si te gusta no me va a gustar, ahora yo me pongo en posesiva — la burlo y se ríe a carcajadas.

— Que me importa, con Dan tengo suficiente.

¡Quisiera decir que es verdad! Pero nunca tengo suficiente de él. Ahora la duda ¿Tendré que compartirlo? Bueno en ese caso, yo también podre acostarme con otros. Ni modo 

¡Podría ser tu padre! 🔥(HISTORIA FINALIZADA) 🔥Where stories live. Discover now