Capítulo 8.

36 8 0
                                    

Holaaaaa! No se olviden de votar<3
___________________________________

Me desperté con la pereza a full, no quería ir a entrenar y tampoco quería hacer nada. Los cólicos habían aumentado de una forma brutal. Hice acopio de todas mis fuerzas para poder levantarme.

Después de prepararme un té y tomar una pastilla para disminuir el dolor me preparé mi batido de proteína y me fui al gimnasio, necesitaba entrenar.

—¿Cómo estás? Pareces desganada el día de hoy —observó John.

—No sé qué me pasa últimamente —admití.

—¿Un chico?

No respondí.

—Así que es un chico, ¿eh?

Negué con la cabeza.

—La universidad —mentí.

—Ajá.

Después de eso se fue y yo seguí entrenando.

Al regresar a casa los chicos permanecían durmiendo, yo aproveché para tomar una rápida ducha y preparar algo de desayunar.

—Buenos días —Ryan entró con la cara aún hinchada a la cocina.

—Hola —lo saludé.

—¿Cómo estás? ¿Pensaste lo que hablamos ayer?

—Estoy bien y no tuve tiempo de pensar en nada, Charlie me invitó a salir así que...

—Bien.

—¿No estás molesto, cierto?

—Claro que no Laine —sonrió —te lo dije, lo que hablamos ayer se queda entre nosotros.

Le sonreí porque sabía que hablaba enserio.

—Yo lo único que no puedo comprender es, ¿cómo tienes tanta energía desde temprano? —preguntó Joey frotándose los ojos —huele delicioso.

—¿Hay noticias? —le pregunté a Ryan en voz baja.

—Nada.

Asentí y seguí preparando el desayuno. Al cabo de casi una hora todos estábamos sentados en la mesa desayunando.

—También nos quejamos con el entrenador porque no te dejo entrar —hablo Joey.

—Déjenlo estar, ya lo intentaré luego.

—No creo que puedas hacerlo —la seriedad en la voz de Lowell no hizo callar a todos y ponerle atención —no sé si ellos lo notaron, pero al menos yo encontré un patrón: nunca acepta a los tipos de color, todos los que han sido rechazados son negros.

Mi corazón se estrujó al instante. ¿Cómo alguien podía ser racista en pleno siglo XXI? ¿Cómo es que ni siquiera les daba la oportunidad y simplemente por el color de su piel les decía que no? La frustración se apoderó de mí, era demasiado injusto, Ryan tenía el suficiente potencial para cualquier deporte.

—¡Es un maldito! ¿Cómo puede hacer algo así?

—Yo... ya lo había notado —hablo Ryan serenamente —no insistí porque sabía qué diría que no y lo que menos quería es un problema innecesario. Está bien chicos no se preocupen.

—¡No! No está bien —lo interrumpió Simón —¿entonces porque soy coreano me hará lo mismo? Esto es un tema racial, ¿no?

Todos compartimos una mirada. En eso tenía razón.

—No lo sé chicos, pero no se preocupen, de verdad yo estoy bien.

En el fondo sabía que no era verdad, que tanto a él como a todos nosotros nos dolía saber su situación. El racismo es algo que jamás tuvo que existir, todas las personas deberían ser libres y punto, es que ni siquiera debería haber fronteras de ningún tipo y mucho menos racial, ¿cómo seguir teniendo estos pensamientos aún en la actualidad?

El chico de la azotea.Where stories live. Discover now