Capítulo 6.

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Estaba en busca de Ashley o Anne, a quien encontrara primero. No las miraba por ningún lado y no quería almorzar sola, las mesas comenzaban a llenarse y apenas iba a verlas, precisamente por eso les dije a los chicos que no guardaran un lugar para mí en la mesa.

Pronto la cafetería comenzó a llenarse y a reemplazar el silencio con gritos y risas de los estudiantes. ¿Donde estaba Anne o Ashley? Les había enviado mensajes pero no me respondían. Joder, ¡no quería estar sola! Y menos llegar a la mesa derrotada porque mis amigas no estaban conmigo.

—¿Irás a la pelea? —preguntó una chica a otra captando mi atención.

—¡Cállate! Claro que iré —susurro —recuerda que no puedes decir nada.

—De verdad que solo espero mirarlo quitarse la chaqueta como lo hace siempre. ¿Quién será la afortunada a que le de la chaqueta para que se la cuide?

—¡Cuando enciende el cigarrillo completamente concentrado! ¿Lo has visto? ¡Es que solo de pensarlo me mojo!

—¿Apostarás por él?

—¿Quién no?

Otra vez estaban hablando de alguna pelea. Esperaba esta vez preguntar y obtener una respuesta.

—Disculpen chicas —ambas se giraron a verme —no pude evitar escucharlas, lo siento, pero pueden decirme ¿de que pelea hablan?

Ambas compartieron una mirada.

—¡Les prometo que no dire nada!

—Bueno.

Se acercaron hacía mí formando un pequeño e íntimo círculo.

—Hay peleas clandestinas en distintas zonas de la ciudad, son muchos los luchadores y puedes apostar si lo que quieres un poco de dinero fácil.

¡Que horror! ¿Por qué les gustaba eso? Un montón de personas golpeándose, ¿que ganaban?

—¿Ustedes por quien apostarán?

—Por la celebridad de la universidad.

Las mire sin decir nada, no sabía a quien se referían.

—¿Quién es?

—Zev Anderson —las dos suspiraron.

—¿Zev Anderson?

¿De que me perdí?

—¿No sabes quien es Zev Anderson? —me preguntó una de las chicas incrédula.

—No —admití apenada, pero no porque no lo conociera, sino porque no sabía que era lo que lo hacía una celebridad.

Ellas me miraron como si tuviera dos cabezas.

—Zev es el luchador al que todos suelen apostarle —dijo una de ellas como si fuera obvio.

—Y mi futuro esposo —concluyó la otra.

¿Qué acababa de escuchar?

—¿Tan bueno es?

—Ya tiene tiempo en esto, claro que lo es, no suele perder seguido y cuando lo hace es como un fenómeno en la escuela.

—Vaya.

—¿Cómo es que no lo conocías?

—Lo siento yo... soy nueva. No me he enfocado mucho en nada más que enfocarme en la escuela y adaptarme a la ciudad.

—Te perdonó por eso —me sonrió la chica.

—¡Aquí estas! —grito Ashley detrás de mí.

—Lo siento chicas, tengo que irme. Gracias por la información —ambas se despidieron sonriendo.

El chico de la azotea.Where stories live. Discover now