Capítulo 5.

54 6 0
                                    

Mi alarma comenzó a sonar. Gruñí porque no quería despertar, giré en busca de mi teléfono y no lo encontraba, ¿donde estaba? Siempre lo dejaba en mi mesilla de noche.

Abrí los ojos y me encontré con un Zev plácidamente dormido. Su respiración estaba tranquila y sus labios entreabiertos, una de sus manos rodeaba mi cintura mientras que la otra colgaba de la cama.

Gruño fastidiado por el sonido de la alarma

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Gruño fastidiado por el sonido de la alarma. Me deshice de su agarre y salí de la cama encontrando mi teléfono tirado a un lado de la mesilla de noche, me senté en la cama y por fin apagué la alarma.

—¿Te vas? —alcanzó mi muñeca.

—Tengo que ir a entrenar al gimnasio.

—¿Tan temprano?

Su voz ronca y adormilada era el sonido más sexi que había escuchado.

—Después no tendré tiempo.

—Ven a dormir un rato más.

—De verdad no puedo Zev.

—Podemos entrenar en la noche con el saco de boxeo.

—No puedo, no sé a qué hora se irán las chicas de aquí.

Me atrapo haciéndome caer a la cama y roncando falsamente. Me empecé a reír.

—Tengo que irme se hace tarde —dije intentando zafarme de su agarre.

—¿Qué vas a darme a cambio de tu libertad?

—Nada.

Soltó una risa.

—¡Ey así no era! Tienes que luchar por tu libertad.

—Gritar por auxilio, ¿cuenta?

—Gritar mi nombre te gustará más.

—¡Zev!

Su risa llenó la habitación.

—Bien tú ganas.

Me soltó, aproveché para levantarme lo más pronto posible y tomar mi teléfono.

—¿Te vas sin darme un beso de buenos días?

Estaba a nada de girar la manilla para abrir la puerta y entonces regrese corriendo hacía él. Tome su cara entre mis manos y bese su mejilla.

—Buenos días Zev.

Salí corriendo de la habitación.

¿Qué estaba haciendo? No sabía, pero aquello se había sentido bien.

Me vestí y dejé preparada la ropa que llevaría a la universidad, así sólo llegaría a ducharme y a vestirme.

Él entrenamiento fue sencillo, hice un poco de cardio, abdominales y brazo. John me felicitó por mi disciplina, aquello me hizo sentir mejor por fin estaba cumpliendo conmigo misma para mejorar por mí y sentirme bien y tranquila en mi cuerpo.

El chico de la azotea.Where stories live. Discover now