Tengo que decirte algo Izuku XII

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–Entonces Kacchan, ¿a dónde nos dirigimos hoy?– Hablo el peliverde llamando la atención del contrario.

–Se paciente nerd, ¿o quieres que te diga y arruine la sorpresa?– El más alto volteó a ver a su acompañante con una sonrisa burlona de la cual Izuku solo rodó los ojos con gracia.

–Ya entendí, espero entonces–

Tardaron aproximadamente 40 minutos en llegar a su destino, Izuku iba demasiado distraído y no se había percatado de que Katsuki lo había llevado a un parque bastante grande lleno de árboles frondosos, la entrada se veía del tipo antigua, era un marco de roca que te daba la bienvenida al parque.

Al mismo tiempo que había un camino de madera alumbrado con pequeños faroles, se escuchaba claramente que algún río o cascada se encontraba cerca pero no lograba divisarlo.

Bajo del auto con entusiasmo, ni siquiera le dió tiempo a Katsuki de bajarse primero para abrirle la puerta, el peliverde demostraba un brillo tan genuino y único en sus ojos al ver el hermoso parque que estaba frente a el.

–Veo que te agrada el lugar– Menciono el rubio una vez se puso al lado del Omega.

–Me encanta, siempre me han encantado este tipo de lugares– Giro su cabeza para encontrarse con esos ojos carmesí, le dedicó una sonrisa sincera. Esa sonrisa que volvía loco a Katsuki.

La aprecio con detenimiento por unos segundos, era la maldita sonrisa más hermosa y valiosa que vio en su estúpida vida, esas pecas esparcidas por todos lados que lo hacían ver tan putamente adorable, esos ojos del color de una esmeralda que brillaban más que cualquier estrella...  Cayó en cuenta que miro un poco de más cuando nerviosamente Izuku dirigió su mirada a otro lado, salió de su pequeño trance y con cuidado agarro su mano para adentrarlo al lugar.

Caminaron tranquilos hasta la recepción del lugar, era una cabaña de madera algo vieja pero muy bien conservada.

Una beta de cabello largo y verde se acercó a darles la bienvenida –Buenas tardes, es la primera vez que nos visitan?–

–Buenas tardes, vine hace unos días y tengo una reservación de un paquete a nombre de Bakugo Katsuki–

El pecoso volteó a ver confundido a Kacchan, una reservación? Paquete? Por qué no le dijo nada, pudo haber ayudado a pagar con algo, estaba apunto de rechistar cuando volvió a hablar la señorita del otro lado del mostrador.

–Bakugo Katsuki, paquete completo con snacks incluidos cierto?– El rubio solo asintió en respuesta, la beta les entrego unas pulseras color plata y volvió a hablar –Con estas pulseras pueden pasar a cualquier instalación que deseen y sin hacer fila, solo hace basta mostrarla y los dejarán pasar– Ofreció su factura a Bakugo y se dirigio a mostrarles la entrada del parque.

–Pueden pedir ayuda a cualquiera de nosotros, estamos para servirles, que tengan un maravilloso día– Dio media vuelta y volvió a entrar a recepción.

Bakugo volteó a ver de reojo a Izuku, este miraba todo con detenimiento, al parecer su elección había sido la correcta.

–Y bien nerd, por dónde quieres empezar?–

–No tengo ni idea, todo se ve tan hermoso...–

–En ese caso, sígueme, hay muchas cosas por ver– Agarro su mano con mayor firmeza y empezó a guiarlo por el parque.

Todo se conectaba con caminos de madera o piedra, había cada cierta distancia pequeños faros con carteles que anuncian dónde te encuentras.

Mientras caminaban se podía apreciar con más detenimiento los enormes árboles con pajaritos llendo de un lado a otro, al mismo tiempo que había una variedad de flores hermosa, incluso habían pequeños animalitos corriendo entre los arbustos y flores.

Mamá soltera... por ahora! [Bakudeku/Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora