Kacchan! VI

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-Buenas tardes Bakugo-kun-

-Deku, buenas tardes...-

Unas horas antes en la casa de Bakugo Katsuki

-Bien, tengo que llamar al pelos de mierda...- Bakugo buscó el número, el teléfono comenzó a sonar.

-Buenos días Bakugo! Tengo ya en mente la razón del porqué me hablas pero aún así voy a preguntar, qué sucede?- Kirishima conocía muy bien a Katsuki, quizá más de lo que a él le gustaría.

-Si eso mismo que estás pensando, vas a poder o no?-

-Gracias por regresarme los buenos días, en fin, si amigo cuenta conmigo que estará todo listo-

-Espero que así sea...- Hubo un pequeño silencio en llamada -Gracias- habló bajo el de pelo cenizo.

-Qué? No te escuche- Se lo había perdido, ni modo, no había más que hacer.

-Nada, mas te vale que todo esté Perfecto o te reviento la cara-

-Estará más que Perfecto, tenlo por seguro- Dijo el de pelo rojizo mostrando su puntiaguda sonrisa con ánimos.

-Así me gusta- Sonrió Katsuki con ego al otro lado de la llamada -Tengo que colgar, haré algunas cosas todavía-

-Mucha suerte Bakugo-

-No la necesito- contesto volviendo a sonreír.

-Con un gracias bastaba, no importa, nos vemos luego!-

-Si si lo que digas- colgó la llamada, realmente le tenía aprecio a aquel pelirrojo... aunque le faltaran algunos tornillos seguía siendo un gran amigo.

Bakugo siguió preparando la pequeña comida que tenía planeada, no sería nada extravagante pero tampoco sencillo, un equilibrio entre ambas partes era lo buscaba.

Se movía de manera ágil en la cocina, se volvía uno con los utensilios e ingredientes, termino de manera exitosa su tarea, ahora debía arreglarse y por fin ya no tener que usar esa tonta corbata con su saco como lo hacía usualmente en la oficina.

Se dirigió a su habitación, agarro su suéter crema y su chaqueta vino con sus pantalones negros, algo sencillo pero cómodo, de igual forma los fríos comenzaban a hacerse presentes.

Se propuso a arreglar su cabello, sin éxito alguno, era demasiado rebelde y solo perdería más el tiempo.

Dejo todo lo que Kirishima debía llevarse, tomo sus llaves y salió con entusiasmo de su casa.

Regresando al presente

Bakugo se paró del banco donde estaba sentado y por fin pudo percatar el aroma del chico con rizos verdes, un aroma fresco a menta pero que a su vez era dulce... y que también tenía un ligero toque de miel.

Katsuki refunfuñó en sus adentros, maldecía a la persona que creó los malditos parches de aroma y su tonta idea de ocultar algo que no tiene nada de malo.

Al igual que el rubio, Izuku logró percatar el aroma del más alto, era un aroma fuerte más no embriagador, era la combinación entre un bosque de pinos y café, parecía que inconscientemente ambos se tomaron un momento de apreciación del aroma del otro.

Mamá soltera... por ahora! [Bakudeku/Katsudeku]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora