Trío en el coche

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Esa tarde, después de salir de la universidad, mis amigas y yo decidimos salir de fiesta. Como todas vivíamos en el mismo lugar, nos dirigimos ahí a prepararnos.
Una vez estuvimos listas, nos pusimos en camino al club. Cuando llegamos allí, entramos y al instante nos inundó la música que estaba sonando. Decidimos pedir una mesa y pasamos a sentarnos a tomar algo antes de empezar la fiesta. Todas pedimos unas cervezas y luego de un rato fuimos a la pista de baile, hicimos una ronda y continuamos bailando hasta que nos cansamos.
Decidí acercarme hasta la barra a pedir más cerveza y mientras esperaba observé en la pista una pareja de chicas bailando muy apretadas. Una de ellas estaba de espalda, con su trasero pegado al vientre de la otra.
Ellas estaban muy concentradas en su baileteo sensual que no notaron que yo las estaba mirando. Al verlas así, sentí cómo comenzaba a excitarme.
La chica que estaba de espaldas, movía las caderas de una manera tan sensual, restregando su trasero contra el vientre de su pareja, y esta a su vez la sujetaba como queriendo acercarla más y más. Una de ellas volteó su mirada y me pilló mirándolas, nos miramos fijamente por unos instantes, mientras agarró las manos de su pareja y las guió lenta y discretamente hacia sus senos. Ella no apartaba su mirada de mi mientras todo esto estaba sucediendo.
Al cabo de unos instantes, se dió vuelta hacia su pareja, y creo que le habló de mi, porque esta al instante comenzó a buscarme con la mirada. Cuando me encontró, me miró de arriba a abajo y se giró hacia su pareja asintiendo. Continuaron con su baile sexy por un rato más y yo me encontré acercándome a ellas.
Sin decir una palabra, pues no hacía falta, me agarraron de las manos y me pusieron en medio de las dos. Comenzamos a bailar y sentí unas manos en mi cintura guiando mis movimientos y pegandome a ellas. Sentí unas piernas metiéndose entre las mías, unas manos acariciando mi cuello, unos labios acercándose a mi oreja, dándome un mordisco que me hizo estremecer y luego una voz en mi oído diciéndome:
- ¿Vamos a otro lugar más tranquilo?
Asentí con mi cabeza y antes de irnos busqué en la pista a mis amigas. Le envié un mensaje a una de ellas diciendo que ya me iba porque no me sentía bien y nos fuimos.
Al salir del lugar sentí cómo el viento frío chocó contra mi cara y luego unas manos agarrando las mías y guiándome hacia el estacionamiento.
Una vez llegamos a su coche nos subimos y arrancamos. Durante el camino pude ver cómo una de las chicas ponía una de sus manos en la pierna de la otra y la acariciaba, buscando a tientas meterse bajo su falda. Esta soltaba pequeños gemiditos de placer y yo, que observaba desde atrás, sentía que iba a explotar.
Al cabo de unos minutos, estacionamos en un lugar alejado de todo, en el que sólo estábamos nosotras tres. Ellas tumbaron sus asientos hacia atrás y voltearon hacia mí.
Empezaron a besarse frente a mi, pasando sus lenguas sobre los labios de la otra. Sentí que una mano me estiró para acercarme, y me uni a ellas en un beso de tres. Coloqué mis manos en sus cinturas, apretandolas. Nos separamos unos segundos y entre las dos comenzaron a desvestirme.
Dos pares de manos comenzaron a recorrer mi piel, provocándome escalofríos de placer. Una de ellas comenzó a besarme nuevamente y sentí cómo la otra lamía uno de mis pezones, luego el otro.
Me tumbaron por completo en el asiento y comenzaron a desvestirse también.
Se volvieron hacia mí y comenzaron a besar todo mi cuerpo, hasta que una de ellas llegó hasta mi sexo, pasando su lengua por toda mi vagina, acariciando mi clítoris, yo gemía muy fuerte, el placer que sentía era inmenso.
Le pedí a la otra chica que se sentara en mi cara, para poder darle placer también a ella, así lo hizo y comencé a chuparla, estaba muy excitada y mojada, sabía deliciosamente bien.
Sentí como unos dedos se introdujeron en mi vagina y sentí aún más placer. Así estuvo unos minutos metiendo y sacando sus dedos dentro de mí hasta que vio que estaba a punto de correrme y se detuvo.
- Todavía no pequeña - dijo y se sentó sobre mí, quedando nuestras vaginas una contra la otra, mientras yo seguía lamiendo la de la otra.
Las dos se movían deliciosamente, una sobre mi cara y la otra contra mi sexo. Sentía cómo mi clítoris rozaba con el otro cuerpo y las tres gemíamos tan ricamente.
Yo no pude aguantar mucho más y me corrí a chorros salpicando toda la vagina de la otra que al ver esto, también se corrió junto con su amiga, llenando mi cara de sus deliciosos jugos.

Nos recuperamos después de unos minutos.

- Hola, me llamo Olivia - dije.
-Un verdadero placer conocerte Olivia - dijeron ellas.

Relatos Lésbicos 18+Where stories live. Discover now