Leyendo con mi amiga

57.8K 639 74
                                    

Mi amiga recibió una llamada, a lo que se apresuró a salir del cuarto para contestar. Estuvo unos minutos afuera y luego volvió a entrar con los ojos llorosos.
- ¿Pero qué pasó? - pregunté asustada, creyendo que pudo haber pasado algo malo en su casa.
- Era Edu, me llamó para decir que necesita tiempo. - contestó con la voz quebrada.
- ¿QUÉ? Pero si parecía que ustedes estaban muy bien juntos.
- Es lo que yo también creía, jamás hubiera pensado que me pediría esto.
- Bueno amiga mirá, yo estoy acá para vos en este momento, no te preocupes que no te voy a dejar sola.

Después de unos minutos le propuse que miremos una peli, a lo que ella accedió. Estuvimos un rato buscando, pero no había nada que llamara nuestra atención y enseguida apagamos la tele. Decidimos pedir algo para cenar y luego leeríamos algún libro.

Luego de terminar de cenar, me di cuenta de que mi amiga estaba un poquito mejor, por lo que le propuse que nos pusiéramos los pijamas y fuéramos a leer algo a la cama antes de dormir.
Así lo hicimos y luego nos acomodamos como tantas otras veces que ella se quedaba a dormir conmigo, yo vivía sola, en un departamentito en el centro de la ciudad.

- ¿Qué tal si leemos este libro? - dije mostrándole un libro de una de mis autoras favoritas de romance.
- Sí, me gustan mucho sus libros, siempre me hacen reír.
Continuamos leyendo por un largo rato, alternando, un capítulo ella y otro yo. Hasta que llegamos a un capítulo donde la protagonista se encontraba en un bar con sus amigas bailando: "de pronto sintió un roce en su cintura, de unos dedos muy suaves, cerró los ojos y continuó bailando sensualmente. Al cabo de unos instantes, volteó con la intención de encontrar al dueño de las manos y grande fue su sorpresa al darse cuenta de que era una chica, una muy sexy con el pelo largo hasta la cintura, unos labios carnosos y ojos penetrantes. Ellas continuaron bailando un rato, muy pegaditas, moviendo las cinturas al ritmo de la música, mirándose fijamente, hasta que no aguantaron más y comenzaron a besarse, luego una le dijo a la otra al oído: -Ven conmigo. - y la arrastró hasta uno de los baños, que estaba vacío, cerró la puerta y la estampó contra ella, besándola salvajemente, metiendo su mano bajo el vestido de la otra..."

Miré a mi amiga y noté que una de sus manos estaba debajo del pantalón de su pijama, acariciándose.
- ¡¿Pero que hacés?!
- Nada, sólo estaba acomodando mi ropa - dijo.
A ese punto, creo que las dos estábamos excitadas con la lectura. Continué leyendo, haciendo caso omiso a lo que pasó hace unos instantes.

- "acariciando la piel de sus piernas, subiendo hasta llegar donde estaba la tela de encaje de su ropa interior. La notó muy húmeda, sentía como la otra se movía, como rogándole que siguiera tocándole. Y eso hizo, apartó a un lado la ropa interior e introdujo sus dedos, haciéndola estremecerse..."

Miré nuevamente a mi amiga y está vez ya no tuvo vergüenza de que yo estuviera viendo que se estaba tocando, estaba muy caliente, y claro que yo también. Cerré el libro y puse una de mis manos en su muslo, se sorprendió pero siguió tocándose, soltando algunos suspiritos. Comencé a subir mis dedos en una tortura lenta hasta llegar a sus braguitas, y la ayudé a tocarse, pasando mis dedos por encima de su ropa interior, de arriba a abajo, ella se acomodó mejor en la cama y las dos quedamos a la misma altura. Continué subiendo mi mano, por debajo de su pijama, en su vientre, subiendo de a poco hasta llegar a sus pechos. Sentía cómo sus pezones se endurecían con mi toque, y comencé a masajearlos. Ella comenzaba a gemir despacito. Nos miramos fijamente, con nuestros rostros a escasos centímetros, yo creía que iba a explotar de tanto deseo de besar esos labios que estaban húmedos. Seguí mirándola hasta que ella no pudo más y cortó la distancia y nos besamos. Parecía que en ese mismo momento, estalló algo dentro de mi, no pude contenerme. Me subí sobre ella, besándola salvajemente, gimiendo en su boca. Nuestras cinturas estaban a la misma altura, comencé a restregarme contra ella y ¡Oh, mierda! Eso se sentía tan bien. Aunque ambas llevábamos aún puestos los shorts de las pijamas, el roce de la tela contra mi clítoris hacía que quisiera moverme más y más rápido. Ella me agarró del culo, para marcar el ritmo de nuestros movimientos. Sentía cómo ella se movía debajo mío, al mismo compás que yo. Ambas gemíamos muy fuerte. Nuestros movimientos eran cada vez más rápidos, yo sentía que me quemaba y si no llegaba al orgasmo pronto iba a explotar.
Continuamos con un ritmo rápido por unos minutos más, hasta que sentí cómo el orgasmo comenzaba a subir por mi cuerpo, la boca se me secó y con un grito me corrí, al mismo tiempo que mi amiga. Ambas habíamos llegado al orgasmo al mismo tiempo.
Ya sin fuerzas, me tumbé sobre ella, metí mi nariz en su cuello, inhalando el olor dulzón de su perfume, mezclado con el olor a sexo de la habitación, olía tan bien que podría quedarme ahí para siempre.
Luego de unos minutos nos separamos, ella me dió un beso casto y me dijo:
- Wow, eso fue... increíble. ¿Esa fue tu forma de consolarme? - sonrió.
- ¿Funcionó? - pregunté.
- Ya ni me acuerdo porqué estaba triste - me dijo y volvió a besarme.
- ¿Querés ir por otra ronda?
- Pero esta vez sin ropa - contestó riendo mientras se sacaba la parte de arriba del pijama, dejando al descubierto sus enormes pechos.

Relatos Lésbicos 18+Where stories live. Discover now