Capítulo 9 💜

23 15 16
                                    

No puedo imaginar ni por un segundo tenerla tan cerca, a pocos centímetros de mí

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

No puedo imaginar ni por un segundo tenerla tan cerca, a pocos centímetros de mí.

Su imagen solo la reconozco y la recuerdo por la vieja foto que llevaba siempre conmigo. Las lágrimas no paran de correr por todo mi rostro. Lo que menos imaginé que me sucedería es esto, ver a mi madre, poder escuchar su voz por primera vez.

Me siento tan emocionada que no tengo palabras para explicarlo. No me doy cuenta realmente de la otra persona que se encuentra a mi lado, hasta que escucho su voz.

—Hola hermanita.

No puede ser.

Me quedo paralizada y siento mi corazón que va a mil por hora.

»Te echaba mucho de menos.

—¿Anto, eres tú? —ay Dios. No me lo puedo creer, ahora sí creo que me he vuelto loca, o es producto de mi imaginación. Aunque es imposible poder imaginar tan al detalle la voz, el rostro, absolutamente todo de esa persona con exactitud.

—Si hermanita, soy yo —corto la distancia que nos separaba y le doy un abrazo con efusividad. Mis lágrimas nuevamente comienzan a salir dedesenfrenadamente.

—Te extrañé mucho hermanita, no sabes la falta que me has hecho desde siempre —expresé desde lo más profundo de m corazón—. Te necesito hermanita.

»No entiendo esto que me está sucediendo, no entiendo absolutamente nanada.

—Ya te lo explicaremos cuando lleguemos a casa, no te preocupes que todo irá bien princesa —su voz melódica logra calmarme.

Asiento y me dirijo con ambas a un auto blanco que nos espera al final del muelle.

Nos adentramos al auto y emprendemos el viaje a mi nuevo hogar. No pude apreciar el camino, ya que mi mente estaba en otro sitio, divagaba por las posibles teorías de lo que pudiera estar sucediéndome en este entonces.

Resumiendo:

Fallecí a causa de la extraña enfermedad que padecía con sólo 16 años. Desperté en una habitación desconocida en medio de la nada, desnuda y después de tres días.

Conocí a dos ninfas, ellas se encargaron de guiarme en el barco, a través del portal, hasta Los Ángeles (mi nuevo hogar). Hasta el momento, creía que las ninfas no eran más que producto de la imaginación de los autores de libros de ficción.
Luego llegué a un puerto donde me reencontré con Anto, mi hermana mayor que murió en un accidente cuando yo era apenas una niña, y con Lille mi mamá, que falleció al poco tiempo de darme la vida.

Y ahora me encuentro en un auto blanco de camino a mi nueva casa, donde viviré por el resto de mis días, o eso creo.

Todo es tan confuso, y a la vez tan impactante. Nunca pensé que después de morir podría continuar mi vida en otro lugar. Sí, porque es completamente distinto al mundo tal y como lo conocemos.

La vida después de mi muerte Where stories live. Discover now