#23 Encontrando el tronco / Rosalinda la shotacona.

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A petición de su novia, Axel se vio obligado a contarle todo lo que le había pasado con Dimo, las pruebas y todo, comenzando cuando le hizo el interrogatorio aquella noche en el festival cultural… pero eso ustedes ya lo saben y no quiero repetir algo que ya ocurrió hace un chingo de capítulos. Mejor vamos a enfocarnos en lo que sucede en otro lugar… más respectivamente en casa del pelo liso más afamado de toda la historia. Sí, estoy hablando de Turles.
El pelo liso estaba comiendo un sándwich al más puro estilo Shaggy, y sentado en el mueble estaba su hermanito con cerebro termonuclear llamado Paris, estudiando como siempre. Su hermano mayor se le acerco y se le sentó a un lado aun masticando su sándwich. Paris lo vio de reojo para luego concentrarse en su lectura… o así hubiera sido si no fuera porque su hermano inicio una conversación.
—¿Qué raro que no has ido a casa de Rosalinda? —normalmente Paris lo hubiera ignorado, pero como estaba preguntando sobre su crunch se dio cuenta que esto le incumbía—
—¿Por… que debería ir? —pregunto el listillo interesado—
—¿No tienes empatía por lo que está sufriendo? —Turles vio la reacción histérica de su hermanito que mientras lanzaba su libro al suelo se encaramaba sobre el todo preocupado—
—¡¿Sufriendo?! ¡¿Le paso algo a Rosalinda?!
—¿No lo sabes? Ah, sí es verdad que no te conté. —Tur cayo de cuenta de su error, su hermanito lo miraba enojado—
—¡Cuéntame! —ordeno Paris histérico—
—Wow, no sabía que fueras tan chismoso.
—¡Ya basta de estupideces! ¡Cuéntame! —Paris estaba irritado, es raro verlo así debido a lo serio que solía ser—
—Tranquilízate bro, siéntate y cálmate. —le sugirió el mayor y el menor hizo caso, Tur sonrió de lado con confianza— Veras hoy estaba viendo a las chicas del equipo de básquet practicando y… ¿Qué pasa? —protesto Tur raro al ver la mirada de reproche que le estaba regalando su hermanito— ¡Sabes que así soy yo!
—Como sea; continúa. —Paris le restó importancia, pero poniendo cara de asco al imaginarse a su hermano viendo perversamente a las jugadoras del equipo, incluyendo a SU chica (claro que nunca en su vida se atrevería en decir que Rosalinda es suya en voz alta)—
—Bueno estaban practicando y Rosalinda piso mal al impulsarse para hacer una clavada… y también aterrizo mal.
—¡¿Rosalinda esta herida?! —espeto el menor preocupado—
—Se torció el tobillo y se lastimo el codo. No esta tan mal pero aun así… —Turles se quedó callado, cerrando los ojos con pena—
—Esto no puede ser… —Paris se inclinó para adelante, bajando la cabeza y apoyando los brazos en sus piernas— ¿Imagino que no podrá jugar en un buen tiempo? —Turles no respondió, esto deprimió aún más a Paris—
—Son cosas que pasan. —el pelo liso mayor se levantó, vio el estado de su hermano y le apoyo la mano sobre el hombro, el pelo liso menor levanto la mirada para verlo a los ojos con tristeza— Deberías visitarla.
—Creo que no quiere que la molesten. Debe sentirse mal por lo ocurrido.
—Es por eso que tienes que ir a verla… ella lo apreciara, porque sabe que te preocupas por ella.
—Mmmm… —Paris tenía que admitir que su hermano tenía razón, entonces se levantó— ¡Iré a verla!
—¡Así se habla bro! —le apoyo Turles—
—¿Debería llevarle algo?
—Que vayas tu es más que suficiente hermanito.
—Está bien. Gracias Turles. —agradeció el niño genio para irse con prisa—
—De nada hermanito. —cuando escucho el abrir y cerrar de la puerta, indicando que Paris ya se había ido de la casa, Turles sonrío y se acostó en el mueble degustando su sándwich— No pudo haber salido mejor. Jejeje.
Con muchísima prisa el enano con cerebro de elefante potenciado fue prácticamente corriendo a la casa de la chica deportista con mucha preocupación. Estaba tan concentrado que no noto cuando paso al lado de Lola que andaba como hipnotizada por algo. Avanzo, avanzo y avanzo. Fue perseguido por el canguro asesino de Crisko pero se las arregló para evadirlo, algo que a su hermano y a Axel pocas veces les pasaba. Fue entonces que estuvo frente a la casa de Rosalinda y Paris pudo sentir los nervios correr como… nervios que correr… jeje… la cosa es que no estaba seguro de cómo iba a interactuar con ella y para empeorar las cosas no dejaba de recordar aquella vez que paso pena al hacerla buscar un tronco cuando no pudo confesarle sus sentimientos.
“Pero eso no tiene nada que ver con lo que pasara ahora” se dijo Paris, lo que hubiese o no hubiese pasado antes ya no importaba, ahora su amiga estaba de seguro mal por su accidente y debía ayudarla como sea. Toco la puerta y escucho un “¡Ya voy!” que confundió a Paris. Fue la propia Rosalinda quien contesto. ¿Acaso ella iba a abrirle la puerta? No podía hacerlo si estaba mal del tobillo. Cuando Rosalinda abrió la puerta encontrándose con el chamin fue cuando este se dio cuenta que ella no estaba lastimada, si estaba perfectamente bien evidentemente. Rosalinda lo saludo amigablemente mientras que Paris sonreía forzosamente queriendo matar a Turles.
“Lo siento hermanito, pero luego me agradecerás” pensaba Turles preparándose otro sándwich muy orgulloso por haber ayudado a su enano de hermano. Y allí estaba Paris muriendo de nervios sentado en la mesa del comedor de Rosalinda, mientras que ella estaba reparando un balón de básquet desinflado.
—Qué bueno que vinieras a visitarme. —decía alegre la chica luchando contra el parche que intentaba ponerle a la pelota—
—A mí me alivia saber que estas bien… —dijo Paris un poquito como que muy incómodo—
—¿Qué estoy bien? Claro, si tú lo dices. —ese comentario le pareció raro a Rosalinda, pero le siguió el juego suponiendo que era sobre algo muy técnico que de seguro ella no entendería. Así que le restó importancia y siguió luchando con el parche—
—¡Quiero matarte Turles! —gritaba exasperado en su subconsciente hirviendo de rabia— ¡¿Por qué me mintió diciendo que Rosalinda estaba herida?!
“Para que puedas confesarte ya que no lo has querido intentar después de la última vez” pensó Tur comiendo su segundo sándwich suponiendo que Paris se estaría preguntando eso. Digan lo que quieran, pero estos hermanos estaban en una sincronía cósmica. Era cierto. Después de esa estupidez que hizo cuando intento confesarse no ha querido verse con ella de nuevo, y aunque su hermano solo le quería ayudar, Paris sintió que más bien lo estaba empujando a un pozo sin fondo.
—¿Y cómo has estado? —pregunto Paris nervioso, agradecía enormemente que Rosalinda estaba más concentrada en parchear la pelota como para fijarse mucho en el— Yo estuve ayudando a Turles a estudiar física.
—Me imagino que aprende muy rápido. —comento Rosalinda sarcásticamente—
—Jajaja, el aprende a su ritmo…
—Ósea: muy muy muy muy leeeento. —se burló la chica, el menor se reía de las burlas—
—Tampoco es para tanto… hablando en serio él no es tan tonto como parece. —hablo Paris seriamente y Rosalinda se le quedo viendo intrigando queriéndole decir “¿Es en serio?”— Aprende las cosas rápido cuando yo se las explico. Pero cuando lo hacen sus profesores no lo logra memorizar nada.
—¡Ya tengo la solución! —aplaudió Rosalinda sonriendo malévolamente—
—¿Solución?
—Si. Ya sé quién me va a ayudar a estudiar.
—¿Yo?
—¡Exacto!
—No tengo problemas con eso, ¿pero en serio necesitas ayuda? —cuestiono el geniecillo arqueando una ceja arqueadoramente—
—Sí, la necesito. —afirmo la castaña, pero por alguna razón parecía no estar segura de lo que decía— Eso de los triángulos rectángulos me confunde muchísimo.
—Pero si es muy fácil.
—Fácil para un genio como tú, pero no todos tenemos un súper cerebro como el tuyo. —le alago la chica, el menor se rasco la mejilla nervioso—
—Tú no eres tan tonta Rosalinda si eso quieres decir. —Paris se sorprendió que Rosalinda cada vez estaba más y más cerca de él, dejando abandonado la pelota y su luchador parche al otro lado de la mesa—
—¿Te parezco que estoy diciendo que soy tonta?
—Ehhh, no quería ¿ofenderte? Solo me pareció que eso querías decir. —Paris era bueno manteniendo la calma, pero la chica de cabellitos marrones estaba cada vez más cerca—
—Ahora que lo pienso, puede que yo también sea como Turles. —Rosalinda se asqueo astronómicamente al hacer esa comparación— Yo tampoco suelo entender cuando los profesores me enseñan, pero creo que será diferente si tú me ayudas con eso de los triángulos y los cuadrados. Es por eso que te pido que me ayudes.
—Y yo ya te dije que no tengo ningún problema.
—Okey, entonces iré a buscar mis cosas. —la chica amante del básquet se levantó de la mesa salvando a su amigo que ya no podía mantenerse tranquilo mucho más tiempo— Espera aquí un momentito~
—Bien…
Rosalinda se fue a buscar sus cuadernos y libros para poder al fin comprender mejor todo eso de calcular áreas de formas geométricas. Paris se quedó allí sentado mirando la pared como si fuera lo más interesante del mundo. Se dio cuenta que sus padres no estaban, y que estaba un poco más tranquilo de lo que pensó en un principio. “¿Tal vez debería decírselo?” lo cuestiono, mientras que Rosalinda estaba en su cuarto con la cabeza dándole vueltas: “¡Se lo voy a decir!” se auto animo ella misma. Ya no podía seguir aguantando esto. Hace poco se enteró que por parte de Dimo que su hermana y el chico gamer ya salían y esto de alguna forma la motivo bastante, y no había mejor oportunidad que esta.
Después de darse muchas palabras de ánimo a si misma Rosalinda salió de su cuarto con gran determinación, su valor estaba a mil igual que cuando estaba en un emocionante partido de basquetbol. Hoy anotaría sus tres puntos con Paris (¡Dios! Eso sonó feo mal pensados) regreso al comedor y dejo los cuadernos en la mesa y observo con decisión a Paris, él estaba un poco confundido, por la forma en la que le miraba parecía que estaba molesta con él, pero en realidad buscaba mantener la confianza consigo misma y no perder el valor.
—¿Paso… algo? —el geniecillo estaba un poco intimidado—
—Tengo algo que decirte Paris. —afirmo su mirada— ¡¿Por qué diablos le hablo como si estuviera molesta?! —se preguntó ella misma sacudiendo la cabeza para no perder la concentración—
—Te escucho. —Paris estaba confundido y sin saber que hacer más que simplemente escucharla—
—¿Te acuerdas cuando me pediste que fuera al puente ese que no recuerdo su nombre?
—Yo tampoco recuerdo el nombre de ese puente, pero si me acuerdo que nos vimos allí. —por más que quisiera olvidar lo que paso ese día no podía, se sentía un estúpido por lo ocurrido—
—Bien… lo que si recuerdo es que tú querías decirme algo pero no lo dijiste. —continuo Rosalinda con determinación— Te sentiste mal pensando que me hiciste perder el tiempo. Note lo terrible y tonto que te sentías en ese momento. —Paris le asintió, era sorprendente que ella lograra comprenderlo tan bien— Solo quiero que sepas que el tiempo que paso contigo es el mejor del mundo… y no me importa si hacemos estupideces como buscar un tronco con forma de perro imaginario, estará bien siempre que este contigo.
—Gracias Rosalinda… pero creo que ya no es necesario recordar lo de ese día. —dijo Paris incomodo por tener que recordar eso— Esta bien, supongo, que te guste pasar tiempo conmigo… a mí también me gusta estar contigo Rosalinda… —Paris se quedó callado apenado por lo cursi que estaba sonando—
—¿Puedes verme fijamente? Por favor.
Paris alzo la vista y observo con detenimiento a su amiga, estaba nerviosa y con los brazos abiertos. El niño genio no lograba comprender si con ese gesto quería decir que le estaba dando el permiso para abrazarla, pero como se tardó mucho ella al final tomo la iniciativa abrazándolo fuertemente. El chiquillo se quedó paralizado con la espalda recta sin estar seguro de que hacer… Rosalinda le abrazaba con fuerza sin importante que le esté pegando los pechos al rostro a Paris el cual estaba sonrojado.
—Te amo Paris… no me importa que me acusen de loca o de “asalta cuna”, yo te amo mi pequeño genio. —confeso la castaña con ternura, apachugando aún más al pelo negro—
—Rosalinda…
—¿Si?
—Tus… pe-pe-pe-pe… chos… me asfixian… —balbuceaba el chico intentando respirar, Rosalinda lo soltó súbitamente y Paris por fin pudo tomar aire— ¡Ahhh! Ugh, ufff.
—¡Perdón perdón perdón perdón perdón! ¡LO SIENTO MUCHO! —se disculpaba Rosalinda completamente apenada por lo ocurrido—
—E-e-esta b-bien… fue un a-a-a-accidente. —Paris sintió que perdió el equilibrio y casi se cae de trompa si no fuera porque Rosalinda lo atajo oportunamente—
—¿Estas bien Paris? —dijo ella preocupadísima— ¡Esto es mi culpa!
—No, no lo es… estoy mejor en serio. —Rosalinda le ayudo a apoyarse sobre sus pies— Pero quiero preguntarte sobre… lo que dijiste: ¿Tú de verdad me quieres?
—Paris yo no te quiero, yo te amo. Y no me da pena decirlo… hace tiempo que quería decirte eso. —confeso nuevamente la chica deportista— Y me disculpo si te parezco loca o algo así… tú me importas mucho y no me gustaría que tuvieras una mala impresión de mí.
—Nunca tendré una mala impresión de ti. Nunca… eso creo… —Paris se separó un poco de ella ya pudiendo caminar mejor— Lo quiero decir es que… no tienes que disculparte: yo también te amo Rosalinda…
Rosalinda miro a Paris y Paris miro a Rosalinda. Estaban felices. Tanto tiempo ocultando esto por miedo y preocupaciones preocupadas. Incluso si esto lo mantenían en secreto o no, seguirían queriéndose. Porque por fin ya no tenían que ocultárselo y ya no tendrían que inventar excusas tontas como la de buscar un tronco deforme… eventualmente estaba un peli rosa intentando detener a una pequeña rubia la cual estaba molesta. Ruby había escuchado toda la historia de lo que había hecho su hermano con todo esos de los interrogatorio y las pruebas. Axel intentaba desesperadamente en detener a su novia para no causar ningún problema y no se le ocurrió nada mejor que darle un abraza, un beso en la frente e invitarle un helado y Ruby volvió a ser la feliz Ruby de siempre.

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