#16 Intentos de confesión / Esforzándose al máximo.

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Estar de cabeza ayuda a pensar muy bien. Ruby llevaba como media hora acostada boca arriba sobre su cama, dejando caer su cabeza sobre el borde del colchón. ¿En qué tanto pensaba nuestra lolita rubia favorita? Tampoco que llevaba tanto tiempo pensando en ese gamer de cabellos rosados… mentira, si estaba pensando en él. Pero es que era algo importante. Desde hace mucho la presencia de ese chico en la mente de la pequeña era cada vez más frecuente. ¿Significaba algo? ¿Significaba nada? Ruby no comprendía bien temas simbólicos ni psicológicos, tampoco tenía experiencia en eso del amor mucho más allá de lo que ya haya visto en televisión.
Estaba enamorada de Axel. Así de simple. Le daba gracia pensar en eso. Era un sentimiento raro, pero bonito. Hace tiempo antes de ir a la fiesta cultural Dimo le había preguntado si le gustaría que ella besara o abrasara a Axel, como recuerdan Ruby fingió asquearse, pero en realidad no le desagradaba la idea para nada, pero claro, ella no sabía cómo interpretar esa necesidad de afecto que quería recibir del chico gamer hasta que se dio cuenta de eso. Ahora no sabía que hacer al respecto. ¿Decírselo? Quería hacerlo, decirle que lo quería muchísimo porque también sentía la necesidad de decirlo, pero a la vez pensaba que estaría mal y si su hermano se llegara a enterar de esto hay si es verdad que no le dejaría ver a Axel nunca jamás.
Pero algo estaba claro ya, ella amaba a ese gamer dormilón recontra flojo y no quería abandonar ese sentimiento. No ahora que la hacía sentir la niña más feliz del mundo. Fue entonces que recibió un mensaje de ya saben quién y su sonrisa de boba se materializo al instante: era Axel. Es aquí donde comenzaría un chateo bastante largo entre los dos. Hablaban de esto y lo otro. Puras estupideces y tonterías de su día a día pero que por alguna razón le parecían muy interesante al otro. Ruby estaba rebosante de felicidad solo por el hecho de que estuviera intercambiando palabras con Axel. Entonces un pensamiento paso por su mente: “Tengo que decírselo… esa es mi misión”.
Mientras eso ocurría, en algún lugar del vecindario estaban dos hermanos discutiendo algún plan mientras esperaban a alguien. Estos hermanos eran Turles y Paris. El primero ayudaba al segundo con un asunto recontra importante. El pequeño Paris estaba viendo un papel que su hermano mayor le había dado. Era su línea.
—¿Tengo que decirlo? —Paris estaba nervioso y dudaba de las palabras del papel—
—Es la mejor forma de confesarle tus sentimientos a Rosalinda. —Tur se sentía muy ilusionado y orgulloso por estar ayudando a su hermanito en algo tan importante como confesarle su amor a una muchacha mayor que el— Tan solo espera que aparezca aquí tal y como la citamos para que le digas el piropo definitivo.
—¡¿A esto le llamas un piropo?! —protesto el pelo liso menor señalándole el papel que le había dado en el cual estaba escrito lo siguiente: “Baby, tu eres la mierda que flota en las cloacas de mi corazón”— ¡Más que un piropo parece un insulto muy elaborado!
—Hmmm… —el pelo liso mayor se rasco la barbilla pensativo mientras tomaba el papel y releía su “genial” piropo— Ahora que me lo dices sí parece un insulto… ah bueno, tendrás que improvisar algo más bonito.
—¡¿COMO?! ¡¿Pero si dijiste que me ayudarías?!
—Quiero ayudarte hermanito, pero yo tampoco se nada sobre confesiones y declaraciones.
—Ni mucho menos de piropos. —comento el menor irritado—
—Pero igualmente me esforzaré en ayudarte. —Tur podría ser un tonto en todos los sentidos, pero cuando realmente quería ayudar no había nadie que lo detuviera… solo el mismo y su pésima forma de ayudar— ¡Ya se! Ahora que recuerdo nuestra madre tiene una guía telefónica en la casa, estoy seguro que allí debe de haber piropos buenos.
—¿Iras a buscarlo?
—Si me apuro podría llegar y venir antes de que venga Rosalinda.
Turles se fue corriendo con mucha prisa dejando a su hermano con la palabra en la boca, claramente se iba a tardar en llegar a casa y regresar. El pobre de Paris tendría que arreglárselas solo. No sería tan difícil ya que el sabia cuáles eran sus sentimientos hacia la chica basquetbolista, solo que no lograba conseguir las palabras adecuadas y obviamente fue mala idea pedirle ayuda a su hermano. ¿Qué podría hacer ahora? Incluso estaba pensando en irse y abandonar a Rosalinda pero esa idea no le gusto para nada. Así que allí estaba todo nervioso con su cerebro andando a mil por hora. Hasta que por fin apareció la mujer en cuestión. Rosalinda llego con el cabello suelto, con camiseta sin mangas, chores cortos y con rastros de sudor por todo su cuerpo, aparentemente estaba jugando básquet antes de ir al lugar citado en cuestión.
—Hola Rosalinda… —saludo Paris nervioso—
—Hola Paris. —Rosalinda le sonrío, estaba feliz de verlo— Lamento por venir tan sudada es que estaba jugando.
—¿Ganaste?
—¡Por supuesto que gane! —rio la chica. Presumir de su superioridad deportiva era bueno para su autoestima— Me hubieras visto. Nadie pudo pararme.
—Imagino que fue así.
—Te noto un poco apagado hoy Paris.
—Estoy bien Rosalinda, muy bien. —Paris estaba nervioso y le daba vueltas a la situación. Se había motivado decirle a Rosalinda cuanto la quería, pero ahora esa motivación se había largado a quien sabe dónde y solo quería irse de allí lo más pronto posible—
—Oye y para que me pediste que viniera al puente.
Evidentemente estaban en un puente, ese fue el lugar citado. Ese puente quedaba en el parque atrás de las residencias altas del vecindario, justamente detrás de la casa de Crisko, estaba hecho de piedras y paraba por encima de un riachuelo de considerable tamaño. Era un lugar chido.
—Solo quería mostrarte algo que había encontrado el otro día, pero ya no me acuerdo de donde estaba. —esa fue la mentira que su cerebro logro improvisar en ese momento, ustedes ya sospechan que sus intenciones eran otras—
—¿Y qué era eso que querías mostrarme? —pregunto la muchacha ya interesada, ya que si el enano quería mostrárselo entonces debía de ser algo… bueno, interesante—
—Era un tronco… —Paris sentía que se estaba hundiendo, aunque no se parecía en nada con Axel ambos compartían la falta de descaro para mentir y eso les causaba mal a su conciencia— con forma de perro… —más cuando la mentira era ridícula—
—¿Un tronco con la forma de perro? Wow, eso suena impresionante. ¿En serio no te acuerdas donde lo viste la última vez?
—No. —negó el pelo liso menor— Tal vez porque nunca lo vi. —se dijo a si mismo subconscientemente—
—Entonces vamos a buscarlo. —sugirió Rosalinda con una sonrisa, la cual no se la mostraría a Turles nunca—
—¿Me crees? QUISE DECIR: ¿de veras quieres verlo? Solo es un tronco medio podrido.
—Si tú querías mostrármelo entonces tengo que verlo.
Paris se quedó en shock, ¿Cómo era que ella quería ver algo tan tonto que ni siquiera existía? Solo por el simple hecho de que él quería mostrárselo ella lo buscaría hasta verlo, eso sería lo que se pondría a prueba. Durante los próximos quince minutos Rosalinda y Paris estarían buscando un tronco por la zona circundante al puente. Revisando entre plantas y hierbas, entre arbolitos que andaban por allí y hasta debajo del puente por el riachuelo. Rosalinda estaba determinada en encontrar el tronco ese con forma de perro mientras que Paris también buscaba pero un poco deprimido ya que él sabía que dicho tronco no existía y solo lo dijo porque tenía miedo de decir la verdadera razón del porque le había pedido ir a ese lugar. Al final regresaron al puente y se quedaron allí al ver como el agua arrastraba palos y hojas.
—No encontramos el tronco… ¿Paris estas seguro que lo viste en este lugar?
—Si… eso creo, ya no se…
—¿Porque estas deprimido?
—No lo estoy… solo que me sorprende que quieras perder tu tiempo buscando un tonto tronco. —se expresó el chico sintiéndose mal, sentía que su comportamiento estaba siendo muy infantil—
—Tú querías mostrarme ese tonto tronco. Y yo quiero verlo, si a ti te pareció interesante entonces debe de serlo. —respondió la castaña compartiendo sus razones y de cómo tenia buen criterio con las opiniones de Paris—
—Pero esto fue una pérdida de tiempo. —sí que lo había sido según el—
—Para mí no lo es. —Rosalinda se ganó la completa atención del shota— A mí me gusta pasar tiempo contigo sin importar que hagamos. Incluso si buscamos un tronco que no existe. —la castaña sonrío de lado—
—¿Sabías que estaba mintiendo?
—Vamos Paris, un niño súper inteligente y serio como tú no se interesaría en troncos podridos con formas extrañas.
—¡¿Si lo sabias entonces porque insististe en buscar el tronco?! —Paris se alteró, la chica lo había descubierto y se sentía como un imbécil, no como el niño genio que supuestamente era—
—Ya te lo había dicho: me gusta pasar tiempo contigo Paris, sin importar lo que hagamos. —hubo unos segundos de silencio donde el menor se quedó mirando al suelo apenado mientras que la chica lo miraba con cariño—
—¿No quieres saber el por qué te pedí venir? —comento el chico sin quitar los ojos del suelo—
—Quiero saberlo Paris… pero si no me pudiste decir de seguro es porque no es fácil de explicar. —Rosalinda era muy comprensiva— A veces hablas de forma muy técnica que no logro entenderte, estoy segura de que estas buscando las palabras adecuadas para decirme lo que sea que quieras decirme.
—Rosalinda sabe cuál es mi situación incluso cuando no sabe nada en realidad. Siempre me impresiona. —reflexiono Paris sintiéndose comprendido y a la vez no. Era increíble cómo Rosalinda podía causarle tanto impacto a su cerebro— Gracias Rosalinda, por entenderme. —le agradeció Paris en voz alta—
—No fue nada Paris. —la chica abrazo al menor, sabiendo que necesitaba afecto compresivo—
—Es mucho para mí. —pensó el menor con un pequeño sonrojo— ¿Qué raro que Turles aún no ha regresado?
En frente de la gran casa de Crisko estaba un pelo liso, hermano mayor del peli liso menor, siendo golpeado a muerte por un canguro iracundo que se acababa de escapar y apenas saliendo de la casa se topa con alguien a quien golpear. ¡Qué buen servicio! Crisko tuvo que salir de casa para detener a su mascota antes de que tenga que afrontar un caso judicial por homicidio. Después de regañar a Cangui y que este regresara todo triste al interior de la casa Crisko, Tur se olvidó completamente de llevarle la guía telefónica con los piropos a su hermano y se fue a recuperarse a su casa.
El intento de confesión de Paris había fallado, pero alguien más lo iba a intentar con su crunsh. Primera y última vez que uso esa expresión de “crunsh”. El porqué, no sé. La mensajería entre el lolicon y la lolita había terminado y ambos acordaron ir a reunirse para comer helado. Ruby iba caminando feliz con su sweater de gatito puesto. Estaba un poco nerviosa de cómo le iba a confesar sus sentimientos a Axel, lo estuvo pensando durante todo el día y llego a la conclusión de que debía ser algo rápido y sencillo, así sería mucho más fácil de decir. Planeaba decir algo así como: “Axel tu eres muy importante para mí, te quiero mucho y quisiera ser tu novia” llevaba repitiendo esa frase una y otra vez en su mente desde que salió de su casa, quería sabérsela de memoria para así escupirla sin problemas cuando este frente al peli salmón casi rosa.
Estando cerca de la heladería vio a un chico con un sweater muy familiar: era negro y tenía orejas de gato en la capucha. ¡Era la capucha que ella le había regalado! Ahora si es verdad que la pequeña estaba saltando de felicidad y tarareando tiernamente. Esto le había dado más ánimos. Axel estaba esperando y Ruby aprovecho para asaltarlo por la espalda en un súper abrazo. Axel se sobresaltó sorprendido, pero se calmó al ver a la pequeña rubia sonriéndole dulcemente.
—Gracias por el abrazo, me hacía falta. —sonreía Axel completamente a gusto por sentir el afecto que la loli le regalaba—
—¿Estas triste? —preguntaba la pequeña mostrando preocupación—
—No estoy triste Ruby. —Axel negó sacudiendo la cabeza—
—¿Y porque dijiste que te hacía falta un abrazo? —pregunto frunciendo el ceño la menor llevándose las manos a la cintura—
—Lo decía porque… —últimamente a Axel le estaba costando ser sincero. Mas cuando lo que quería decir sonaba demasiado vergonzoso—
—¿Por qué?
—Me gusta que me abraces… —susurro Axel por lo bajo y un poquito rojo en la cara—
—No te escuche… —Ruby no alcanzo a oír las palabra del chico gamer—
—¡¿Q-qué helado q-q-quieres Ruby?! —el chico cambio bruscamente el tema para que la menor no insistiera—
—Me gustaría uno de limón. ¡Son geniales! Son como una limonada fría. —respondió la loli alegre olvidando lo anterior, algo que Axel agradeció con todo su ser—
—Entremos a comer helado entonces. —Axel con un poco de prisa tomo la mano de Ruby y la guio hasta el interior de la heladería—
Tras sentir el calor de la mano del chico con la suya, la pequeña Ruby sintió electricidad en todo su cuerpo y todo su valor se fue en picada. Planeaba decirle a Axel que le gustaba, pero ahora se dio cuenta lo difícil que seria. El valor se le había ido. Estuvieron adentro comiendo helados en una mesa, Ruby estaba muy silenciosa y seria, algo que dejo intrigado a nuestro protagonista que sin soltar su helado de chocolate se cambió de lugar para estar más cerca de ella… eso la puso nerviosa.
—Te acercaste… —Ruby lambio su helado de limón intentando ignorar los ojos de Axel que la miraban—
—Sucede algo Ruby, estas muy callada y eso es raro. —Axel lambio su helado sin quitarle los ojos de encima a Ruby—
—Pensaba en algo…
—¿Te peleaste con tu hermano? —sugirió Axel intentando buscar una razón al estado de la chica—
—Axel… —después de quedarse un rato mirando a la nada Ruby hablo— Yo quería decirte algo muy importante… pero perdí el valor para decirlo… —la mini rubia bajo la mirada triste y sintiéndose mal consigo misma. El peli salmón la abrazo con un solo brazo sin soltar su helado— ¿Axel…?
—No te sientas mal Ruby… —le sonrió el muchacho— Si eso que querías decirme era muy importante esperare con ansias el día en el que me lo digas.
—Gracias Axel…
—¿Gracias porque?
—Por ser bueno conmigo… —Ruby, con una tierna sonrisa recostó su cabeza sobre el pecho de Axel. Los dos se quedaron así en silencio disfrutando del calor del otro mientras sus helados se derretían, algunos clientes de la heladería se les quedaron viendo—
—Que escena más bonita~ —fantaseaba una mujer que miraba la escena desde la mesa de al lado, estaba muy encariñada y endulzada con lo que estaba viendo—

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