#08 La espía deportista / Él niño genio.

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“Registro de espionaje de Rosalinda la espía” después de una semana de vigilancia, ojeadas y de buscar rumores sobre Axel la espía Rosalinda se encontraba escribiendo un registro para enviárselo por correo a su jefe Dimo. “En esta semana me he metido de llena en mi labor de espiar al sujeto conocido como Axel. Características generales. Edad: 15 años. Sexo: Hombre. Color de cabello: rosa. Color de ojos: negro. Pasatiempos: Videojuegos y dormir. Observaciones: Axel no suele prestar atención en algunas clases, pero a casi todos nos pasa eso. En sus tiempos libre suele dormirse sentado o recostado en cualquier lugar, menudo flojo, o juega videojuegos con su consola portátil, repito, menudo flojo. A veces suele charlar con sus amigos Crisko y el asqueroso de Turles, no hablan de gran cosa, normalmente sobre juegos, comida o chicas. Y es aquí donde se viene lo bueno” más que un registro, era más bien una chismografía.
“Por lo que se y he escuchado, es muy raro que Axel hable sobre mujeres. Según varios de sus compañeros es un asexual con cara de bobo muy inocente, y de hecho lo es. Pero he escuchado conversaciones de el con sus amigos donde menciona a Ruby. Mientras que el patoso de su amigo Turles se la pasa hablando de las chicas del equipo de básquet, la cual me incluye, odio a ese chico. Axel solo habla de Ruby. Y no señor Dimo que de seguro está leyendo esto, no habla mal de ella, sino más bien hace énfasis en sus cualidades. De lo simpática y agradable que es y de cómo disfruta el simple hecho de estar junto a ella. Por la cara de sus amigos puedo corroborar que escuchar a Axel alabando a una chica es algo que no ocurre todo el tiempo”.
“Resultados de mi observación: Axel es un chico de mentalidad muy simple que carece de motivaciones o deseos ocultos. Me atrevo a decir que posiblemente este enamorado de Ruby sin siquiera darse cuenta por lo distraído que es. No me parece un peligro para la pequeña de la cual, usted, señor Dimo, se preocupa tanto. Pero igualmente creo que es bueno echarle un ojo encima por si acaso pero sin intervenir tanto. ¿Qué porque? Porque personalmente quiero ver cómo evoluciona la relación entre Axel y Ruby. Por ahora solo parecen ser amigos que se llevan bien, pero eso puede cambiar. Fin del informe”. Tras terminar de escribirlo Rosalinda estiro la espalda y los brazos para liberar la tensión. Se sentía orgullosa por su buen trabajo de espía y por la información que había recolectado.
Estaba por finalizar su trabajo para enviarlo al correo de Dimo, pero entonces hubo un apagón y Rosalinda grito de horror ya que no había guardado el proyecto. Cuando regreso la electricidad a los tres segundos Rosalinda se vio obligada a escribirlo todo desde cero, pero le dio fastidio así que esta vez lo hizo mucho más corto y simple: “Axel es un tonto inmaduro que se lleva bien con todos, no es un peligro para la integridad de tu hermana, pero aun así es bueno tener cuidado” y entonces se lo envió al correo del cuatro ojos.
—Listo, misión cumplida. Por ahora. —Rosalinda estaba exhausta por todo su esfuerzo vigilando a Axel— Me gustaría ver cómo termina todo esto. Axel… ¿De verdad Axel está enamorado de Ruby o solo lo estoy imaginando? —la castaña lo reflexionaba mientras se acostaba sobre su cama— ¿Y si lo está, no sería algo malo? Ruby aun es una niña, aunque Axel tampoco es muy mayor que digamos. Hmmm… Ya no sé qué pensar. Ojala Dimo no haga una estupidez.
Rosalinda sabía cómo era Dimo pese a lo poco que lo conocía, se le notaba el resentimiento hacia Axel. Pero aun así ella se sentía muy identificada con el chico gamer, ya que ella estaba en una situación similar. Saco su teléfono y reviso la lista de contactos, sus ojos se clavaron en un nombre entre todos… Paris. Eran como las siete de la tarde, el sol ya se había ido, pero aun así un muchacho de cabello liso negro se la pasaba estudiando a esas horas. Ese chico era muy especial para Rosalinda ya que se conocen desde hace tiempo y se llevaban bien. Lo que no le gustaba era que ese chico especial vivía con la persona que ella más odiaba: Turles.
—Y la equis multiplica a la zeta, entonces el resultado debería revelar el valor de ye.
—¿Así entonces?
—Así mismo. El valor de ye es ciento veinte tal y como te lo dije.
—Guau, cool, muchas gracias por explicármelo hermanito.
Un personaje no mencionado anteriormente era Paris, el hermano menor de Turles, un auténtico niño genio que le daba clases especiales al tonto de su hermano mayor. Como eran hermanos ambos son muy parecidos, su cabello eran idénticos, negro y liso hasta las puntas y los dos tenían un flequillo que les llegaba de la frente hasta la punta de la nariz. En serio eran idénticos.
—No es nada Tur. Ya sabes lo bueno que es para mi autoestima tener que explicarle las fórmulas matemáticas a mi hermano mayor. —bromeaba Paris con una gran sonrisa—
—No presumas mucho enano, recuerda que sigo siendo mejor que tú en todo. —Tur agarro a su hermano y comenzó a hacerle coscorrones en la cabeza mientras este forcejeaba por liberarse—
—¡Agh! ¡Auch, bueno es todo menos en usar el cerebro! ¡Ugh, ya basta Turles! ¡Eso duele!
—Si pides perdón.
—¡Perdón!
—Perdonado. —Turles dejo ir al menor y este se acaricia la cabeza con los dedos adolorido por el abuso— ¡Pero oye tampoco es para tanto! Aún hace falta que me explicar esta otra fórmula para las ecuaciones.
—Jamás. —Paris era rencoroso. Ya no quería ayudar a su hermano, así que se cruzó de brazos y se lanzó sobre una silla con el ceño fruncido—
—Como sea, ya veré como me las arreglo para entender esta mierda. —Tur tomo sus cuadernos y se fue a su habitación a “intentar” comprender lo “aprendido”—
Paris se quedó allí sentado molesto. Se levantó de la silla para buscar un libro para leer. En la repisa de la sala de lectura de la casa agarro un libro de física avanzada nivel 5, pero entonces sus ojos se quedaron clavados por un segundo en una revista que estaba allí junto a los libros, seguramente abandonada allí por su hermano, la cual tenía como premisa “Ideas para dar el primer paso con la chica que te gusta”. Para un chico de 13 demasiado serio e intelectual para su edad como el que era Paris de seguro algo como esto no le importaría en lo más mínimo… pero a este chico si le importaba. Rápidamente tomo la revista y dejo el libro de física avanzada donde lo había tomado y se fue corriendo a su cuarto para no ser descubierto por nadie.
Una vez encerrado se sentó en el suelo con la espalda recargada contra la pared. Abrió la revista y comenzó a leer la sección que le interesaba. “Invítala a algún lugar para pasar el rato y hablar”, esa frase se quedó grababa en el cerebro termonuclear de Paris. ¿Pero para que vergas estaba el leyendo esto? Pues necesitaba ayuda con algo, y si le pedía un consejo a su hermano este se burlaría de él o de seguro le diría exactamente lo mismo que decía esta revista. Así que descarto la idea. Pero lo que estaba cuestionando ahora era si llamar a Rosalinda para invitarla a algún lugar. No tuvo que decidir ya que fue ella quien le llamo primero.
—¿Hola? —dijo Paris nervioso tras contestar la llamada—
—Hola Paris. —saludo Rosalinda con una sonrisa, la cual su interlocutor no podía hacer nada más que imaginar— ¿Sigues despierto?
—Por supuesto, o sino no te habría respondido.
—Jeje, perdón, es que no sabía a qué hora te acostabas y dude si llamarte o no.
—¿Y para que querías llamarme tan tarde? —pregunto el menor curioso—
—Para nada en particular. Hace tiempo que no nos vemos y quería verte.
—¿Querías verme? —susurro Paris por lo bajo, se sentía bien de que Rosalinda quisiera verlo, porque él también quería verla—
—Ehhh, si, y no me atrevo a ir a tu casa… ya sabes porque.
—Odias a mi hermano. —dio en el blanco, no hacía falta ser un genio para darse cuenta de eso—
—No lo soporto de ningún modo, quisiera cambiarme de clase para no tener que estar cerca de él. —Rosalinda se escuchaba irritada, pero era común, la existencia de Tur la irritaba—
—Bueno, como no quieres ir a mi casa podríamos… —se bloqueó, se bloqueó completamente y su cerebro comenzó a pensar a mil por hora— Esto está mal, ¿en qué estoy pensando? ¿Ella saldría conmigo? ¡Claro que no! Soy solo un niño de trece. Ni con mi intelecto podría gustarle a Rosalinda.
—¿Paris? ¿Paris sigues allí?
—¡Ah! Oh, sigo aquí. —reacciono Paris saliendo de su crisis existencial—
—Qué bien, pensé que se había cortado la llamada. Paris estaba pensando que podríamos vernos mañana en el festival cultural que habrá mañana en la plaza.
—¿Mañana?
—Sí, mañana, ¿no estas ocupado?
—¡No, no lo estoy, podríamos ir! —reacciono Paris más feliz que una lombriz, al final no tuvo que hacer nada—
—Iremos entonces. ¡Pero que ni se te ocurra invitar a tu hermano! —Rosalinda tenía que dejar eso claro, aunque ya estaba bastante claro desde antes—
—No te preocupes Rosalinda, Tur de seguro estará con Axel y Crisko. No nos molestara. —Paris se sentía culpable por hablar como si ellos dos fueran un “nosotros”, ya que no lo eran y Paris no se sentía acto de pensar de esa manera. Pero solo le estaba dando vueltas innecesarias al asunto como ya debieron de darse cuenta—
—Me emociona Paris, ya nos veremos mañana, que duermas bien.
—Tú también Rosalinda. Que duermas bien.
—Ahora que he hablado contigo de seguro lo hare.
Que lindas palabras para Paris fueron esas. Cuando Rosalinda colgó Paris no pudo evitar dar un salto y elevar los puños al aire gritando una gran afirmativa. Mañana podría salir con Rosalinda y progresar con ella un poco. Sabía que no le serviría de mucho, pero de igual modo leyó la revista buscando más información que le podría o no servir para mañana.
Ahora entienden porque Rosalinda se sentía identificada con Axel. De seguro se preguntaran como inicio esta relación de amistad/amor de esta chica y este niño genio. Todo comenzó un jueves de algún mes del año pasado. Rosalinda estaba desesperada por completar un proyecto escolar y fue a una biblioteca pública para buscar un libro donde estaban las fuentes que necesitaba. El libro en cuestión lo tenía un niño (que en ese tiempo tenía 12) que lo estaba leyendo. Rosalinda intento persuadirlo para que le diera el libro, y aunque él se negó muchas veces, de la nada esa discusión de forcejeo se convirtió en una sociable charla entre los dos.
Rosalinda quedo sorprendida por el alto intelecto del muchacho y lo admiro desde un principio, según ella era un auténtico genio. Al final Paris termino ayudando a Rosalinda cediéndole el dichoso libro y compartiendo sus conocimientos con temas similares. Gracias a él Rosalinda pudo terminar el proyecto no solo por el libro sino por los datos extras que le comento el pequeño. Luego de eso siguieron juntándose para hablar en la biblioteca pública. A ellos les gustaba charlar y compartir anécdotas de sus vidas. Paris le contaba a su nueva amiga lo imbécil que era su hermano mayor (algo que ella corroboraría por cuenta propia después).
Se llevaban bien. Eran amigos y a veces se visitaban, pero a Rosalinda rápidamente le cayó mal Turles y por eso prefería que se vieran en su casa, y cuando no podían hablaban por teléfono. Para ambos la presencia del otro era importante, se tenían mucho afecto.
Mientras tanto, Dimo, el pseudo-villano de esta historia ya había leído el informe que su espía le escribió, el cual era muy corto y simplificado. A Dimo le hubiera gustado más información con detalle, pero no se podía esperar mucho de la chica. “¿Inmaduro y que no parece ser un peligro?” pensó el cuatro ojos; “No estoy muy seguro de ello. Pero bueno ya veré que puedo hacer con esos dos”. En ese momento recordó lo que Rosalinda le dijo la semana pasada.
—¿Ruby enamorada? —murmuro el cuatro ojos—
A nuestro cuatro ojos matón le entro hambre y fue a la cocina a preparar la cena. Al entrar a la cocina se encontró con Ruby tarareando de felicidad mientras jugaba con su teléfono… o eso pensaba Dimo. Se quedó mirando a su hermana por un rato siguiéndole dando vueltas al asunto. ¿De verdad puede que Ruby este enamorada del tonto de Axel? Pero aun así la inquietud le invadía. Comenzó a preparar la cena tranquilamente mientras le echaba una observada de reojo a su hermanita que seguía haciendo lo mismo.
No se sacaba la inquietud. Si era verdad su sospecha no sabría qué hacer. ¿Era bueno destrozarle el corazón a su pequeña hermana que aunque no lo demostraba quería muchísimo? ¿Cómo sabría que Axel ya lo haría en algún momento? Esa segunda pregunta le parecía más que bien. Si de verdad Ruby sintiera algo por Axel solo tendría que esperar a que el la rechazara. Pero ahí estaba otro tema: ¿Y si, hipotéticamente, Axel sintiera lo mismo por ella? Algo así sería peor, así que preferiría pensar que solo eran amigos platónicos y nada más. Era más bonito pensar eso…
La pequeña rubia estaba pérdida en la diminuta pantalla de su teléfono leyendo los mensajes que le enviaba Axel. Poder enviarse mensajes sellaba esa necesidad de comunicarse, perfecto cuando Dimo se ponía tan remilgoso como para no dejarla ir a la casa del peli rosa. Llevaban un rato enviándose mensajes diciendo puras estupideces y trivialidades, hasta que Axel le envió algo interesante.
—Deberíamos ir al festival cultural de mañana. ¿Podemos ir?
Ruby pestañeo varias veces, releyó el mensaje como veinte veces y aun no lo podía creer… Axel la estaba invitando a salir, en teoría… Ruby sonrió tiernamente, sus ojos comenzaron a brillar y sus mejillas se coloraron. Y sin pesarlo respondió.
—Por supuesto. —seguido por un chingo de emoujis sonrientes—
Desde su casa estaba nuestro peli salmón gratificado por lo ocurrido. Sabía que mañana era el festival cultural en la plaza y como siempre hacen actividades y cosas divertidas en ese tipo de fiestas pensó que sería genial para pasar el tiempo con Ruby. Ambos se despidieron por mensaje y Axel retomo a hacer su rutina antes de cenar: jugar con su consola. Pero antes de encender su consola Axel se dio cuenta de algo. Recordemos que su mente es muy desintonizada.
—¡¿Acabo de invitar a Ruby a salir?! Bueno… n-no es de esas citas románticas como las que he escuchado… pero es similar… —Axel se llevó los dedos a la frente reflexionando la cosa— ¿Pero qué es lo que diferencia una cita normal de una cita romántica?
Axel estaba dudoso. Quería saber cuál era la diferencia, pero si le preguntaba a su madre sobre este tema conociéndola le haría un interrogatorio donde de seguro lo obligaría a confesar la verdad. Así que se quedó con la duda. Sea o no una cita mañana la pasaría bien con Ruby y eso era lo que le importaba. Para nuestro prota esa chica era un ángel o un tesoro viviente realmente lindo para su vista. Axel admitía que Ruby le parecía linda, demasiado, y cada vez que hacia énfasis en eso su cuerpo se electrocutaba y su cabello se erizaba… y ya le estaba pasando.
Era inevitable. Esa figura de lindura azucarada que provocaba diabetes con tal solo verla. Axel estaba dispuesto a morir de sobre dosis de azúcar con tal de pasar tiempo con Ruby… y mañana sí que disfrutaría de ese festival junto a su loli favorita. En su casa la loli rubia también estaba contenta y emocionada, apenas acabo de despedirse del chico gamer no pudo evitar brincar y chillar de felicidad tiernamente, pero entonces se dio cuenta que su hermano la estaba viendo.
—¿Qué te sucede ahora? —pregunto Dimo intrigado—
—Ehh… ¡nadita nada! —Ruby se fue apenada de la cocina para seguir con su festejo—
—Presiento que va a ocurrir algo que no me va a gustar. —se dijo el mayor a sí mismo a la vez que centraba toda su atención en lo que estaba cocinando—

Una Pequeña NoviaWhere stories live. Discover now