Extra

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Me encontraba en Tailandia, haciendo una sesión de fotografías para el nuevo drama de la KBS, la cual nos había concedido a la revista la exclusiva.

El director me estrechó la mano felicitándome por el trabajo, al igual que los protagonistas de la serie. En ese momento se dio por acabado el trabajo y el equipo comenzó a recoger todo, cargando el material en furgonetas. Jurin mi amiga y compañera del equipo de producción, me comunicó que el taxi que me había pedido para llevarme al hotel me estaba esperando.

Al llegar al hotel, me di una ducha y pensé que sería buena idea dar una vuelta por Bangkok antes de coger el vuelo que tenía esta noche. Así que me vestí cómoda y salí a la calle a explorar, vi un ciclomotor de tres ruedas turístico, así que le hice parar y subí a este. Saqué mi móvil e hice videos de aquellos monumentos dorados, coloridos y puntiagudos, llenos de ornamentos budistas. Este país me parecía de lo más bello que había visto, todo te acogía con una gracia especial. Le pedí al conductor que parara, le pague y baje de este para encaminarme por el mercado de Khlong Lat Mayom, donde me acerqué aún puesto de frutas y me compre una macedonia. La disfrute en una escalera enorme de yeso, al la orilla de uno de los canales del mercado, escuchando el parloteo tintineante, el sonido que las barcas de mercaderes hacían al remover el agua y las hojas de los árboles caer en esta, sacudidas por la brisa. Disfrutando del ambiente, cerré mis ojos mientras saboreaba un trozo de papaya en mi boca, y en ese instante de paz, me vibro la muñeca, y vi en mi reloj inteligente un mensaje de mi madre, me levanté de mi retiro y fui a buscar bálsamo de tigre, que es lo que ella me había pedido, pero de paso compre más, ya que cierta persona se había hecho daño en la espalda mientras entrenaba, durante mi ausencia.

Deje atrás el mercado para volver al hotel y acabar de hacer la maleta. Por la ventana de mi habitación, vi que el atardecer había dado paso a un manto estrellado. Volví a mis asuntos, cerré la cremallera de mi maleta y apague la luz para salir de la habitación, encontrándome con Jurin.

-Hey ¿Lista?- Me asintió con una sonrisa y nos encaminamos juntas hacia el ascensor.

-¿Has tenido tiempo para dar una vuelta?- Le respondí y le enseñé el video que había hecho desde el ciclomotor -¡Oh! Es precioso... menos mal que te he dicho que te fueras, siempre te cargas trabajo que no te toca- Me recrimino.

-No me importa ayudar a recoger, ya lo tenía todo hecho...- Dije sin importancia -A ti sí que no te ha dado tiempo de ver casi nada, sino fuera porque te fuiste a cenar el otro día fuera del hotel- Ella hinchó sus mejillas y dejó soltar el aire mientras rotaba la cabeza en señal de cansancio -Yo también, admito que en cuanto vuelva a casa, me voy derechita al fisio- Reímos la dos. Los años pasan para todos y este ajetreo continuo que llevaba se hacía notar en mi cuerpo, nunca llegué a pensar que el ser fotógrafa de una revista me llevaría de aquí para allá con tanta recurrencia.

Al sentarme en el avión, avise a las personas correspondientes de mi regreso a casa, me coloque mis auriculares junto a un cojín de viaje para no dar cabezazos y mis ojos se cerraron tras el despegue. Al aterrizar, guarde todo y me dirigí junto a los demás pasajeros a recoger nuestras pertenencias. Me despedí de Jurin con un abrazo y de algunos compañeros más, me monté en el coche y emprendí mi camino a casa.

Aparque en mi plaza del parking, agarre mi maleta y subí al ascensor. Abrí la puerta con sumo cuidado, estaba todo a oscuras, aunque se podía ver gracias a la luz que entraba por los ventanales del comedor. Deje la maleta y mis deportivas en el descansillo de la entrada. Por el pasillo vi venir a Bam, quien comenzó a lamer mis piernas, no se mostró muy eufórico, pues iba medio dormido. Ya en el baño del pasillo, me desnudé y me acicale un poco antes de ponerme el pijama. Entre en la habitación de puntillas y puse mis brazos en jarra al observar la estrella de mar que había en la cama boca abajo, en ese momento pensé cuánto disfrutaba en cuanto salía por la puerta para irme de viaje de trabajo. Cogí su brazo y se lo deposite a su costado sin ningún preámbulo, me coloque de lado y en ese mismo hueco deje que me llevase el sueño de Morfeo.

WASTED TIMESWhere stories live. Discover now