Kim Dan, nunca creyó que el mundo del espectáculo le traería problemas.
Mucho menos pensó que volvería a encontrarse con la persona que lo marcó.
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Los personajes le pertenecen a Mingwa, todo lo demás viene de mi imaginación.
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3 años y medio antes.
Jaekyung, abrió la puerta de su departamento con una sonrisa nerviosa en su rostro, era la primera vez que lo visitaba así que no era de extrañarse que ambos estaban sumamente inquietos. Nunca antes hablaron sobre el sexo y que a ambos les saliera tan natural el querer estar en un lugar privado los hizo actuar de manera impaciente.
Su cuerpo temblaba ante la idea de que se uniría con la persona que amaba, las piernas se sentían débiles y un poco torpes. Sin embargo, eso no le impidió saltar para enredar sus piernas sobre la cadera de su alfa y abrazarlo por el cuello tras que cerrara la puerta de entrada.
Unió sus labios con los de él, adentrándose en el interior, jugueteando con su lengua como si fuese un experto.
Con pasos torpes, Jaekyung lo llevo hacía la habitación principal y lo recostó con delicadeza, pidiendo permiso de poder despojarlo de su camiseta, a lo que asintió y se la retiró de inmediato.
Varias prendas fueron retiradas hasta que ambos quedaron desnudos por completo, al fin se veían tal cual eran y podían deleitarse con sus físicos. Nunca antes se habían visto de tal forma y eso les exitaba demasiado, acortaron su distancia, permitiendo que sus cuerpos se rozaran y sintieran el calor corporal del otro.
Se besaron, se acariciaron y dejaron que todo fluyera, sin sentir desconfianza el uno del otro.
Jaekyung se detuvo para mirarlo a los ojos y eso, provocó que una sonrisa apareciera en su rostro en respuesta, estaba feliz por estar desnudo ante él y notó, como en respuesta, recibió una caricia en su mejilla junto con una muy diminuta sonrisa.
Sentía una pequeña presión en su entrada, que fue abriéndose lentamente hasta que el miembro del alfa se instaló perfectamente en su interior. Lo llenó por completo y un éxtasis lo invadió de inmediato, a tal grado que comenzó a lanzar diferentes gemidos los que se mezclaban con los gruñidos de él.
Lo sujetó por la espalda, sosteniendo su cuerpo para impedir que se perdiera la unión y la posición que tenían.
Su temperatura aumentaba con cada embestida, con cada roce de sus cuerpos unidos, el sudor se deslizaba por su cuello hasta sus clavículas. No podía perder de vista a Jaekyung quien tenía una mueca de satisfacción pura, lo estaba disfrutando por completo y eso le agradaba.
Tomó la mano de Jaekyung para entrelazar sus dedos, se miraron a los ojos sin importar el movimiento de las penetraciones y juntaron sus frentes, sonriendo como un par de enamorados.
