Kim Dan, nunca creyó que el mundo del espectáculo le traería problemas.
Mucho menos pensó que volvería a encontrarse con la persona que lo marcó.
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Los personajes le pertenecen a Mingwa, todo lo demás viene de mi imaginación.
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Seis años antes.
Dejó a un lado su libro de estudio, hacia bastante que no se tomaba el tiempo para si mismo, se dedicaba a estudiar con el fin de ingresar a la carrera de sus sueños. La universidad era uno de sus claros objetivos, deseaba estar dentro de la que eligió y a la que le prometió a su querida abuela.
Su abuela estaba enferma, tenía un cáncer que comenzaba a consumirla de poco en poco, no había ni fin tratamiento que pudiera ayudarla gracias a su avanzada edad, lo único que le aminoraba el dolor eran medicamentos y conversaciones que la ayudarán a distraerse.
Los médicos le dijeron que debía de prepararse antes de su partida, que sería muy pronto y que debía de pensar que en cuanto sucediera, se sintiera tranquilo porque su abuela ya no sufriría más dolor con la enfermedad. A pesar de que deseaba que todo fuese rápido e indoloro, no podía controlar la naturaleza del cuerpo humano, mucho menos la fuerza del cáncer que la hacía agonizar.
Tenía muchas cosas en las que pensar, en especial porque se acercaba la temporada de exámenes y debía de estudiar con el fin de no perder su primera posición como estudiante con mejor promedio, se esforzaba día con día y no quería hechar todo a perder por distracciones que eran importantes, pero las cuales no podía darle solución por más que las pensara. Amaba a su abuela, pero no podía hacer nada por ella y ya había llorado demasiado por su inutilidad para con su enfermedad.
No había nada bueno en su vida, no tenía amigos ni tampoco compañía que le enseñara lo básico para dejar de ser invisible, pero no es que se quejara, adoraba la soledad y no tener que lidiar con problemas ajenos.
—Kim Dan, ocupamos de tu ayuda para la Feria universitaria de este año. Lee Wong, no vino y eres el más listo de nuestra carrera —lo interrumpió uno de sus compañeros y jefe de grupo de su grado.
— ¿Por qué no hacen esto los del último año? —cuestionó y le enseñó su gran libro de la materia—. Estoy estudiando, sino te importa ocupo no distraerme —explicó con sinceridad y su compañero se cruzó de brazos.
No era extraño que no le gustara participar en cualquier evento de la universidad, siempre estaba solo y odiaba tener que lidiar con la multitud de personas, nadie se acercaba a él más que para pedirle sus apuntes de las clases. Muchos de sus compañeros llegaban al punto de retenerlo a la hora de la salida para que entregara sus tareas.
Lo acosaban constantemente y se aprovechaban de su debilidad.
—Todos hacemos esto porque tendremos un mejor promedio por los puntos extras que nos otorga el director —se sentó a su lado y colocó la mano en su hombro—. Esos puntos te ayudarán a que tú promedio aumente —juntó ambas manos y las llevo al centro de sus labios, demostrando una súplica sincera—. Por favor, solo será está vez.
