Mi propia dueña

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Soy mi propia dueña,tengo mis propias aspiraciones,sueños, éxitos y desvelos.Mis trabajos, mis pensamientos,mi soledad, mi felicidad... 

Todo es mío menos mi corazón, que jamás dejó de ser tuyo. 

Intenté entregárselo a otra persona pero,solo le ofrecí un espejismoque ni acepto al darse cuenta de la irrealidad del mismo.Tantas veces llore por creer en su inexistencia,por dar por hecho que lo había perdidodada mi incapacidad para encontrarlo;y resulta que solo tenía que mirar donde lo dejé,donde siempre estuvoy de donde nunca se irá, justo debajo de tu cuello.

 Puedes tener sentimientos hacia muchas personaspero, el corazón solo puedes entregárselo a unay admitir que será suyo para siempre,da igual cuanto intentes odiarle,porque obviando que esasea una de las mayores muestras de amor hacia alguien,has hecho que tu corazón forme parte de élsin saber siquiera, si él hizo lo mismo. Así que mientras le das vueltas a si es así o norecuerda porque le elegiste;cuando lo sepas descubrirás que,pase lo que pase entre vosotros,por mucho distancia o tiempo que intentéis separaros,(y si digo intentar no conseguir)es la mejor persona para llevarlo. 

Si no me crees, no estás recordandoy si es porque estás intentando olvidarle,déjalo, no lo vas a conseguir,aprende a vivir con el recuerdode su mirada clavada en la tuya,su olor en tu almohaday la eternamente repetida pregunta¿me entrego el a mí el suyo también?

Restos de Bilis emocionalWhere stories live. Discover now